lunes, 14 de mayo de 2018

RETO RITA 2.0: JAYNE ANN KRENTZ (3): «Corazones salvajes»


Un matrimonio de conveniencia en la Seattle de los 90


DATOS GENERALES

Título original: Wildest hearts
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación original en inglés: 04/1993

Edición en español
Título: Corazones salvajes
Traducción: Edith Grandiccelli de Tálamo
Fecha Edición: 1994
Javier Vergara, Editor, S.A.

SINOPSIS

La misteriosa desaparición de su hermano en un avión particular durante un viaje de negocios a Alaska, impulsa a la joven Annie Lyncroft a plantearse la única alternativa viable para salvar la empresa familiar.
Aunque a ojos de todos, la idea de casarse fuera una tremenda locura de la que tendría que arrepentirse, ella había tomado la decisión de contraer matrimonio con el inescrutable Oliver Rain, la única persona que podría ayudarla a liberarse del acoso de los accionistas.
Era consciente de que no sabía mucho de aquel hombre de mirada gris, salvo que tenía fama de ser un ejecutivo con instinto depredador que había edificado una inmensa fortuna gracias a un autocontrol de hierro.
Pero, en aquellos momentos, lo único realmente importante era que Oliver constituía el principal respaldo financiero de Lyncroft Unlimited.
Sin embargo, Annie pronto se dará cuenta de que su matrimonio de conveniencia amenaza con convertirse en una relación extraña y perturbadora...

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, entró en el puesto 573 en mi lista de Las mil mejores novelas románticas. En la encuesta Top 100 de All About Romance de 1998 estaba la n.º 56. En esa página ha tenido crítica de DIK A. Más listas, en una que hizo Dear Author estaba la 55, y cuando Book Binge publicó una lista con su Top 1000, aparecía la 966. Muchos lectores la incluyen entre sus favoritas.

CRÍTICA
Como JAK fue una de mis favoritas, y tengo unas cuantas de sus novelas por casa, sigo haciendo críticas de ella en este «mes de JAK en el Reto RITA 2.0».

Annie. Joven soltera, vive en Seattle, tiene una tienda de decoración que se llama, muy apropiadamente, Extravagancias, y también es socia de la empresa de tecnología punta de su hermano Daniel.

Es la típica heroína JAK, pizpireta, de buen rollo, acostumbrada a ver lo bueno de la gente y a rescatar a personas solitarias e introvertidas, y –por usar una expresión cursi– darles alas para que puedan volar hacia su felicidad.

Su hermano Daniel es un genio en esto de la informática, y trabaja en el desarrollo de tecnología inalámbrica. Algo que ahora nos parece normal, pero en aquella época, todo (ordenadores y teléfonos, principalmente) estaba enchufado a la pared con un cable.

La cosa es que Daniel desaparece en un accidente aéreo y Annie se encuentra con que los acreedores, nerviosos, la agobian. Además, tiene que salvar el legado familiar porque la novia de Daniel está embarazada.

No se le ocurre otra cosa que recurrir a Oliver Rain. Antiguo empleador de Daniel, es uno de esos héroes tan típicamente JAK: rico, solitario, distante emocionalmente, implacable en los negocios, protector de su familia, un poco dictador…

Le gusta el cultivo de helechos, pues quería ser botánico antes de que las circunstancias familiares lo lanzaran al rescate financiero de lo suyo y, ¡anda, si resulta que es un genio en eso de ganar dinero!

El toque zen lo da aquí el que es un señor que practica yoga y más o menos medita, muy reconcentrado en sí mismo.

Desde que se conocieron en la fiesta de compromiso de Daniel, Oliver y Annie se gustaron, pero no intimaron más hasta que la desaparición de Daniel obliga a Annie a una apuesta arriesgada: casarse con Oliver para dar confianza a los acreedores y mantener la empresa a salvo hasta que su hermano reaparezca.

Y Oliver dice que sí, que bueno, que vale.

Es obvio que si Annie le propuso matrimonio, y él aceptó, es porque se gustan. Bien pronto lo demuestran dedicándose entusiásticamente al sexo. En esta novela hay la que creo que es la primera escena de bondage (muy ligerita, eso sí) que leí en una romántica.

Annie se enamora de Oliver casi sin sentir. Y él, de ella, aunque le cueste reconocerlo.

Todos ven en Oliver un hombre manipulador, dictatorial, hasta un poco malévolo y vengativo. Annie, no, y a lo largo de la novela conseguirá hacer que este hombre cambie un poco, saque a la luz sus mejores cualidades, ser, en suma, la persona que Annie ve en él.

En ella, sin embargo, no hay el menor cambio ni evolución. Sigue siendo la misma vivaracha bienintencionada desde el principio hasta el final. Un poco errática en alguna ocasión, pero rápida a corregir si sus impulsos la han llevado donde no quiere. Y muy sincera, muy abierta en su comunicación, casi diría que no tiene filtro.

Puedes añadir como secundarios que aportan el toque gracioso a toda esa familia de Oliver, que vive amedrentada por él, lo quieren, pero intentan ocultarle sus idas y venidas por lo que pudiera pasar. A pesar de todo, por supuesto que él está enteradísimo de todo. En parte, gracias a su fiel sirviente Bolt, del que Annie sospecha que es en parte robótico.

El tipo de personajes es muy parecido a otras de JAK. La ambientación en Seattle, también. El estilo, el de siempre: ligero, humorístico, su poquito de intriga empresarial, y toque buen-rollístico de «todo el mundo es bueno, vamos a comunicarnos mejor y expresar nuestros sentimientos reprimidos y ya verás como todo mejora».

Me gustó muchísimo cuando la leí y releí hace años. Me gustó tanto que la tengo en los dos idiomas: español e inglés. Habría sido un 5 estrellas, un A+, un Squee...

Esta vez me ha costado un poco entrar en ella, porque veía demasiados parecidos con las otras de JAK, lo cual está genial cuando lees una al año, pero supone un contratiempo cuando las lees una detrás de otra.

Pero luego la cosa se animó y no pude parar de leer hasta el final.

Creo, sinceramente, que es de las que aún se pueden leer y disfrutar a día de hoy.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: los aficionados a la romántica contemporánea con su toque de humor.

Otras críticas de la novela:
No es fácil encontrar críticas de novelas tan viejunas. He aquí lo poco que he encontrado.
En español, El Rincón de la novela romántica, Marta Clara a puntúa 5 sobre 5.
Paso al inglés, que en español no vi más.
Reseña en Publishers Weekly.
En inglés, Rosario’s Reading Journal, le dio una B+ al releerla.

Lori, del blog I Just Finished Reading…. usó esta novela en un TBR Challenge (2012) en el mes en que tenían que leer un libro anterior al 2000 y le gustó, la verdad, un poco sorprendiéndola, porque decía que a ella no le gustaba JAK.

4 comentarios:

  1. La leí hace un montón y me gustó aunque recuerdo poco.
    Con JAK empecé con las contemporáneas y seguí con las históricas. Con estas última me ha pasado de empezar a leer alguna y descubrir que ya la había leído, pero no, ¿era esa u era otra? y otras que creía que había leído, pero no. No sé si me explico.
    Si, es un poco repetitiva, pero me encanta.
    No he leído sus futuristas.

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    1. Estoy totalmente contigo: son repetitivas y a veces no sabes si las has leído o no. Yo algunas he descubierto que las he leído porque las tengo en las baldas, y no en los montones de libros pendientes de leer.
      A mí me pasa como a ti, que tampoco he leído nada futurista de ella, y eso que tengo alguna por casa desde hace años, pero nada, que no me pongo a ello.

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  2. Hola, acabo de descubrir esta página y me parece muy interesante. He estado leyendo las últimas entradas y he decidido detenerme en esta, porque recuerdo perfectamente que este fue el primer libro que leí de J. A. Krentz y me gustó mucho, tanto que lo he vuelto a leer en varias ocasiones a lo largo de los años.
    En general me gustan los libros de J. A. K. y los que firma como Amanda Quick, aunque considero que, como pasa con muchos otros autores, hay que leerlos distanciados en el tiempo, para que no te sature esa tendencia a la repetición que caracteriza a muchos de sus personajes e historias. Aún así, siempre me entretiene
    Un saludo!
    Julia

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    1. Gracias por pasarte por aquí a comentar. Yo creo que has dado con la clave: distanciar este tipo de lecturas, porque siguen el mismo esquema.

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