lunes, 1 de agosto de 2016

De qué hablo cuando hablo de romántica



¿Por qué el príncipe hace todo él? Que la pibita haga su parte. El príncipe dice “Yo no quiero estar con una boluda, sino con una inteligente”. “Las princesas...”
Pues, ¿sabéis? En la novela romántica actual, la pibita suele hacer su parte.
De hecho, posiblemente sea el único género de ficción comercial en que lo hace.
Es una de las cosas que me gustan de este tipo de novelas.

Por Guil2027
[GFDL o CC BY-SA 3.0]
Ahora que es veranito y tengo tiempo libre, me he puesto a pensar en una pregunta que me hicieron no hace mucho, relativo a qué considero yo novela romántica. Una cosa me llevó a otra y acabé con escribiendo pensamientos bastante desordenados.
Básicamente: tiene que haber la historia de amor de los protagonistas y estos, acaban juntos y vivos.
Ni siquiera la historia de amor tiene que ser lo principal. Puede ser una fantasía post-apocalíptica en la que ocurran mil aventuras, y lo amoroso es secundario.
Final feliz no significa “felices para siempre, matrimonio y mil niños”. Basta un “felices por ahora”.
Eso me llevó a pensar en la historia de la novela romántica. Pero de nuevo me asaltaron dudas sobre el propio concepto de novela romántica, porque no se sabe qué meter en ese saco.
De Avon, via Wikicommons

Recuerdo el podcast de SBTB sobre el canon de la novela romántica, y no mencionaron nada anterior a los años setenta.
Tal vez fue por cómo lo editaron, pero dejaron fuera a gente como Mary Stewart, o Georgette Heyer. Yo me hubiera remontado a E. M. Hull y su jeque, El Rosario de Florence Barcley, o todos los Mills & Boon habidos y por haber. Desde la perspectiva española, hubo novela romántica llamada expresamente “rosa” en los años veinte, normalmente traducciones de novelitas francesas; las hubo también en la II República y durante el franquismo. No olvidemos a la heroína y recordwoman Corín Tellado.
La imagen que se dio en el podcast era un género nacido, por una especie de generación espontánea, en Estados Unidos a partir de los años setenta, en concreto a partir de La llama y la flor. Lo cual es un poco limitado y no enteramente exacto.
Muchas lectoras echan la vista atrás y encuentran, dentro de la literatura clásica, numerosas obras que consideran del género. Si lo he entendido bien, Pamela Regis sitúa el inicio del género en las novelas de Jane Austen, lo que siempre me ha parecido un error. Austen es Literatura, no ficción comercial. Estoy más de acuerdo con este artículo de Librópatas.com según el cual la novela romántica empieza, tal y como la conocemos hoy en día, a finales del XVIII y a principios del XIX, con las historias de Minerva Press y las heroínas de las novelas góticas.
Una contestataria disconforme con el podcast, se remontó a Pamela de Samuel Richardson. Ya puestos, digo yo, ¿por qué pararse en Richardson? Vayámonos a la novela bizantina de la época romana. He llegado a ver calificada como “primera novela romántica” a las Aventuras de Quéreas y Calírroe, de Caritón. ¿Por qué no? Definas como definas el género, encajará, al menos tan bien como Austen.

Novela bizantina 1. f. Género novelesco de amores contrariados, fugas azarosas y final feliz, que en España se desarrolló principalmente en los siglos XVI y XVII, a imitación de autores helenísticos, romanos y bizantinos.

Vamos, no me digáis que una de “amor y aventuras” de toda la vida, con sus lances, sus piratas, naufragios y demás no encajan en la definición como un guante.
Pero mejor dejar tranquila a la Literatura e intentar explicar el género tal cual es hoy.
Personalmente, la definición de “novela romántica” que más me convence es la de la RWA.
Two basic elements comprise every romance novel: a central love story and an emotionally satisfying and optimistic ending. Romance novels may have any tone or style, be set in any place or time, and have varying levels of sensuality — ranging from sweet to extremely hot. These settings and distinctions of plot create specific subgenres within romance fiction.
Dos elementos básicos, dice: 1) una historia de amor que sea lo primordial y 2) un final optimista y emocionalmente satisfactorio.
Para mí los enamorados tienen que acabar juntos y vivos.
Juntos.
Y vivos.
Parafraseando a Jennifer Crusie, ese es el contrato que se hace entre el escritor y el lector. De la misma manera que en una de detectives, se tiene que resolver el misterio. Eso caracteriza a la ficción comercial: hay determinadas expectativas que se deben cumplir. Y eso no tiene que ver con la mayor o menor calidad literaria de la obra, sino con la temática. En la literatura de género ocurre un poco como con la música, que el placer se obtiene de la combinación entre los esquemas prefijados por la tradición y lo novedoso que aporta la creatividad individual.
¿Eso significa que todas las historias de amor tienen que acabar bien? ¡No! Claro que no. Pero en el género de la novela romántica sí que deben hacerlo, igual que en una de Agatha Christie nos deben contar, al final, quién era el asesino. Tanto en la literatura como en la vida real, hay historias de amor que acaban mal; de la misma manera que muchos crímenes quedan sin resolver. Pero en la ficción comercial de género no ocurre esto. 
Y, ¡oh, gran secreto! El lector de romántica, como todo lector, sabe diferenciar entre ficción y realidad.
Es cierto que hay subgéneros en que lo amoroso, teniendo importancia, queda relegado a un segundo plano, por ejemplo en la woman’s lit, la chick lit, o el suspense romántico. Aún así, yo las incluyo en la novela romántica por el final feliz de la relación amorosa.
Y sí, digo “relación amorosa” sin implicar que sean sólo dos personas o que sean heterosexuales. La novela romántica incluye historias gais y lésbicas, y esas eróticas en que la historia de amor es entre tres personas (o más) que acaban armoniosamente juntas pero no revueltas. La saga "Masters of Ménage”, de Shayla Black y Lexi Blake, plantea este tipo de relaciones, de chica con dos (o tres) chicos, al menos a juzgar por las portadas.
Resumo: así entiendo yo el género:
1)     Una relación amorosa
2)     Un final feliz
Mujer leyendo, años 1930. Archivos municiaples de Seattle WA [CC BY 2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons

13 comentarios:

  1. Muy buena entrada.
    Como siempre predico, me gusta leer novelas románticas con finales felices: juntos y vivos,porque básicamente las leo por entretención y no quiero pasar un disgusto, por eso "exijo" que cumpla con esos dos requisitos.
    Ahora bien,por otra parte pido que tenga trama y argumento, no soporto aquellas que rellenan con escenas sobre encuentros sexuales que para mí le quita bastante romanticismo, o que la trama se parece a la novela anterior que leí, aunque claro la novela romántica tiene una base argumental, pero la idea es que esté escrita de manera que parezca que es única, y ahí depende de quien escribe.
    Como bien dices, hoy la novela romántica tiene muchos subgéneros, y aunque los críticos no la tomen muy en serio, creo que las lectoras nos merecemos buenas y entretenidas historias, y por supuesto encontrarnos con un bonito final.
    Aún así,hay novelas románticas que terminan "mal" con la que he terminado llorando, y puedo decir que igual me encantaron...pero prefiero los finales felices.-
    Saludos

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    1. Me alegro de que te guste la entrada. Como tú señalas, luego a cada lector le gusta que haya más elementos de esto o de aquello. Y la calidad no siempre es la misma.
      Claro que hay montones de novelas amorosas súper románticas que acaban mal, desde Love Story a Los puentes de Madison. Lo que explico es que, en mi opinión, esos libros no pertenecen a este género de la novela rosa, y meterlos en el mismo saco es engañar al consumidor, darle una cosa cuando espera otra.

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  2. Me ha hecho gracia lo de terminar justos y vivos. Totalmente de acuerdo. Estaba acordándome de que reseñé una novela que elegí como romántica y especifiqué que me yo no la encuadraría como tal. Dejando de lado su calidad (me pareció una preciosa historia) se me moría el protagonista al final. Así que de romántica ¡nada!
    ¡Dios, que penita y que ahogo en el pecho!

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    1. Lo de "vivo" lo digo más por esas historias en que acaban juntos (es un decir) en espíritu o cosas así en plan paranormal.
      Es lo que digo: si vendes un producto con un determinado envoltorio, creas una expectativa en el consumidor. Si vendes algo como novela romántica, ¡¡no puedes matar al héroe al final!!
      Será otra cosa, esa es mi idea.
      Bonita y preciosa y maravillosa e inolvidable pero,... no una novela rosa. Ya lo digo, históricamente era así en la "novela bizantina", antecedente claro de nuestras historias "de amor y aventuras", o en las "novelas góticas", o cualquier otra ficción comercial de este tipo.

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  3. Esta es una discusion interesante, sobre todo cuando la contrastas con las opiniones de quienes no son aficionados al genero romantico, como lo defines tu (relacion amorosa, y los protagonistas acaban juntos y vivos).

    Por ejemplo, para mi madre, 'romantica' es la historia en que hay una historia de amor que acaba con los protagonistas separados, o uno muerto--por ejemplo, Casablanca, o Cyrano du Bergerac. En su opinion, el 'sacrificio por amor' es terriblemente romantico. Para mi, es un desperdicio terrible.

    Hablando un poco de la historia del genero, recuerdas este articulo de SuperWendy?

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    1. ¡Gracias por recordar aquel artículo de SuperWendy! Me parece fantástico todo lo que dice, y de una manera tan clara y sintética.
      Yo soy muuuuuuuucho más pesada... Todo el lío Berlatsky, más el podcast de SBTB y otras cositas parecidas me sirvieron para escribir nada menos que cinco artículos en este blog en 2014. Lo que concluí es que en realidad son dos cosas no del todo coincidentes: una cosa son los clásicos y otra el canon y pueden coincidir o no. Clásico es el libro que sigue ganando lectores entre las nuevas generaciones, y canon el libro que tienes que leer para hacerte a la idea de la historia de una lengua o una literatura.
      Ejemplo, El Quijote o Cien años de soledad son clásicos y además están en el canon del español. Fray Gerundio de Campazas estará mucho en el canon del español pero es un pestiño infumable.
      Lo otro que dices lo entiendo, una historia amorosa puede ser muy "romántica", en el sentido de arrebatada y tal, aun con final no feliz, pero como digo, en mi opinión, eso no entra en el género "novela romántica" o "rosa".
      ¿No tendrá que ver con la idea que tiene cada uno de la vida? Lo del final trágico hay gente que lo ve más auténtico, pero yo creo que no lo es, en la vida hay de todo, comedia y tragedia. Tan irreal es pensar que la vida es un camino de rosas en donde nunca va a pasar nada malo como creer que es un valle de lágrimas donde todo son tragedias.
      Es una tragicomedia, más bien. Y, la verdad, a un artista le resulta relativamente fácil hacer llorar, pero es muy difícil hacer reír.

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    2. Hay una cita de Ursula LeGuin, que habla precisamente de lo trillada que es la tragedia. Si, te conmueve, y puede que te inspire, pero al mismo tiempo, te deprime.

      En cambio, dar esperanza al lector, de una manera creible, es totalmente distinto. Y, como bien dices, mucho mas dificil.

      En el caso de mi madre, especificamente, es probablemente que crecio en una sociedad (en el sentido de circulo de contacto/familia/education) en que, si leias, tenia que ser LITERATURA. Asi, en mayusculas.

      Por otro lado, siempre me irrita el desprecio que reciben las novelas romanticas--en el sentido de 'genre romance' y no el sentido de 'romantic fiction/romantic novel'--precisamente porque el final feliz es esperado. Al mismo tiempo, en sciencia ficcion o fantasia, o misterio, o historias de detectives, el final tambien es esperado y predicado por el genero de ficcion. El misterio, resuelto; el universo, salvado; la gesta, terminada.

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    3. Gracias por explicarlo tan bien. Esas son justo las dos ideas que quiero expresar:
      Primero, que hay diferencia entre genre romance y romantic fiction/romantic novel, aunque no sé muy bien cómo traducirlo al español.
      Segundo, que el final feliz en el género es como el misterio resuelto en la novela negra, el universo salvado o la gesta terminada en ciencia ficción/fantasía.

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    4. Si, en espanol esta mas dificil el hacer la distincion entre los dos--ficcion romantica y romance...comercial?

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  4. Me parece una entrada excelente, pero creo que hay otra característica de la novela romántica, y es que es literatura de evasión, y por tanto, la realidad no debe hacer acto de presencia, ni en un posible final desgraciado ni en ninguna otra parte, por ejemplo en algún rasgo de carácter que no se pueda corregir fácilmente, y que debería obligar a otro final. Por eso es por lo que Austen es "Literatura", porque la realidad está presente, y es otra la forma en la que conmueve al lector. Y tienes razón, los lectores de novela romántica sabemos distinguir la realidad de la ficción.
    La novela de cualquier género siempre hace pactos con el lector: si lees ciencia ficción tienes que creerte que se puede viajar más rápido que la luz.

    Sobre los tópicos acerca de la novela romántica, me temo que no solo debe vencer los tópicos y malas críticas de cualquier novela de género, sino que debe superar los prejuicios que se tienen ante cualquier cosa que hagan o lean o se dirija mayoritariamente a las mujeres. No conozco a ningún hombre que se avergüence de leer tonterías siempre que sean masculinas. Verne es, creo yo, peor escritor que L.M. Alcoot, pero todo el mundo presume de haberlo leído, reconocer que te gustó mujercitas y que sigue siendo un buen libro (así al menos lo piensa Bloom, que lo incluye en su canon) parece una extravagancia. La mayoría de la novela negra es peor que la novela romántica, pero leer novela negra no obliga a forrar las tapas, es más, puedes presumir de lo que lees.

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    1. Muchas gracias por tu contribución y tus reflexiones. Comparto plenamente lo que dices que es el machismo lo que devalúa todo lo que afecta mayoritariamente al sexo femenino (esto es algo que ya conté aquí, en los artículos dedicados al lector de romántica, sobre todo en el tercero). Ahí se ve que también, en determinados círculos, la novela negra es despreciada.
      La literatura "de evasión" es lo que yo llamo "ficción comercial" y se refiere no sólo a la novela de género, sino también las series de TV, la mayor parte de las películas, los cómics, todas esas narraciones que no pretenden trascender más allá del momento de su publicación.
      En lo que dices del realismo, ya no estoy tan segura. Por ejemplo, KJ Charles no deja de ser romántica por el hecho de que una realidad social muy brutal constituya el entorno de sus enamorados, que pueden ser ejecutados por sus preferencias sexuales. De hecho, yo agradezco el mayor realismo de la "novísima romántica histórica", que pone de manifiesto estos problemas sociales, la situación de la mujer, etc. Conservan el final feliz, pero lo que hay enmedio puede ser brutal. Hay mucha novela romántica en la que la realidad hace acto de presencia de forma tremenda y personalmente es por la que siento debilidad.
      Del bardófilo Bloom, si empiezo a hablar, no paro, así que mejor me callo. Es la única persona capaz de hacerme odiar a Shakespeare. Si lees la lista, intuyes que hay muchas literaturas de las que sabe realmente poco.

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    2. No me he expresado bien. Desde luego que la novela romántica habla de la realidad, y denuncia, en muchos casos con gran inteligencia algunos problemas sociales.Pero yo la llamo literatura de evasión porque la leo cuando necesito relajarme, y conseguir reír y llorar con historias que sé seguro que no me van a inquietar, haciéndome sentir cosas difíciles de vivir.Se lo contaba a mi cuñado y me dijo que a él le pasaba lo mismo con el fútbol.
      He estado preguntando a muchos "intelectuales" las cosas que consiguen liberarles el cerebro, y son todas esas que tu llamas ficción comercial. Latinistas pacíficos que se ponen a ver a Schwarzenagger o profesoras de universidad de lengua colgadas con sexo en NY. Por eso yo no tengo paciencia con los libros del estilo del tiempo entre costuras, que me parecen mala literatura, pero pretenciosa. La novela romántica buena es mejor que todo eso. Hay auténticas joyas, con diálogos inteligentes,humor saludable,informacion fiable... y no se las da de nada.
      Estas novelas se dirigen a tu imaginación y a un tipo muy concreto de sentimiento que no es el que remueve la mejor literatura. Hay muchos estudios sobre eso. Eso no le quita valor, pero no remueve sentimientos incómodos, eso es lo que quiero decir cuando digo que no habla de la realidad.
      Sobre Bloom te doy la razón en que la lista ignora muchas literaturas. Pero me gustó la crítica a Persuasión, de Austen.

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    3. Es que no se puede estar leyendo a Proust todo el rato, ¡te estalla la cabeza! La literatura es compleja, exigente, tienes que mantener un nivel de concentración que el cerebro simplemente no puede con ello, porque no hay energía suficiente. En algún momento hay que desconectar y dedicarse a algo que como dices, "no remueve sentimientos incómodos".

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