sábado, 14 de julio de 2018

Crítica: “In the middle of somewhere”, de Roan Parrish


Me gustó mucho… y me sobró medio libro
 
Dreamspinner Press, 2015
DATOS GENERALES

Título original: In the Middle of Somewhere
Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2015

SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Daniel Mulligan es un tipo duro, mordaz y tatuado, que oculta su timidez detrás del sarcasmo. Daniel nunca ha encajado en casa en Filadelfia con su padre y sus hermanos, dedicados a la mecánica del automóvil, ni en la escuela donde sus compañeros de la Ivy League lo despreciaban. Ahora, se siente aliviado por tener un trabajo en una pequeña universidad de Holiday, en el norte de Michigan, pero es un chico de ciudad de principio a fin, y está claro que esta pequeña ciudad es otro sitio más donde tampoco encajará.
Rex Vale se aferra a la rutina para mantener a raya la soledad: puliendo su musculoso cuerpo, perfeccionando sus recetas y construyendo muebles a medida. Rex ha vivido en Holiday durante años, pero su timidez y su imponente tamaño le han impedido conectar con la gente.
Cuando los dos hombres se conocen, la química es explosiva, pero Rex teme que Daniel sea otro eslabón más de la larga cadena de personas que lo abandonan, y Daniel ha aprendido que abrirse a otra persona puede ser una debilidad fatal. Justo cuando empiezan a derrumbarse los muros que los mantienen separados, llaman a Daniel a Filadelphia, donde descubre un secreto que cambará su forma de entenderlo todo.

NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
En términos generales, sí, allá por el puesto mil quinientos. Es uno de los queer romances que recomendó una vez Alexis Hall, y ha tenido críticas máximas en mis dos páginas web de referencia en novela romántica LGBT, Joyfully Jay y Just Love. Ha gustado tanto que estuvo en la ronda 2 entre las favoritas de los lectores en la votación para el Top 100 de All About Romance este año.

CRÍTICA

Pues me he metido en otro reto, que lleva el, ejem, peculiar nombre de Doce meses, doce pares de boas, organizado por A la cama con… un libro. No leeré los doce libros propuestos. Uno de ellos ya lo leí, la estupenda novela de suspense Bitter legacy, de Dal MacLean. Y del resto, dado los elevados precios de algunos, posiblemente los cambiaré por otros. Lo importante es la intención, creo yo.
Daniel, un chico de ciudad acude a una entrevista de trabajo como profesor en una pequeña universidad de Michigan. Este tópico del «pez fuera del agua» me resulta tremendamente atractivo.
Cuando vuelve de la entrevista, atropella a un perro en mitad de una carretera solitaria.
El coche estropeado. Sin cobertura en el móvil. Y bosques hasta donde alcanza la mirada. Se echa a andar con el perro en los brazos para buscar ayuda.
Anda algo nerviosillo, con todas sus paranoias de urbanita de la Costa Este sobre un Medio Oeste lleno de asesinos en serie, una ciudad pequeña, bosques solitarios, frío,…
Y cuando lo que sale a su encuentro es un hombre tipo armario empotrado que lleva un rifle, apaga y vámonos.
Ya se veía como protagonista de Fargo, partido en cachitos por un psicópata que se lo lleva a su cabaña.
Pero no, en realidad Rex es todo un cielo de hombre. Una de esas personas nutricias que cuidan, miman, sanan y lo mismo te hacen un mueble a medida que comida casera, que en los USA debe ser el no va más del romanticismo.
Daniel tiene un carácter totalmente opuesto: arisco, desconfiado, un gallito dispuesto a la lucha porque nunca ha encajado del todo en ningún sitio.
Sienten una inmediata atracción física, pero no actuarán al respecto hasta que se reencuentren meses después.
Como es una romántica gay, se ponen al tema casi antes de decirse ojos negros tienes. Hay unas cuantas escenas sexualmente explícitas a lo largo del libro, pero se dedica mayormente al minucioso relato del progresivo enamoramiento de estos dos.
Me encantaron tanto el planteamiento como los personajes. Afortunadamente, porque se cuenta en primera persona desde la perspectiva de Daniel. Como el tío fuera un tostón creo que no habría aguantado más allá del 10% del Kindle.
Al poco de ponerme a leerlo, tuve que ir a trabajar, y había momentos en que me sorprendía pensando qué le ocurriría a Daniel en ese entorno tan natural, donde todo huele a pino y madera recién cortada. Deseaba volver a casa para conocer algo más de la vida de estos hombres, por qué son como son, sus historias personales y familiares.
Y tiene esa cosa interesante de plantearte la vida académica, cómo hay que progresar, a qué conferencias tienes que ir, y publicar papers, etc.
Al principio, ya digo todo estupendo y súper interesante.
Pero conforme iba leyendo y veía que progresaba poco… ¿todavía voy por el 30%... y qué más puede pasar?... He leído un montón y,… ¿cómo que aún estoy por el 52%...?
Por eso digo que me sobra medio libro.
Mis pensamientos eran algo así como:
Qué sitio más chulo
Qué tipo más adorable.
Ay, qué bien, qué sexis, mira como se enrollan.
Fíjate tú en lo que es ser profe….
Después: bueno, ya vale, si, en fin….
Otra vez follando… No, si está bien, pero cuéntame otra cosa, me la refanfinfla un poco si le mete un dedo o tres.
De nuevo páginas y más páginas de la universidad… La verdad, chico, me importa poco que una profesora a la que admires se le vaya la olla.
Ah, sí y estos problemillas con la familia homófoba,… previsible, y ya me lo has contado cien veces.
Y otra vez hablando con su mejor amiga y…
Las partes que me aburrían empecé a leerlas de través.
Al final la cosa se anima un poco en plan dramón familiar, pero para entonces ya quería cerrar el libro y dedicarme a otra cosa.
La incomprensión de la familia de Daniel hacia él me parecía auténtica y falsa a la vez. Auténtica por la parte de de no tener nada en común con tus parientes, pero como les quieres confían en que alguna vez las cosas mejoren y... Ser adulto y darte cuente (y aceptar) que eso nunca pasará.
Pero me pareció realista el desprecio a los logros académicos de Daniel De la gente que conozco, las familias obreras, lo entiendan o no, suelen estar orgullosos de que uno de los suyos saque una carrera universitaria y sea profesor. Son las familias de clase media, las que tienden a despreciar los estudios y los libros.
Ya digo que es mi experiencia personal, puede que en otros entornos sea distinto.
Las 3 estrellas son, al final, la media. Hubo momentos fabulosos de 10 y otros de absoluto tedio que habría preferido dedicar a cazar gamusinos.
Puede deberse al tipo de lectora que soy. Me va más lo sutil, lo que logra insinuar el escritor más que lo que pone en la página, la ironía, el decir una cosa dando a entender otra,…
No me gusta mucho que me lo den mascadito y claro, aquí, con la narración en primera persona, te vas enterando de cada sentimiento y emoción de Daniel, con pelos y señales.
Para ser una primera novela, eso sí, me parece logradísima. Creo que tengo alguna otra de Roan Parrish en mi Kindle, así que sé que le daré otra oportunidad. Si es del mismo estilo, seguiré buscando otra autora que me enamore. No estoy yo para libros que me gusten a estrincones.
La vida es demasiado corta, y a mí no me da para leer todo lo que tengo pendiente.
Es un libro bueno, traducido, si entiendo bien la página de la autora, al francés, al italiano y al alemán.
¿Al español? Creo que ni está ni se la espera.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten estar en la cabeza de tipos recelosos.

Otras críticas de la novela:

Supongo que gracias a este reto aparecerán por fín críticas en español, hasta la fecha no he encontrado ninguna, pero me encantará que pongáis los enlaces abajo. 
Le dieron 5 estrellas en Joyfully Jay; y otras tantas, según DMAC, para el audio libro narrado por Robert Nieman, en Just Love. En esa misma página, EL le dio 3.5 estrellas al libro.
Para Booknista se merece una A
En Dear Author, una B+ y recommended read
A Judith, de Binge on Books, le encantó. 
Y también a Kristie, de Boys in our books.

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