miércoles, 4 de septiembre de 2019

Crítica: “Unnatural”, de Joanna Chambers


O cómo lo natural es estar con aquel a quien amas


DATOS GENERALES

Título original: Unnatural
Subgénero: histórica
Fecha de publicación original en inglés: 2015
Parte de una serie: Enlightment

SINOPSIS (según Fiction Data Base)
El corazón se rompe, pero no cambia
El capitán Iain Sinclair. Hijo perfecto, perfecto soldado, héroe de Waterloo. Un hombre que vive una mentira. La única persona que realmente lo conoce es su amigo de la infancia, el científico James Hart. Pero se han separado desde que Iain destruyo brutalmente su amistad después de un apasionado encuentro. Iain está preparado para dejar el servicio al Rey para convertirse en un agente encubierto en la India. Antes de dejar atrás su antigua vida, está decidido a reconciliarse con James. Una invitación a una fiesta en una finca en el campo por parte de la hermana de James proporciona la oportunidad perfecta para acorralar a este hombre. James ha amado a Iain toda su vida, pero sus años de aceptar las migajas que Iain le deje han acabado. Perdonar a Iain es una cosa, restaurar su amistad otra. Ante la decidida resistencia de James, Iain se ve obligado a enfrentarse con sus motivos para reparar las heridas entre ellos. Y aceptar la posibilidad de que James tenga la llave a los deseos de su corazón,… si sólo tuviera la valentía de cogerla.

Advertencia: contiene un apuesto héroe militar con una debilidad, un científico que siente su química en cada célula de su cuerpo. Besos en la lluvia, bañarse en pelotas y emotivos flashbacks. ¡Hurra!

NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, la adquirí solo porque me encantó la que leí de Joanna Chambers.

CRÍTICA
Iain y James son amigos desde la infancia gracias a la relación que mantienen sus familias, acomodados ejemplos de la gentry rural a principio del siglo XIX.
Iain perdió a un hermano siendo joven, y entre eso y que es gay, decepciona a su padre, un tipo borrachuzo. Se metió en el ejército, combatió en Waterloo, y regresó a Inglaterra, para encontrarse con la vida de un soldado en tiempos de paz. Ha estado al servicio del rey y ahora piensa en dedicarse a otro tipo de trabajo más de espionaje, en la India.
James, por su parte, se dedica a lo que en aquella época se consideraba filosofía natural, o el estudio de los animales y las plantas. Se lo puede permitir. Es una vida tranquila, dedicada al estudio, a estar en plena naturaleza al tiempo que mantiene unas buenas relaciones con su familia.
Antes de irse a la India, Iain quiere reconciliarse con James, recuperar su amistad, rota hace un par de años.
La novela va saltando del presente a episodios del pasado entre estos dos. 
Empezaron siendo amigos. James comprendió pronto que amaba a Iain. Acepta que ellos son como son, un par de gais (o sodomitas, en lenguaje de la época). Lo que quiere, más que andar con aventuras esporádicas con otros hombres, es, simplemente, compartir su vida con la persona que a la que desea y ama.
En cambio, Iain es un tipo muy varonil, que jamás da lugar al menor comentario, flirtea con mujeres si ha de hacerlo, y jamás repite episodio erótico con el mismo hombre. Eso es lo que espera de la vida: mantener su amistad con James, satisfacer su deseo sexual con encuentros casuales y seguir intentando complacer a su padre.
Olvidando cosas como que, en realidad, él ama a James. Es solo que no le entra en la cabeza que sea posible estar juntos como una pareja más. Por eso quiere ser solo su amigo.
A James eso no le basta. Por eso rompieron. Y no está dispuesto a cambiar las cosas por mucho que Iain le pida perdón antes de marchar a la India.
De eso va la novela. La he disfrutado a cada página. Los personajes son terriblemente atractivos, y no solo por su físico, sino también por sus motivaciones.
Iain simplemente no entiende de qué forma podría estar con el hombre al que ama, por lo que prefiere que lo suyo sea pura amistad. Siempre está interpretando un papel, vigilante para que nadie descubra sus inclinaciones, el estar en el ejército, incluso en la corte, al lado del rey, le obliga a ello; es agotador.
Por su parte, James, al ser científico, tiene un pensamiento más racional. Analiza las cosas en su cabeza y para él no hay nada más natural que estar con la persona a la que amas. Por mucho que tengas que esforzarte en ser discreto porque, en fin, la sodomía era un delito grave en aquella época.
Más que una novela de argumento, es de personajes. Los obstáculos a su felicidad son sobre todo internos.
La ambientación en principio es una de esas rutinarias «de la Regencia», aunque aquí Jorge Augusto Federico ya sea rey Jorge IV, y no regente de su atribulado padre. Bailes, casas de campo, picnics…
Sin embargo, para mí sobresale en todo lo relacionado con la ciencia. Adoré simplemente cada una de las palabras de James cuando defendía que mediante la observación se podría perfeccionar el conocimiento, ampliarlo,... 
frente a los que solo leen un libro, y como este nunca cambia, es dudoso que encuentren nuevas respuestas en él.
¿Qué es la herejía del pasado sino la ortodoxia del futuro? La historia de la ciencia es la de descubrimiento tras descubrimiento, cada paso lleva al siguiente. No importa si una teoría se demuestra cierta a largo plazo, solo un paso más en el camino del conocimiento.
A veces, con cierto humor tan, pero tan británico...
Así, hay un momento en que James explica cómo Francesco Redi se cargó la hipótesis de la generación espontánea, pues la gente creía que las cosas aparecían porque sí, simplemente porque el mundo microscópico no lo veían. Este científico italiano demostró que la carne de los animales muertos no puede engendrar gusanos a menos que sean depositados en ella huevos de animales.
Algo así cuenta James, que los insectos salen de huevos depositados por moscas, a lo que la señora Potts, esposa del vicario, saca un pañuelo y contesta:
–Por favor, señor Hart. No creo que sea una conversación adecuada para un picnic.
Hay, ocasionalmente, sexo explícito, del tipo bien llevado que tiene sentido… No es la atracción sexual el problema, ni el deseo insatisfecho, sino ese continuo juntarse y separarse porque Iain simplemente, no acaba de aceptar sus sentimientos. Eso es más duro que aceptar sus inclinaciones.
Joanna Chambers escribe de tal forma que es un gusto leerla. Sigue siendo sencillo, porque en romántica no queremos demasiada aventura estilística, pero tiene algo muy evocador, sientes realmente que te está transmitiendo escenas y sentimientos que pudieron ocurrir de verdad. Usa metáforas como la del hilo que los une, aunque no sean conscientes, y que acaba no siendo una cadena, ni un ancla, sino una línea de vida.
O esas escenas tan poéticas que sabe crear, como un campo de campanillas, quizá jacintos, en el que ambos quedan quietos observando una curiosa mariposa muy hábil para mimetizarse.
Cerré el libro con un suspiro de satisfacción, «qué bien que estos dos encontraron la forma de estar juntos».
No hay nada en ella que pueda objetar, si no le doy lo máximo es porque no me tiene para mi ese je ne sais quoi que me hace desear que el libro no acabe nunca.
Puede ser simplemente la adaptación hedónica, a todo se acostumbra una, a lo bueno y a lo malo. Parece lógico, ¿no?, que cuanta más romántica lees, más difícil encontrar una novela que te sorprenda o te deje resacosa.
Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: románticos sin prejuicios.

Otras críticas de la novela:

No he encontrado críticas en español, así que paso directamente al inglés.
En Dear author hay dos críticas, una de B+ y recommended read, y otra de B-. 
Cuatro corazones merece para Delighted reader. 
3.75 estrellas es lo que le da Jay de Joyfully Jay.
Gaby (Boys in Our Books) hace una reseña positiva, aunque recomienda leer antes la serie Enlightment, de la que esta novela sería un spin-off. 
Tori le da una C en Smexy Books

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