Intriga de espías en Peleliu
DATOS GENERALES
Título original: Poison Evidence
Subgénero: suspense
Fecha de publicación:
10/2016
Páginas: 288
Parte de una serie:
Evidence #7
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Se suponía que era el
paraíso…
Ivy MacLeod tiene la oportunidad perfecta de probar su tecnología de
teledetección avanzada: confeccionando un mapa del lugar donde se produjo una batalla
en la Segunda Guerra Mundial, en la nación isleña de Palau. El proyecto es algo
más que un viaje al paraíso con todos los gastos pagados. Es también una
oportunidad de distanciar su reputación de su traidor exmarido. Pero agencias
de inteligencia extranjeras matarían por poseer su invento, y el paraíso se
vuelve un lugar letal cuando los despiadados aliados de su esposo atacan.
Desesperada, recurre a un piloto de la Fuerza Aérea Jack Keaton. Pero, ¿no será él la mayor amenaza? Jack podría estar
protegiéndola como pretende… o podría ser un agente extranjero? Su brújula está
sesgada por su atracción magnética y se desvía aún más cuando se entera de que
su propio gobierno la ha traicionado.
Varada en una isla tropical con un hombre cuyos motivos siguen siendo un
misterio, Ivy debe decidir quién es el espía, quién es el protector y quién es
el villano definitivo. Anhela confiar en el hombre que la rescató, pero
arriesga más que su corazón. Elige bien y ella guarda los secretos de su país y
su vida. Si elige mal, se arriesga a una guerra total.
NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, estaría entre las digamos cinco mil mejores, gracias a que tuvo una
crítica de DIK A- en All About
Romance y, además, Caz, crítica en esta página (y tiene además un blog aparte)
lo consideró entre lo mejor del año 2016.
CRÍTICA
Durante un tiempo este verano estuvo
gratis una colección de diez novelas de suspense romántico, Dangerous as sin. Así que empecé por el primero, que es este.
Esto significa que salté del núm. 4 de
la serie Evidence al 7, sin haber leído aún las entregas 5 y 6. Hay cosas en
este libro que destripan sorpresas finales en aquellos
otros.
Como es costumbre en la autora, los
músculos los pone el caballero y, el cerebro, la señora.
La cartógrafa Ivy ha diseñado un sofisticado
sistema de teledetección a través de un dron que recaba los datos y su programa
los interpreta. Detecta así cosas que no se ven, no solo la forma de las
estructuras, sino su material, sea este orgánico o inorgánico.
Algo muy atractivo para reunir datos
sobre el terreno. Por eso es objeto de deseo de las agencias de inteligencia,
las de su país y los otros, y hasta de malotes varios.
Este tipo de tecnología, además, ayuda
en arqueología, para no tener que excavar (y, por lo tanto, destruir)
yacimientos.
Para probar su ingenio, Ivy marcha a
las islas Palau, para escanear el campo de batalla de Peleliu. Una de esas que
enfrentaron a japoneses y estadounidenses en la guerra del Pacífico. Un frente
de guerra al que, durante mucho tiempo, no presté atención, hasta que vi
aquella miniserie, The Pacific, producida
por HBO y estrenada en 2010. La recomiendo totalmente a todo aficionado a las narraciones
bélicas. Unos títulos de crédito memorables, por cierto.
Que me voy. Total, que en teoría Ivy
está allí para mapear los restos de Peleliu. Algo que no es del gusto de todos,
como comprueba en la recepción con la que se abre la novela.
Se produce una situación un poco
tensa y, como si esto fuera una novela de la Regencia, acabará saliendo al
jardín con Jack, el caballero que ha ido al rescate de esta dama en peligro.
Jack, ¿y quién es él? Pues un tipo
cuyo cuerpo serrano ha conseguido despertar a la libido de Ivy. Su deseo estaba
hibernando, desde hace tiempo, por la traición de su exmarido.
Estar lejos de los EE. UU.
es una buena opción ahora que a su ex lo van a juzgar y todo el mundo empieza a
preguntarse si ella no habrá tenido algo que ver en los tejemanejes de él.
No, ella es una víctima más. Su ex vendió
su tecnología a unos malotes, sin saberlo ella. Pronto lo descubrirá cuando lleguen
para llevárselos, a ella y al cachivache.
Solo que ahí está Jack para
rescatarla.
Este tipo tiene su yate de recreo
para turistas varado muy cerca de donde ella toma el hidroavión para sus
mapeos. Así que Ivy lleva un tiempo fijándose en él. Un tipo rubio, de ojos
azules, muy bien musculado. Y lo sabe. Aprovecha el calor tropical para
quitarse la camiseta y que Ivy se lo coma con los ojos.
Él le cuenta que estuvo en el
ejército. Así que cuando Ivy se percata del peligro que la rodea, empaqueta
todo y se va con él.
Qué más quiere el ciego que ver.
Porque nada de todo esto es casual. Jack no es quien parece ser. Tiene una
historia detrás. Ya apareció, por lo visto, en otra entrega anterior, y debió
protagonizar el giro ese del final que ya comenté. No es casual que ahora
aparezca en estas islas en medio del Pacífico. También él necesita algo de Ivy.
Este tipo es el personaje más
especial de este libro, del que poco puedo decir sin destripar. Baste decir que
está cachas, sabe leer a Ivy a la perfección, es un tipo muy observador, y
letal. Algo muy necesario: le va la vida en ello. Pocos personajes en romántica
te llamarán más la atención y se te quedarán grabados en el magín. Como todo
forma parte de su misterio, no puedo comentar más, ya que es un tipo al que hay
que ir descubriendo poco a poco.
Al principio, Ivy no sabe nada de
eso. Aprovecha para darse el gustazo de una noche de pasión, ahora que su
cuerpo siente deseo después de años.
Luego, cuando se encuentre en alta mar a solas con él, las cosas se complicarán. Desalentada, Ivy
comprueba que él es otro más que quiere su talento como cartógrafa, y su espectacular
sistema informático.
Es una de esas intrigas con más
capas que una cebolla. Son varios los que usan a Ivy y a Jack. Ya no sabes quién
es compinche de quién, o si son todos malotes que compiten entre sí para ver
quién se hace con la tecnología.
Entre Ivy y Jack se instalará la
desconfianza, lo que no evita que aquello arda, sexualmente, y hasta que surjan
sentimientos, que para eso estamos en romántica y no solo de carne vive el
hombre. Sin esperanza, porque Jack asume que el final de esta historia no puede
ser bueno para él. Ha hecho cosas terribles, ha traicionado, y tendrá que pagar
un precio. Quiere que aquellos a los que él ama estén seguros, algo que solo
parece posible a cambio de su propia muerte.
Una historia que me ha encantado y
que acabé de leer a las tantas. Su intriga es de esas que te hace preguntarte todo
el rato quién es quién, qué quiere cada personaje y cómo se resolverá la
encrucijada en la que se encuentran Ivy y el personaje de Jack. Hasta hay un giro
final inesperado de esos que no vi venir hasta muy poco antes. Ya sabéis, nada nos
gusta más a los lectores de misterio que una buena sorpresa.
Quizá la forma de resolverse me
pareció un poco precipitada, después de tirarte capítulos y capítulos en los
que no pasaba nada (aparentemente) y luego todo ocurre muy rápido en los
capítulos finales.
Si te gustan los thrillers
ambientados en islas tropicales, con mucho espionaje, lucha y esas cosas, esta
es una buena opción.
Valoración personal: notable, 4
Se la recomendaría a: quienes disfruten de los thrillers
románticos y sexis
Otras críticas de la novela:
No he encontrado críticas en español.
5 estrellas le da Pip en The Romance Reviews. Ojo, que destripan un poco al personaje masculino.
Caz Owens, en All About Romance, le da una DIK A-.
También es ella quien firma la reseña del audiolibro narrado por Nicol
Zanzarella para AudioGals. Califica la historia con A-,
y la narración con B+. Steam
factor, 5.
Y como es difícil encontrar más reseñas. El suspense romántico es lo
que tiene, pues añado los sospechosos habituales.
Amazon, 4.6 estrellas.
Goodreads, 4.27 estrellas.
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