sábado, 31 de diciembre de 2022

Que la Nochevieja sea animada y el 2023, estupendo

Este año tampoco he podido viajar en Navidades. Y no es porque yo no quisiera, que me reservé días para relajarme. Pues no he podido, por temas laborales. 

Eso me ha permitido seguir críticas y aprovechar para felicitaros el Año Nuevo.

Creo que 2023 ya es el de la normalización. La COVID-19 vino y se ha quedado con nosotros, como una enfermedad más.

He publicado un poco menos que el año pasado, pero eso ni incrementa ni disminuye mis lectores.

Aparte de los artículos habituales de «Lo mejor» del año anterior, mi «cumpleblog», y alguna efemérides, he publicado uno sobre mi Olimpo romántico, y otro con el Top de «enemies».

Sigo en Goodreads, comentando cosas nuevas, y recuperando algunas que ya leí en el pasado. Es el sitio donde meto algunas novelas que no me parece que merezcan ni siquiera una reseña breve. Y comento las que dejo sin terminar.

Porque sí, finalmente este año me he animado más a dejar libros sin terminar. Si no me engancha, lucho más o menos dependiendo de si es una novela muy apreciada, a ver si llega alguna parte destacada.

Sigo leyendo en papel y digital, en diversos formatos: el Kindle, en las aplicaciones del móvil (Book Funnel, Google Play, Kindle viejo...) , para gran horror de parte de mi entorno que no entienden cómo se pueden leer libros en el móvil. El papel lo reservo para cosas como la novela anual de Sandra Brown.

Mi año Game Changers 🏒🏒🏒

Básicamente recordaré 2022 como el año de los Game Changers. Una serie ambientada en la NHL, male/male romances que mezclan lo deportivo con lo anímico, el sexo y las emociones. Llevaba años por ahí, pero yo las descubrí este año. Mi nivel de obsesión con Ilya & Shane es tremendo.

Sobre todo, Ilya, un personaje que domina no solo sus dos libros, sino que aparece en momentos clave del resto de novelas. Tiene una capacidad casi sobrenatural en captar la psicología del otro, su estado de ánimo, y decir o hacer algo relevante para la trama del libro de que se trate.

Un malhablado que dice de todo en los face-off y cuyo mayor placer es callar los estadios, sí, ese momento en que la multitud del equipo rival se da cuenta de que pierden el partido.

Enamoradísimo de su chico, lo sacrifica prácticamente todo por él. Y eso que se la juega mucho. Un tipo gay que reconoce que su mayor miedo es que lo manden de vuelta a Rusia.

 

Cosas que no he hecho 😔

Pensé que 2021 iba a ser el año Sherry Thomas. Y no. En 2022 pretendía darle un arreón a su bibliografía. Pues no, me he distraído en otras cosas.

Quería acabar la lista Top 100 de All About Romance 2018. ¡Solo me quedaban tres libros! Pues con Kiss of snow me di por vencida. Lo paranormal no es lo mío, así que esta la dejé a medias y ya no lo intenté con Heart of obsidian. Me gusta mucho Nalini Singh, pero en contemporánea. En ese género es auto-buy, pero lo paranormal nope. En suspense aún no la he probado, ya veré. Y ya el otro, Kulti de Mariana Zapata, ni me lo planteé. Lo que he leído de esta autora me aburrió tremendamente, creo que es ese tipo de contemporánea que ahora se hace mucho de rumiaciones eternas que no me van. Su presencia en la lista solo me la explico con una base fan muy disciplinada.

No soy de las que «compra todo el pack» en nada, ni en política ni en mis gustos. Así que hay una parte de la novela romántica que prácticamente no he tocado. En español poco o nada. Fantasía/paranormal/ciencia ficción, muy poquito. Dentro del LGBT, nada ni L ni T ni Q. De erótica, intento evitar el sadomaso.

Bien por quien les guste, ¿eh? No es que me parezca mal ni nada parecido. Es solo que, después de varios intentos con resultados mediocres, he decidido no darle más oportunidades a cosas que lo más probable es que no me vayan a gustar. No tengo ni tiempo ni dinero que perder.

 

¿Qué voy a hacer el año que viene?

Pues más o menos lo mismo que este.

Seguiré haciendo críticas, compaginando las largas con las cortas. Creo que me voy a centrar en lo que me gusta, como el suspense romántico, ahora que he descubierto a un puñado de autoras recientes muy competentes, Rachel Grant, Toni Anderson, Carolyn Crane, Louise Dawn, por ejemplo.

También me encantó la serie Linear Tactical de Janie Crouch, pero la nueva le ha dado por el formato primera persona dual, y yo por ahí no paso. ¿NA para suspense? NO. Big no no. 😈

En general, el suspense romántico es el tipo de libro más caro. Por eso tengo que ir a tiro hecho, comprar solo autoras que me van a gustar.

Ojo, también en otros géneros hay autoras (o editoriales) que se suben mucho a la parra, como Tessa Bailey, que como gusta mucho, sus precios en digital son, para mí, disparatados.

Pero bueno, para eso está Book Bub, para encontrar cosas interesantes gratis o rebajadas.

Seguiré con contemporánea porque es la más barata, hay más oportunidades de leer en KU, o que te la regalen.

Y en histórica, nada, me resigno. Lo que se escribe ahora no me va. Así que tiraré de las autoras de toda la vida.

Lo que no sé es si escribir más artículos. La idea que me ronda en la cabeza es la de escribir articulillos sobre los géneros. Pero para eso tengo que leer un poquito de teoría literaria que se pueda aplicar luego al análisis de la novela romántica.

En lo personal ha sido un año complicado en el trabajo. Mucho trabajo, he metido muchas horas y eso me ha quitado tiempo para otras cosas que me gustan. ¿Resultado? He tenido que dejar un poco de lado mi otro blog, Glazomanía. He hecho menos ejercicio físico, lo que lamentablemente trasciende en subir un par de kilos 😭Tampoco he podido leer tanta literatura y ensayo como pretendía, porque ese tipo de libros me exige un esfuerzo mental que en muchos momentos no tenía. Cuando estoy mentalmente agotada, solo la romántica me rescata.

Como me he dado cuenta de que, al final, todo ese esfuerzo no cunde, lo doy por perdido. A ver si en 2023 vuelvo a los buenos hábitos, a hacer todo el ejercicio que necesito, y hacer todas esas cosas que me gustan. 

Porque, al fin y al cabo, nadie en su lecho de muerte dice «ojalá hubiera estado más tiempo en el trabajo», según descubrí este año en un programa de 6 minutes English.  

Según puedes leer aquí, el principal arrepentimiento de mucha gente es «ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera» y «ojalá no hubiera trabajado tanto».

Me ha hecho pensar mucho este vídeo corto de un psicólogo en Internet.


Desde que lo vi, estoy intentando darme cuenta de lo que es importante. Qué cosas quiero cambiar y cuáles me quitan un tiempo que ya no voy a recuperar.

Si solo me quedaran seis meses de vida, no pondría tanto de mí en el trabajo. Invertiría más en mis cosas y en mi gente. Así que, aunque sé que en lo laboral 2023 también va a ser estresante, mi intención es recuperar esas cosas que este año he abandonado un poco en favor de un trabajo que no merece la pena más allá del hecho de que me pagan por ello.

 

Felicitaciones

Un año más, muchas, muchas gracias por estar ahí, por seguir leyéndome y encontrar algo útil en mis opiniones. Esto lo hago por amor al arte, para otros lectores de romántica, para que no pierdan el tiempo y el dinero con cosas que me parezcan malas, y descubriros cosas estupendas. Siempre desde mi perspectiva personal, ¿eh? Que en esto nadie tiene la última palabra, yo solo hablo de mi experiencia.

De nuevo esta noche, como tantas otras, uvas y champán, por los que están, por los que se fueron, por los que vendrán…

Y nada, os deseo lo de siempre para el año 2023: salud, dinero y amor… Más un buen puñado de romances.

Un beso y un abrazo.





miércoles, 28 de diciembre de 2022

Crítica: “Queen move”, de Kennedy Ryan


Un par de amigos con mucha química

 


DATOS GENERALES

Título original: Queen move

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación: 6/2020

Parte de una serie: All the King’s Men #3

Páginas: 300

 

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

Ambición. Venganza amor

El chico al que siempre sentí como mío ahora es el hombre que no puedo tener...

Busca un poco y encontrarás fotos mías en la bañera con Ezra Stern.

No pienses mal, teníamos seis meses.

Escarba un poco más y uno de nosotros puede confesar que reservamos nuestro primer beso el uno para el otro.

Los más torpes, húmedos, descuidados… y espectaculares treinta segundos de mi adolescencia.

Adéntrate en nuestros asuntos y verás dos familias, más unidas que la sangre, separadas en un instante.

Veinte años después, mi «patito torpe» y mejor amigo de la infancia, el niño en que nadie se fijaba, es un hombre al que nadie puede ignorar.

Más fino, feroz, inteligente.

Ajeno.

Dime que está mal.

Dime que el chico al que siempre sentí como mío es ahora el hombre que no puedo tener.

Cuando nos encontramos de nuevo, todo se mete por medio: secretos, mentiras, promesas.

Pero no hemos llegado tan lejos para abandonar ahora.

Y sé justo qué movimiento tengo que hacer si quiero hacerlo mío.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí, entró en mi lista de mil mejores novelas, versión de 2021, en el puesto 409. Tuvo críticas estupendas: DIK A en All About Romance, 5 estrellas Amy Dickinson, Simply Love Book Reviews (y Guilty pleasures Purest Delight, que viene a ser lo mismo), y Kimberly Faye Reads, además de ser favorito de Natasha is a Book Junie y (un)Conventional Bookworms. Ganó el premio Swoon de 2020 para la narración del audiolibro narrado por Eboni Flowers y Jacobi Diem. También lo escogieron entre lo mejor del año en la página web All About Romance, Caroline, Kristen y The Oprah’s Magazine, Jen de Smexy Books, y Natasha is a Book Junkie la escogió entre lo mejor del año en la categoría most compelling characters. Tiene ese tópico tan atractivo de los friends to lovers.

 

CRÍTICA

La tercera entrega de serie All the King’s Men es una novela autoconclusiva, a diferencia de los dos primeros, que eran un dueto sobre la misma pareja.

Recurre a dos tópicos que a mí me suelen gustar, friends to lovers y second chance.

Empieza fuerte, cuando Kimba acude al funeral de su padre. Acude a darle el pésame Ezra Stern.

Hace dos décadas que no se ven. Pero es como si hubieran estado juntos ayer mismo, como si los años no hubieran pasado. Toda la amistad, y la atracción que sintieron, revive al instante.

Pero Ezra está con su hijo y la atractiva madre de este. Así que Kimba no puede ni plantearse iniciar nada con él. «Pertenece» a otra. Salto adelante dos años después…

Kimba trabaja de asesora en campañas electorales, con bastante éxito. Él ha montado una institución educativa y va a sacar su primer libro.

Kimba y Ezra nacieron justo el mismo día. Eran vecinos que compartieron experiencias desde que eran bebés. Llegada la adolescencia, aquello se transformó casi sin sentir en un enamoramiento muy dulce. Compartieron un primer beso, inocente pero apasionado.

Hasta que la relación entre sus familias se rompió… y se han tirado veinticuatro años sin verse.

Se separaron a los trece años y se reencuentran con treinta y siete, con él con pareja fija y niño de diez años. Ella no ha tenido ninguna relación estable, solo líos puramente sexuales.

El reencuentro me pareció lo mejor de la novela. Muy fuerte, espectacular la intensidad de los sentimientos al volver a echarse el ojo encima. Las dificultades de Ezra con su pareja, cómo van (re)conociéndose Ezra y Kimba, las dudas de si empezar algo o no... Química que funciona de sobra.

Llegó un momento en que todo el pescado estaba vendido. Estaban juntos y enamorados, decididos a dar una oportunidad a lo suyo. Y yo veía que quedaba bastante libro. Tenía la impresión de que la autora alargaba la cosa, dando tiempo a que se formara el drama… Como es Kennedy Ryan, tenía que venir algo para separarlos, o complicarles la vida, como si la perimenopausa de Kimba no bastara…

Cuando llegan los problemas, no es hostiazo como en la anterior, sino más bien mñé, un poco por justificar que el happy ending estuviera cien páginas más allá.

Así que la parte de reencuentro y enamoramiento es precioso… pero en sí, cabe en un dedal.

El friends to lovers es de esos en que los dos empiezan a mirarse con otros ojos al mismo tiempo, cuando son jovencitos. Todo pasa muy natural, como que no dejan de ser amigos por el hecho de que se amen.

El tópico second chance tiene varias exigencias. Primero, que lo que los separó en el pasado fuera algo serio, no una chorradita por la que les pierdas el respecto a los personajes. Aquí se cumple, porque eran unos críos y los padres de Ezra se lo llevaron lejos.

Segundo, aquello que los separó tiene que quedar bien superado para que su final feliz sea creíble. Claro, estando en la treintena, lo tienen superado de sobra.

Tercero, la second chance requiere también que haya alguna explicación lógica para que estos dos no se reencontraran antes. Se supone que son el amor de su vida, el alma gemela, la persona única en el mundo, y es así desde que son bebés… Entonces, ¿por qué se han tirado 24 años sin intentar contactar el uno con el otro…?

Es lo que suena menos convincente, que no intentaran en ningún momento ser, al menos, amigos en Facebook.

No me gustó nada que la médico de Kimba la recomienda homeopatía para la perimenopausia. No me pareció muy serio cómo trataban este trastorno, como si el único problema es tenga dificultades para concebir. No, la cosa es peor, el descenso de hormonas afecta a mogollón de aspectos de tu salud, por lo que tonterías las justas.

Si hace falta terapia sustitutiva, hace falta, y no conviene que pierdas el tiempo con azucarillos.

La menopausia, temprana o no, lo que te dice es que se acabó el tiempo de hacer el tonto. Tienes que comer sano y hacer ejercicio (pero en condiciones, de fuerza y cardio, no solo yoga),… porque si no, en una década una caída tonta acaba rompiéndose media docena de huesos.

Como le oí a un médico en el podcast de la Mitre, no dejas de hacer ejercicio porque envejezcas, sino que envejeces porque dejas de hacer ejercicio.

Creo que es lo que más me disgusta de esta novela, esta Kimba en plan Steve Jobs.

Debe ser cosa de la autora, no del personaje. Ya en Hook shot sacó su ramalazo magufo con el vudú. Aquí lo saca tratando una enfermedad real con pseudoterapias.

Aparte de eso, la novela te saca otros dos estereotipos que me ponían de los nervios. Por un lado la típica amiga petarda a la que no ve tampoco desde hace años pero de repente son amiguísimas y se cuentan intimidades.

Luego es novela con niño, algo que realmente no me gusta. El hijo de Ezra es una criatura ideal, guapo, listo,… sin el menor problema con sus padres ni con nada. Y que obviamente desaparece de manera oportuna cuando toca que Ezra y Kimba tengan sexo.

Son esas cositas las que bajan un poco me aprecio de esta novela. En general, me resultó entretenida, me gustó leerla, sobre todo por lo interesantes que son los personajes. El estilo narrativo de Kennedy Ryan también es un punto, se te hace fácil, te atrapa, te crea mundos enteros con pocas palabras… 

Eso sí, sigue siendo primera persona dual, y en su caso, como en el de tantas otras, la «voz» de un personaje es indistinguible de la del otro.

En conjunto, cosas buenas y cosas malas, pero es de las que merece la pena, para mí.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes disfruten con estos disgustos.

Otras críticas de la novela:

En español he encontrado esta reseña de Café & Gotas de tinta, que la pone como recomendable.

Paso al inglés.

All About Romance, DIK A. 

Simply Love Books review, purest delight

Kimberly Faye Reads, 5 estrellas. 

Natasha is a Book Junkie, 5 estrellas

(un) Conventional Bookworms, 5 gusanitos

lunes, 26 de diciembre de 2022

Crítica: “Overkill”, de Sandra Brown

 

             Qué buena es esta mujer, aquí con un romance dulce y su intriga



DATOS GENERALES

Título original: Overkill

Subgénero: suspense

Fecha de publicación original en inglés: agosto de 2022

448 páginas

Grand Central

ISBN: 1538752018


NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

 

SINOPSIS (de Fiction Data Base)

Un asesino caminando libre. Una vida pendiendo de un hilo. La elección definitiva.

Zach Bridger, ex estrella de la NFL, se divorció de Rebecca hace cinco años, pero todavía es su representante a efectos médicos, según un poder notarial, y su ex esposa se encuentra en un estado vegetativo persistente con soporte vital. El hombre responsable de su condición se encuentra actualmente en libertad. Para perseguirlo por asesinato, Zach debe desconectar el soporte vital de Rebecca. Enfrentado a la decisión final, Zach debe luchar con el bien y el mal en busca de justicia para Rebecca.

¿Lo hará o no?...

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No. Como es habitual, es de las que compro (¡y en papel!) solo por ser de Sandra Brown. De momento está en mi base de datos en torno al puesto 10.000, gracias a la calificación de A que le dan en The Good, the Bad and the Unread y cinco estrellas en The Book Worm.

 

CRÍTICA

Uno de los acontecimientos del año en romántica es, para mí, la novela que saque Sandra Brown. Es la más antigua de mis favoritas. Llevo leyéndola desde... 1997, creo, viviendo yo por entonces en BCN. Mi historia con ella la cuento aquí

Otras de mis favoritas dejaron de escribir, o se dedicaron a otros géneros, o simplemente ya no conecto con sus libros. Creo que solo Kleypas y Brown siguen estando ahí, firmes, para mí. Solo que Kleypas a veces falla, este año por ejemplo no ha sacado libro, y hubo una época en que le entró la veleidad contemporánea.

Sandra Brown no. Ella sigue siendo precisa como un reloj de cuco made in Switzerland. Todo lo más, te podrá sorprender con pequeñas joyitas ambientadas en otra época como Blind tiger o Rainwater.

Aquí tenemos una historia que te hace preguntarte cosas. Lo bueno es que vayas descubriendo todo por ti mismo, como me ocurre a mi, que ni me leo las sinopsis cuando compro sus libros.

Tenemos a Zach Bridger, antigua estrella de la NFL. Un quaterback, cómo no. Estuvo casado, durante unos meses, con una chica de esas encantadas de ser una WAG. Pero la cosa no funcionó y se divorciaron.

Después a ella le pasó algo que la dejó en coma, en estado vegetativo, y Zach descubrió con sorpresa que a pesar del divorcio, él seguía siendo la persona apoderada para representarla en temas de salud.

Es él quien puede tomar la decisión de desenchufarla o no, perdida toda esperanza de recuperación.

Como los padres de ella –exsuegros de él–, son muy religiosos, Zach decide mantenerla con vida.

Claro que pasa el tiempo. El responsable de que ella esté así ha salido de la cárcel. Como ella no está muerta, no le pueden imputar un homicidio o asesinato.

La chica de la película, Kate, es una fiscal con muchas ganas de que este tipejo vuelva a la cárcel.

Para ello, claro, Rebecca tiene que morir.

Y eso depende de que Zach lo autorice.

Así es como se conocen estos dos, y en seguida se caen bien, tras algún que otro choque inicial. La atracción entre ellos está ahí. Solo que hay un claro conflicto de interés, sería muy poco ético que estos dos se enrollaran.

Su romance, así, va evolucionando poco a poco. Diría que es más bien dulce, aunque haya su momento sexi, no diría que sea apasionado ni mucho menos chorreante.

Yo suelo decir que Brown escribe un tipo de suspense no gore, aunque pueda haber muertos y sociópatas. Aquí hay de las dos cosas. Sobre todo, un sociópata, el malvado Eban, un tipo pijo que siempre ha hecho lo que le dio la gana y no tiene la menor intención de que lo vuelvan a enjuiciar si Zach decide desconectar a su ex.

Después de haberme leído todas las novelas de Sandra Brown, es inevitable que asocie elementos de libros anteriores. Este malo, Eban, me recuerda algo al de Smash cut, un sociópata bastante desagradable.

Lo de Sandra Brown es más bien la intriga, ir descubriendo secretos, así como los giros inesperados. Cada capítulo te tiene mordiéndote las uñas, con pequeñas sorpresitas, hasta dejarte pasmada con un giro final.

Hay veces en que te vuelves loca pensando en el whodonit. En otras ocasiones hace como aquí: sabes quién es el malo desde el principio. No hay tanta tensión y ansiedad por saber quién hizo qué. Se trata solo de ver cómo se las ingenian para atraparlo.

Como malo, Eban es desagradable, pero no tan enloquecedoramente perfecto como el que estaba en The Crush, que te volvías tarumba pensando a ver cómo iban a acabar con él.

A lo largo de los años, Sandra Brown fue enfatizando el suspense hasta dejar lo romántico reducido al mínimo. No obstante, ha habido un momento en que ha dado un cierto giro, recuperando el peso del romance, aunque sea a costa de que sus tramas de intriga no sean tan intrincadas o no haya una sorpresa final.

Aquí no la hay, lo advierto. La sorpresa final, digo. Leí el epílogo a ver si salía algo que diera un giro a la historia, y te hiciera ver lo anterior bajo otra luz. Pero no, solo cerraba los hilos de diversos personajes, nada más. Sí que hay alguna sorpresita, mas pequeña.

Eso sí, cumple con lo esperado de novelas intensas, bien construidas, en las que no sobra una coma. Ya digo que las cojo sin leerme ni de qué va. Las leo despacito, atenta, para no perderme nada, ni una palabra.

Me esfuerzo por alargar la lectura, intentando que me dure unos cuantos días. Porque es una gozada enfrentarse a un libro con la tranquilidad de saber que está bien escrito, ágil, con personajes bien definidos, diálogos que te atrapan, ambientación atractiva, a veces de naturaleza y otras de ciudades, pero con un par de pinceladas nada más.

Si lo hubiera escrito cualquier otra sería un bombazo, todo un hallazgo. Como es Brown y nos tiene acostumbrada a la excelencia, pues dices que, dentro de su bibliografía, esta se queda en un «bien, 3 estrellas», porque tiene otras cosas todavía más increíbles. Algunas que a ese buen hacer le añade algo especial y un puñado que, además, te dejan resacosas y resultan inolvidables.

Este Overkill sigue la senda de las últimas que ha escrito, como Tailspin (2018) o Outfox (2019). O sea, mete un poquito más de romance y baja algo la tensión de la intriga. Sigue manteniendo algún giro sorprendente, pero nada enloquecedor. Las de 2020 y 2021 fueron otra cosa.

Con ese esquema, consigue novelas de suspense romántico que equilibran muy bien misterio y romance, dando a cada una el espacio necesario.

Valoración personal: buena, 3.

Se la recomendaría a: quien gusten del suspense romántico bien equilibrado.

Otras críticas de la novela:

Como me suele ocurrir con los libros de Sandra Brown, ni he visto críticas en español, ni tampoco la veo comentada en las habituales páginas de romántica en inglés.

The Good, the Bad and the Unread, una A

No Apology Book Reviews, 5 estrellas

About that story, 3.5 estrellas

What’s Better Than Books, 9/10 (o 4 ½ estrellas). 

All About Romance, una B

Carole’s Random Life, 4 estrellas

 

Si quieres ver a Sandra Brown leyendo fragmentos de esta historia, aquí te la dejo. 




De nuevo, como siempre, me muero por saber quién es su cirujano plástico. Os lo recuerdo, nació en 1948. 74 años.

sábado, 24 de diciembre de 2022

Crítica: “Egotistical puckboy”, de Eden Finley & Saxon James

 

Gay NA con cierta chispa en los diálogos

 


EGOTISTICAL PUCKBOY

 

Por EDEN FINLEY & SAXON JAMES Fecha: febrero de 2022

 

           

¿Novela gay ambientada en la NHL? ¡A mis brazos!, me dije.

Menos me animaba el tema de la narración NA. Ya sabéis que tengo ciertos problemas con esta forma de narrar de primera persona dual, porque no distingo las voces de los personajes, y por lo tanto a veces no sé quién me está contando la cosa.

También me pasa que, al haberse generalizado este estilo desde hace unos años, al final todas las novelas me suenan igual. Como si fueran todas de la misma autora y las protagonizaran siempre las mismas personas, sean chicos, chicas o no binarios.

Tiene un planteamiento enemies to lovers. Anton y Ezra no se han llevado bien, su hostilidad es conocida por todos, y las chispas pasan de lo tolerable cuando tienen que jugar juntos.

Ezra Palaszczuk (27) es descendiente de un inmigrante polaco a los EE. UU. Este Ezra es un fiestero, abiertamente gay, out and proud. Un tipo muy seguro de sí, egocéntrico y descarado.

Todo lo contrario que su némesis, Anton, el tipo perfecto y repeinado. No es que él oculte su tendencia a familia y equipo, pero no soportaría estar en primera plana por su vida sexual. Tanto, que Ezra asume que es hetero. Así de discreto es.

Ahora, esta rivalidad que hay entre ellos no les impide tener sexo, a ver si se ventila un poco el aire entre ellos. 

Va a ser que no.

Sí, recuerda un poco, inevitablemente, a Ilya y Shane, pero no lo son, ni de lejos. Aquí no hay esa intensidad emocional, no hay un personaje inolvidable como Ilya…

Pero esta historia merece la pena por ese puntito de humor que tienen en su rivalidad deportiva. Eso da lugar a diálogos chispeantes, de esos que esperas en una novela con el tópico enemies to lovers.

Y también –no lo voy a negar– por los encuentros sexuales, muy fogosos y explícitos.

Al final, es con lo que me quedo de la novela.

Se puede leer bien de forma independiente, pero te presenta personajes de otras novelas, y te pica. Así que me anima a leer el resto de la serie. De momento, hay otras dos.

Mi experiencia: buena, 4 estrellas.

 

Paperback/eBook / Audio, 303 páginas

Absolute Books (febrero/2022)

Parte de una serie: Puckboys #1

ISBN13: 9781922743046

 

Elley the Book Otter, 5 estrellas

jueves, 22 de diciembre de 2022

Crítica: “Harbored by the SEAL”, de Amy Gamet

 

Charlotte y Cowboy en alta mar


 

HARBORED BY THE SEAL

 

Por AMY GAMET Fecha: febrero de 2017

 

           

Aprovechando un viaje me fui leyendo una tras otra las novelas de la serie H.E.R.O. Force, una de esas empresas de seguridad privada, fundada por Navy SEAL. Todos fortachones, y con un tópico desarrollado en cada una de ellas.

Eso sí, son cortitas, no llegan a las doscientas páginas. Sería la extensión típica de un Harlequin Intrigue. Así que pueden considerarse novelitas genéricas, aunque no vengan con el sello Harlequin.

Lo enmarco en el subgénero «suspense ligerito y breve». Claro, eso hace que sean novelas entretenidas pero de las que, admitámoslo, el formato no da más de sí

Y aunque va engarzando una novela con otra, anticipándote un poco de la siguiente, de forma que te intriga, lo cierto es que se pueden leer de manera individual.

Charlotte O’Malley está interesada en Leo «Cowboy» Wilson, un tipo de lo más ligón. Pero este se resiste porque es la hermana de Logan, un colega de la H.E.R.O. Force.

Sí, esta serie dedica cada historia a un tópico, este sería el de «hermana del amigo»: a best friend’s Little sister military romance, pone como subtítulo.

Ya sabemos que en Romancelandia es algo que no se hace: salir con la hermana del colega porque… Ni idea, nunca me pudo importar menos con quién salía mis hermanos y os aseguro que ellos pasaban bastante de con quién me enrollaba yo.

La cosa es que, para provocar intimidad forzada, Charlotte se va al crucero en el que Leo trabaja encubierto. Se supone que tiene que proteger a un miembro de la Casa Real británica, casada con un aristócrata político francés, que van de incógnito.

Leo está trabajando. Puede haber peligro. Charlotte supone una distracción que no es muy bienvenida. Pero vamos, que en un visto y no visto se enrollan, con escenas sexis y apasionados.

Las cosas se complican con terroristas de por medio... y se soluciona en un visto y no visto, sin tiempo para aburrirse.

Mi experiencia: buena, 3 estrellas.

 

Audio / eBook, 136 páginas

Amy Gamet (febrero/2017)

Parte de una serie: H.E.R.O. Force #3

 

De esta entrega sí que he encontrado crítica, 5 estrellas en My Trending Stories

martes, 20 de diciembre de 2022

Crítica: “Unwrapping her perfect match”, de Kat Latham


Novelita navideña con un tipo armario empotrado

 


DATOS GENERALES

 

Título original: Unwrapping Her Perfect Match

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2014

Parte de una serie: London Legends #3.5

 

SINOPSIS (según Fiction DB

Midiendo un metro ochenta y cinco, Gwen Chambers se ha sentido una giganta toda su vida. Es una enfermera capaz y calmada, que salva vidas en un ajetreado hospital londinense, pero los hombres sanos le provocan palpitaciones. Cuando el inmenso rugbista «Pequeño» John Sheldon la convence para que puje por él en una subasta de su equipo para recaudar fondos, ella descubre lo deliciosas que pueden llegar a ser las palpitaciones del corazón.

John ha deseado a Gwen desde la primera vez que la ve, pero cuando resulta lesionado en un partido justo antes de la Navidad, de repente también la necesita. Esta sexi enfermera puede ayudarle a recuperarse, y no solo eso, también puede ayudarla a cuidar a su hija, una tímida niña de diez años que solo habla francés.

Desde decorar el árbol de Navidad hasta patinar en la Torre de Londres, Gwen ayudará al padre y la hija a abrirse y formar lazos entre ellos, y al mismo tiempo ella se siente unida a ellos. Pero cuando el agente de John lo llama, con una oferta que le puede cambiarle la vida, Gwen tiene que decidir hasta dónde está dispuesta a ir por su pareja perfecta. ¿Será su primera Navidad también la última?


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No, la tengo entre las diez mil mejores, allá por el puesto ocho mil y pico, gracias a que Jayne (de Dear Author) la escogió entre lo mejor del año y también las 5 estrellas que le dieron en Ramblings of a Day Dreamer.


CRÍTICA

Esta es la primera historia que leí de Kat Latham, allá por 2016, y me dije que no sería la última. Y tanto. A estas alturas, creo que ya me he leído todas las suyas…

Descubrí a Kat Latham cuando escribió un post en Dear Author sobre rugby union en 2015, durante la Copa Mundial de Rugby. Normalmente me gusta el romance deportivo, pero era la primera vez que veía uno que girase en torno a un equipo de rugby, así que me encantó darle una oportunidad.

Me gustan los romances deportivos, y el rugby, y lamento que no haya más series en torno a equipos del oval. Si conocéis alguno más que esté potable, me decís.

La leí para el TBR Challenge de 2016. Publiqué crítica en inglés y no la había traducido. Como he releído esta historia repasando la serie por su orden, traduzco ahora más o menos lo que dije entonces.

Este año estoy repasando sus novelas, por orden de publicación. Y al leer este relato en el lugar que le corresponde de la serie, me gusta aún más.

Quizá porque a Gwen Chambers (25) ya la vimos como afectuosa hermana de Tess, protagonista de Playing it close, que yo no había leído hasta este año. Así que comprendes un poco mejor al personaje.

Gwen trabaja de enfermera de urgencias, y ahí es una mujer seria y competente. Pero con los hombres tiene sus inseguridades.

John Sheldon (29) es un segunda línea de los London Legends, número 5, ya sabéis, los más fortachones del campo. Esos tipos enormes que serían como los enforcers en el hockey sobre hielo.

Aunque es un número 5, yo en mi cabeza lo imaginaba todo el rato como uno de mis jugadores favoritos, el sudafricano Eben Etzebeth, más que nada porque John mide 2,06. (Más abajo, más de Eben). El típico tiarrón que ya pueden intentar placarle que ni con cuatro lanzados a por él lo paran. Más sobre EE abajo.

En fin, que no es nada raro que estos dos se fijen el uno en el otro.

La altura de ella es lo primero que le llamó la atención. ¿Cómo podría ser de otra forma si la siguiente mujer en altura de toda la habitación no le llegaba a ella más allá de los hombros?

Gwen, con 1,85, por fin encuentra a un hombre que la haga sentir cómoda. Estos dos se conocen en una subasta de solteros tan típicas de Romancelandia, para recaudar fondos.

Pretende pujar por su cuñado, pues su hermana no quiere que nadie pase la tarde con su novio. Pero al final, acaba gastándose el dinero de su hermana en otro jugador, John Sheldon.

Él es todavía más grande que ella, y tan pronto como se conocen, se gustan. Pero pasan cosas, y de repente, John aparece en el hospital en el que trabaja Gwen, con un traumatismo en la cabeza.

Estamos cerca de la Navidad, la primera que la hija de John va a pasar en Inglaterra con él a solas. Él desea disfrutar de su tiempo con la niña. La cosa es que él tiene este problema físico y Gwen es una de las pocas personas que pueden ayudarlo.

Ellos (John, su hija de diez años que solo habla francés, y Gwen) pasan unos preciosos días navideños juntos, en Londres. Gwen lo ayuda con su lesión, pero también con su hija, y muy pronto ambos tienen esta impresión de que pueden enamorarse y ser una pareja ideal.

Tanto Gwen como John tienen sus problemitas, nada raro ni infrecuente, y los resuelven de una manera muy realista. Eso es lo que más me ha gustado de este libro, que tanto John como Gwen actúan y sienten y hablan como gente normal en sus vidas cotidianas. Me quedo con la impresión de que Gwen y John son personas reales que existen en algún sitio.

Encajan inmediatamente, en todos los aspectos, físico, de carácter, así se explica que se enamoren tan rápido en un relato corto navideño como este. Pero eso no les hace tomar decisiones precipitadas, sino darse una oportunidad, siendo realistas.

Fue esta una de las primeras historias románticas ambientadas en Londres que realmente me hacen creer que los personajes están en la auténtica ciudad que yo he visitado, y no ese Londres de cuentos de hadas lleno de duques de la Regencia donde todo el mundo vive en un mágico lugar llamado Mayfair que no tiene nada que ver con el Londres o Mayfair de la realidad. 

Me preguntaba yo hace años si no sería por el hecho de que era una contemporánea, y eso ayuda a que le veas la autenticidad a la ambientación.

Recuerdo especialmente un momento de la novela. John dice: «¿Qué tal si nos preparamos y tomamos un ferry de Canary Wharf a la Torre? Canary Wharf está a un paso de aquí en metro, y de esa manera Agnes puede ver algo de Londres desde el Támesis». 

Entonces se van juntos, con Agnes, la hija de él. Mientras Agnes y Gwen patinan sobre hielo, John descansa y era un momento cotidiano perfecto. Algo que cualquier pareja podría decir o hacer en la vida real.

Si no le puse más estrellas entonces es porque los niños y la atmósfera navideña no son algo que me vaya mucho, pero desde luego la trama, los personajes, y el mundo en el que viven son totalmente algo que sí que me gusta. Ahora estaría incluso más cerca de las cuatro estrellas. Conversación de padre e hija.

Agnes: Yo no fútbol. Rugby, yo.

John: Rugby tú, ¿eh? Primera regla del deporte, ángel mío, los futbolistas fingen estar lesionados. Los rugbistas fingen que no están lesionados.

Como el resto de las novelas de Kat Latham, aunque forme parte de una serie, se lee perfectamente de forma individual. Tampoco hace falta que sepas de rugby para disfrutarlo. Al principio te pone una nota en que te explica lo básico. Es una historia navideña, no un romance sobre una competición deportiva.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a las historias navideñas contemporáneas, con su toque sexi.

Otras críticas de la novela:

Solo he encontrado críticas en inglés.

Ramblings of a Daydreamer, 5 estrellas

Celebrity Readers, 4 estrellas

Jayne en Dear Author, le dio una B+

Dog-Eared Daydreams, 4 estrellas

The Book Review, 4 estrellas

EBook Obsessed, 3 ½ estrellas

NO ESTÁ TRADUCIDA AL ESPAÑOL.

Y como este es mi blog y mete lo que a mí me gusta, por si alguien quiere ver lo que es un segundo línea en acción, no tenéis más que buscar por You Tube algunos de los enfrentamientos de Etzebeth. Da miedo. 



Don’t mess with this giuy



You do NOT want to mess with Eben Etzebeth)

A veces es hasta gracioso, cuando se pone en plan primo de Zumosol con el peleón Faf de Klerk.

Os dejo aquí un par de enlaces.

Uno de los últimos follones, el que enfrentó a sudafricanos con australianos el 3 de septiembre pasado.



 Etzebeth no lo empezó, pero sin duda terminó con él.

 

Y ya digo que, siendo este mi blog, y como me va el salseo, aquí tenéis algo muy especial ocurrido este año 2022. Etzebeth jugó su partido núm. 100 y con tal ocasión, quien cantó el himno de Sudáfrica fue la cantante y actriz Anlia van Rensburg. Tengo entendido que se comprometieron esta primavera.


 «Springbok Test Centurion Eben Etsebet's fiancée singing the South African anthem»

La muchacha, monísima. Y el himno, como siempre, impresionante. Uno de mis himnos favoritos, junto con el de Rusia.

Veo que esta historia la publicó la autora en Wattpad.

No sé, igual esta serie era un poco fanficción inspirada por la entonces próxima Copa del Mundo de Rugby a celebrar en Inglaterra y Gales, y es posible que Latham fantaseara con un equipo inglés capaz de ganar la Copa en casa.

Luego las cosas fueron diferentes. Hicieron bastante el ridículo, pues no pasaron de la fase de grupos. No tuvieron rivales fáciles, pero si quieres ganar un torneo tienes que ganar a los importantes, a los buenos, a los mejores. No puedo decir que lo lamente. Lo confieso, cuando se juega Le Crunch preferiría que perdieran los dos.