jueves, 24 de mayo de 2018

Crítica: “It takes two to tumble”, de Cat Sebastian


Coge al capitán Wentworth, hazle gay
y te saldrá más o menos esto.


DATOS GENERALES

Título original: It Takes Two to Tumble
Subgénero: histórica / Regencia

Fecha de publicación original en inglés: diciembre 2017
Serie: Seducing the Sedgwicks #1
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

Algunas de las cosas favoritas de Ben Sedgwick:

·         Ayudar a sus parroquianos
·         Las crías de animales
·         Flirtear descaradamente con el guapo capitán Phillip Dacre

Después de recibir una educación de lo menos convencional, Ben está satisfecho con la vida tranquila y predecible de un vicario rural, libre de luchas o agitación. Cuando le piden que cuide a los tres salvajes hijos de un capitán ausente, acepta con renuencia, pero inmediatamente se enamora de estos gamberros. Y cuando su severo, pero gloriosamente guapo padre llega, Ben se siente tentado de tal manera que acaba dudando de todo.

Algunas de las cosas favoritas de Phillip Dacre:

·         Su barco
·         Que la gente haga precisamente lo que se le ordena
·         Tocar al irresistible vicario siempre que pueda.

Phillip está deseando largarse de las orillas de Inglaterra y volver a su barco, lejos del dolor que lo acosa. Pero sus hijos han espantado a toda una serie de tutores e institutrices, y debe arreglar las cosas. La inesperada presencia del alegre y adorable vicario da un vuelco a su vida y ahora parece que no puede vivir sin las sonrisas de Ben o sus devastadores besos.

En medio de niños fugados, una trama de chantaje a la familia de Ben y tortuosas noches de placer, Ben y Phillip deben decidir si una vida segura merece la pena si eso significa perder justo lo que les hace sentir vivos.


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
Salió hace unos meses y aún pronto para decirlo, pero a mí me parece que sí. Estaría, al menos de momento entre las diez mil mejores novelas románticas, gracias a que Jay, una de las personas que publica críticas en Joyfully Jay, una de mis páginas de referencia en novelas románticas LGBTQ+, la ha incluido entre sus mejores novelas del año 2017. Además, tiene uno de esos tópicos que tanto gustan de «enemigos a amantes».

CRÍTICA

Definitivamente, Cat Sebastian se está convirtiendo en una de mis autoras favoritas, porque me estoy leyendo todo lo que publica. Escribe novela romántica histórica de la Regencia, sólo que con personajes gais. Y la publica Avon, lo que suele ser garantía de calidad.
Sebastian es tan competente escribiendo que una cosa lleva a la otra y cuando te quieres dar cuenta, la novela ha acabado, los protas están juntos y felices y posiblemente pasado mañana no recuerdes ni sus nombres.
El capitán Dacre vuelve a casa para pasar los dos meses hasta que reparen su barco, el Patroclus (no, el nombre no significa nada, ¡anda ya!). Su esposa murió, y a sus hijos los ve poco.
Sigue un poco deprimido porque murió su teniente, con el que tuvo una relación discreta a la que no fue capaz de poner un nombre hasta que fue demasiado tarde.
No se siente cómodo en tierra. Y menos cuando descubre que sus hijos son inquietos y traviesos. Al principio no sabe bien cómo tratarlos. Le ayudará Ben Sedgwick, el vicario, a quien han encargado cuidar de los críos después de que tutores, institutrices y escuelas diversas no hayan hecho vida de ellos.
Ben está comprometido para casarse. No desea otra cosa que vivir en este pueblo tranquilo, casarse, formar una familia y dedicar su vida a ayudar a los demás. Es un hombre sencillo y alegre. Alice, su prometida y mejor amiga, lo tiene bien calado:
Alice le dijo que tenía la sensibilidad estética de un niño: le gustaba el verano, los cachorros y los pasteles de frutas.
Sí, alguna vez tiene fantasías con hombres, pero así como muy vagas, nada concreto. Nunca ha sentido la necesidad de llevar a la realidad sus deseos con un hombre en particular.
Hasta que Phillip, el capitán Dacre, tan sombrío como luminoso es Ben, entra en su vida. Entonces empieza a plantearse cosas, qué podría estar faltando en su vida.
La paz, eso lo sabía Ben, era una serie de pequeñas cosas, cada una de ellas insignificantes pero juntas marcando hitos en su vida: sus parroquianos sabían que cuando estuvieran enfermos, él los visitaría, que cuando pasaran necesidad, encontraría la forma de ayudarlos. No se había dado cuenta de que esta otra clase de amor, la clase que sentía por Phillip, tenía tanto en común con caer de un acantilado. No podía dejar de amar a Phillip como no podía parar la gravedad.
Al final del libro, los dos habrán cambiado, tomado decisiones que alterarán sus vidas para siempre, son más sabios y sí, más felices, que al principio.
Sólo en un mundo de novela rosa pueden tener lugar estos amores tan felices en un mundo que, en realidad, castigaba con la cárcel la sodomía.
Es complaciente, lo sé, pero en cierto sentido reconfortante. Igual en tiempos terribles pudo haber gente que tuviera estos momentos de felicidad, esas vidas únicas.
Leí este libro cuando salió, hace meses, en un momento de bajón, de esos en que sientes que nadie te aprecia, que no vales demasiado… Y me animó, me reconfortó. El momento malo pasó y volví a la normalidad de la gente que sí me aprecia, que me manda inspirados mensajes de ánimo. 
La familia de elección, uno de esos tópicos que aparecen de vez en cuando en romántica (sin ir más lejos, El hombre del espejo iba de eso) y con el que me identifico. Porque a veces la mejor familia no son tus padres o tus hermanos, sino la que construyes a su alrededor, día a día, tu pareja, tus amigos, hasta compañeros de trabajo que entienden, muchas veces mejor que nadie, por lo que están pasando.
Y tus hijos, claro. Con las frikadas que compartes y aquellas que no tienes ni idea de qué están hablando. ¿Quién es ese Daryll que debería estar muerto hace unas temporadas?
Ellos son quienes comparten tus momentos malos hasta que se pasan y vuelves a la normalidad de los días felices y las sonrisas. Hay una parte de este libro que me hizo especialmente recordar estas cosas. Es un comentario que Ben, el vicario, le debió hacer en el pasado al hijo mayor de Phillip. Y que luego el niño repite, muy serio, los niños son fantásticos para recordarte estas cosas que dijiste y de las que tú ya ni te acuerdas.
A los momentos tristes, los llama «Brown studies».
Él dice que a veces nuestras mentes nos dicen las cosas más feas. Que todo lo que hacemos carece de sentido, que todos a los que conocemos estarían mejor sin nosotros – dudó. – Después de que Madre muriese tuve un buen número de Brown studies.
Qué forma más adecuada de describir esos días tristes: nuestras mentes nos dicen las cosas más feas. Lo que Sedgwick dijo, y se le quedó grabado al muchacho (tiene trece años).
Lo importante, dice el Sr. Sedgwick, es recordar que durante los brown studies, nuestras mentes no son particularmente sinceras. Que si quieres saber la verdad, tendrás que esperar a que se recupere la normalidad.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: amantes de una Regencia feliz en la que todo es posible.

Otras críticas de la novela:

Sólo he visto críticas en inglés, y todas ponen esta novela por las nubes:

Dog-Eared Daydreams le da 5+ estrellas, y al final refleja exactamente mi sentimiento al acabar de leer esta novela:
Y ahora siento curiosidad por lo que espera a Hartley Sedgwick y si comparte una historia con un tal Martin Easterbrook. Hasta que se publique el segundo libro de la serie en julio de 2018, sin embargo, simplemente me tengo que contentar con animar a todos a hacerse con It Takes Two to Tumble, que recibe 5+ estrellas y es una de mis favoritas de 2017. ♥
Joyfully Jay 4.75 estrellas.
OMG Reads, 4,5 estrellas.
En All About Romance le hicieron crítica de B+.
Love in Panels! le gustó mucho.
Sinopsis y un fragmento del libro, en Happy Ever After (USA Today).

3 comentarios:

  1. Siempre habia pensado que el publico de este tipo de novelas era el lgtb. Lo siento pero a mi no me atrae en absoluto esta temática. Soy rara? retrógrada ?.

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    1. Hombre, para gustos, los colores. Si a ti este tipo de novela no te gusta, no te fuerces.
      A mí no me mola lo paranormal, ni Julia Quinn, Julie Garwood o Diana Gabaldón, por ejemplo, y no por eso me considero rara.
      Seguro que te sorprende saberlo, pero como todo en romántica, la mayor parte de quienes escriben y de quienes leemos novela rosa gay somos mujeres cishet.
      A mi me recuerda un poco al manga yaoi (puedes verlo en la wikipedia), que es producto orientado a un público mayoritariamente femenino que narra los amores de dos chicos.
      De hecho, hay quien se plantea si no será una forma de «ficción de explotación» (como la blaxploitation, pero en gay), pero yo no le doy muchas vueltas, me gusta leer una historia de amor, esté protagonizada por quien sea.
      Tal como yo lo veo, que uno sea retrógrado o no, no depende de sus lecturas sino de sus creencias político-sociales.

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    2. Ay Bona!. La de cosas que he tenido que buscar en la wikipedia hoy!. "Cishet"; "manga yaoi"; "ficción de explotación". Yo que soy medio leida (evidentemente no soy totalmente leída), no habia oido ni leido jamás nada de esto!. Lo del manga yaoi sobre todo da paracuna tesis!!!

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