viernes, 12 de agosto de 2016

Crítica: “Lady Escándalo”, de Jo Beverley



Viejuna, pero aún de muy buen ver.
Books4pocket, 2009
Imagen de portada: Fort Ross
Diseño de portada: Enrique Iborra


DATOS GENERALES

Título original: My Lady Notorious
Subgénero: histórica / Georgiana
Fecha de publicación original en inglés: 1993

Parte de una serie: 1.º de la serie Malloren

1.ª edición en español: Titania, 2003
Traductora: Pilar Cercadillo Villazán


SINOPSIS (de la contraportada)

¿Quién es en realidad ese salteador de caminos que acaba de abordar el carruaje de Cyn Malloren y le exige que le lleve a un caserón lejano? A él no le engañan sus ropas ni sus falsos ademanes de hombre rudo: no hay duda de que se trata de una mujer.

Y el arrogante caballero Cynric Malloren no se equivoca, pues detrás de esas ropas y esos gestos de rufián se oculta en realidad la decidida y valiente lady Chastity Ware quien, desesperada por ayudar a su hermana y a su sobrino a escapar de una muerte más que probable, se ha embarcado en una aventura que va a resultar más fascinante y deliciosa de lo que jamás soñó.

El cruce entre el aventurero lord Cyn y la hermosa lady Chastity nos trae la subyugante primera entrega de las andanzas de los Malloren, que ya se ha convertido en todo un clásico de la novela romántica.


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, estaría entre las mejores novelas de romántica de todos los tiempos, allá por el puesto treinta y tantos.
Cuando The Romance Reader escogió las mejores cien novelas románticas del siglo XX, My Lady Notorious estuvo en el puesto 51. Tuvo el premio RITA a la mejor novela histórica de 1993. Ha estado en un par de listas Top 100 de All About Romance: la n.º 46 en 1998 y la n.º 36 en el año 2000. Y, finalmente, también la incluyeron entre las mil mejores novelas románticas los de la página web RomanceNovels.Me nada menos que como la 42.


CRÍTICA

Esta novela se ambienta en la época georgiana, al principio del reinado de Jorge III. Se nota en la ambientación más picaresca y subida de tono que la posterior Regencia. Son los tiempos de Tom Jones y Fanny Hill, con nobles rijosos disfrutando despreocupadamente de sus placeres. Todavía no había estallado la Revolución Francesa que les metiera un poco de miedo en el cuerpo.

No he pillado exactamente la fecha en la que se supone que se desarrolla, pero hablan del matrimonio del rey (celebrado en 1761) como algo reciente.

Como primera novela de la serie, te presentan a los hermanos Malloren, cada uno con un extraño nombre anglosajón. Cynric, el héroe de esta historia, es un tipo bastante guapo, de largas pestañas, con una engañosa apariencia algo femenina; sin embargo, se escapó de casa para ser soldado, ha combatido en diversas batallas y se acaba de recuperar de una enfermedad. No soporta más a su sobreprotectora familia, así que cuando lo asaltan un par de bandoleros, más que asustarse, agradece la distracción.

Este muchacho es un lince, y en menos que canta un gallo se da cuenta de que los salteadores de caminos son en realidad dos muchachas jóvenes. Una de ellas se presenta pronto como lo que es: una viuda con un niño. Pero la otra, Chastity, persiste en fingir que es un joven Charles que está ayudando a su hermana a librarse de una amenaza mortal.

Esta es una novela de esas de amor y aventura de toda la vida, un “romance de carretera” con Chastity, su hermana, el bebé y Cyn por esas carreteras del sur de Inglaterra, escapando de los malos de la película. Esto lleva a situaciones de intimidad forzada entre Chastity y Cyn que acaba como todos podemos imaginar. Tampoco voy a entrar en más detalles, pero baste decir que llega un momento en que Chastity (disfrazada de hombre) y Cyn acaban en una orgía muy dieciochesca con nobles enmascarados.

El héroe es estupendo, aventurero, de una pieza, dispuesto a ayudar a estas jóvenes más que nada por entretenerse. Si hace falta dejarse atar, se deja atar uno. ¿Travestirse de mujer? No hay problema. ¿Rescatar a la heroína, batirse en duelo, ir a buscar una licencia especial? Sin pestañear. ¿Sexo divertido con comida en los lugares más apropiados? Claro, cómo negarse.

El problema es que Chastity tiene mala fama porque la descubrieron en la cama con un caballero y se negó a casarse con él. ¿Es un pendón o una chica víctima de una confabulación contra ella? Cyn está dispuesto a escuchar su versión de la historia, e incluso a creerla.

Al lado de Cyn, Chastity simplemente cumple. Al principio aparece como alguien audaz, resuelta a salvar a su hermana, vistiendo de hombre y asaltando a un carruaje. Pero luego va cediendo el control del asunto a Cyn, se enamora de él y no desearía más que ser su esposa y tener niños con él.

Es una novela muy entretenida, muy bien escrita, que te traslada con total credibilidad a aquella época georgiana, a los caminos, las posadas, los carruajes, los nobles entregados a sus excesos, el honor entendido sólo como presencia o ausencia de himen, el poder de los hombres sobre las mujeres, los padres que azotan y pegan a sus hijos y se ve como normal… Una ambientación muy lograda, sí señora, así da gusto leer una romántica histórica.

A diferencia de las novelas de la primera hornada (Woodiwiss, et alii) aquí la violación ya no formaba parte del cortejo. Y la parte física es bastante sensual, con total implicación de los dos protagonistas, no avasallamiento de la hembra por parte del macho.

Sí que se le nota que es de principios de los noventa en esa heroína sin ningún interés en la vida salvo el papel tradicional de esposa y madre, le encanta sentirse femenina, la ropa elegante (hay más de una detallada descripción de diferentes outfits), con sus momentos TSTL y el valiente Cyn al rescate. Aunque, en honor a la verdad, el que hace posible el final feliz, es el impresionante Rothgar, hermano mayor de Cyn.

Y, desde luego, está totalmente alejada de las preocupaciones actuales de la que yo llamo novísima escuela de novela romántica histórica, por la cuestión de la mujer o las desigualdades sociales.

Es una novela del tipo que durante años han escrito autoras como Jude Deveraux, Mary Balogh (aunque sin su intensidad emocional) o Mary Jo Putney. Bien escritas, con competencia, amenísimas a la hora de leerlas y cierto respeto por la realidad histórica en la que se ambientan. O sea, totalmente alejadas de las fantasías pseudohistóricas de –como digo yo- adolescentes High School Musical disfrazados.

La traducción española cumple, sin más. Hay un problema tipográfico: la “h” de Rothgar baila todo el rato; unas veces es Rothgar y otras Rotghar. Además, tiene esa irritante manía de ignorar que los nombres de la realeza se traducen. Carlos II sí que aparece así, pero ¿el resto? Nope. Que a Carlos Eduardo Estuardo le llame “príncipe Charlie el Bello”, traduciendo literalmente Bonnie Prince Charlie, en vez de “joven pretendiente” o “gentil príncipe Carlos” que es más habitual en la historiografía, puede tener un pase. Pero lo que no tiene perdón es que hable de los reyes James (en vez de Jacobo), George (por Jorge) o los Stuart (y no Estuardo).

En conjunto, una historia muy entretenida que te deja con ganas de seguir leyendo las historias de los Malloren.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: todos los aficionados a la romántica histórica entretenida y aventurera, con un toque a la antigua.

Otras críticas de la novela:

Un par de críticas, en español, en El rincón de la novela romántica.

En All About Romance le dieron una calificación de B+ a la reedición de 2002.

En The Book Smugglers puntuaron esta novela con un 8/10.

Y, finalmente, en Dear Author le hicieron otra crítica de B+. 

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