sábado, 20 de agosto de 2022

Crítica: “Egomaniac”, de Vi Keeland


Un abogado divorcista y una psicóloga matrimonial, ¿qué puede salir mal?



DATOS GENERALES

 

Título original: Egomaniac

Subgénero: contemporánea

 

Fecha de publicación original: enero de 2017

Páginas: 300

 

En España:

 

Traductora: María José Losada Rey

Edición; 11/2018, Terciopelo

302 págs.

Colección: Terciopelo

 

SINOPSIS (según La casa del libro)

Emerie llega a Nueva York para comenzar su nuevo trabajo como terapeuta familiar. Ha alquilado para su consulta una gran oficina compartida en una ubicación fantástica y asequible, dos cosas difíciles de encontrar cuando se vive en Nueva York. Hasta que se percata que ha sido estafada y le han robado 10.000 dólares. Drew, el dueño de la oficina, se apiada de ella y acepta que se quede si a cambio le ayuda también a él trabajando como su recepcionista. La oficina puede ser grande, pero no lo suficiente como para contener la tensión sexual que hay entre los dos.

Mientras Emerie y Drew luchan por controlar sus impulsos, Drew por su parte tiene sus propios problemas, lidiando con la posibilidad de que su hijo pequeño, que tuvo con su ex, no sea suyo.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?

Pues si no entra en las mil mejores, es de chiripa. La tengo la 1053. Cuando se tradujo al español, lo consideraron en El rincón de la novela romántica como lo mejor del año. Ha tenido críticas estupendas: 5 estrellas en Harlequin Junkie, Romance Rehab, Guilty Pleasures Purest Delight/Simply Love Book Reviews, y Under the covers. La he visto como un all time favorites en romance.io y, finalmente, tiene un toque inicial enemies to lovers.

 

CRÍTICA

Estaba pensando si quitar la suscripción de Kindle Unlimited, porque las últimas que leí me gustaban, pero no me añadían nada, y podía dedicar esos diez euros mensuales a otras cosas… cuando recordé que había alguna más de Keeland y Ward en KU que aún no había leído.

Las he apuntado y así pospuse el darme de baja un mes.  

Entre ellas estaba este Egomaniac que es una de las más apreciadas de Vi Keeland, aunque no tengo claro el porqué. Está bien pero no me pareció de lo mejor. Pero lo bueno es que esta autora y Penelope Ward, su compañera de fatigas, siempre cumplen y te hacen pasar un buen rato.

 El abogado Drew Jagger vuelve de unas vacaciones para encontrarse su despacho… todavía en obras (algo que esperaba que estuviera terminado para ahora) y con la psicóloga Emerie Rose instalada. Y no, una okupa sí que no entraba en sus planes.

Lo que le ha ocurrido a Emerie, en realidad, es algo que pasa de vez en cuando, un modelo de estafa inmobiliaria que es que te alquilen algo que no es tuyo, pagas en metálico y si te he visto no te acuerdo.

La cosa es que Emerie parece una buena chica de Oklahoma y además tiene atributos que inmediatamente atraen el ojo de Drew así que…

Acaba ayudándola con su trabajo, y ella a él, porque resulta que es una ayudante personal estupenda cuando se trata de atender el teléfono y organizarle la agenda.

Resulta que Emerie se ha venido a Nueva York siguiendo a un amigo del que está enamorada, pero él no quiere de ella, aparentemente, más que amistad. A ella, total, poner su consulta le da lo mismo en un sitio que en otro.

Los problemas de Drew son más bien de otro tipo, relacionados con un hijo que tiene y que, ¡por Dios…! Pensé que iba a estar muerto, pero ya os lo destripo yo: no, el nene está vivo.

Lo de Drew y Emerie es al principio una ligerísima hostilidad que solo califica como enemies to lovers durante… cinco minutos. En seguida se ve que se caen bien, por debajo de todas esas discusiones que tienen.

Tienen sus momentos sexis, explícitos y bien contados, aunque no añada nada a la trama, la verdad. Se hacen colegas con derecho a roce y es evidente que están empezando a sentir cosas, aunque ninguno confía demasiado en sus propios sentimientos.

Sus diálogos son de esos que te hacen sonreír, cuando parece que caen en la cursilería, Drew suelta una guarrada que te hace poner los ojos en blanco.

La parte profesional no es que de mucho juego. Y mira que el planteamiento en sí podría dar a piques diversos, entre uno que divorcia parejas y otra que las salva. Pero no, sus profesiones están ahí más para hacer de adorno.

Drew, como abogado divorcista, ha visto la parte mala de las rupturas. Algo de ello te ponen, pero no se le ve hacer particulares virguerías. Sí que me gusta eso que tienen los estadounidenses de trabajar con un investigador privado para conseguir ventajas en los divorcios. No sé si eso aquí funcionaría.

Eso sí, aparece en un momento una negociación con una fiscal que,… vamos, si alguna vez tenéis la mala suerte de veros en el trance, no penséis que las negociaciones son así. Tomémoslo como pura fantasía de Romancelandia.

De los secundarios, te quedas sobre todo con Roman, el investigador. Tengo que ver si tiene su propia historia o no. La ex de Drew y el amigo de Emerie son puros clichés, tampoco es que se haya esforzado en hacerles algo especial. Es novela con niño, pero no molesta porque forma parte del argumento.

Lo de Emerie como psicóloga es más un poco como si fuera una gurú de autoayuda, no hay nada que te llame especialmente de ella intentando hacer que las parejas en crisis funcionen. Su consejo básicamente se resume a que se comuniquen, que hablen entre sí. No estoy segura de que eso siempre funcione, depende de la dinámica de cada pareja.

Pues eso, una novela cortita, contemporánea, muy agradable de leer, con momentos sexis explícitos, otros que tienen su gracia y, finalmente, alguna cosilla un poco más oscura, porque si esta mujer no mete un poquito de drama, le quitan el carné. Pero nada trágico, no llega la sangre al río y las cosas se arreglan a gusto de todos.

En algún sitio la ponen de erótica, pero no me lo parece. Primero, la relación de ellos no avanza, no se explora, a través del sexo, podrían desaparecer esas escenas y el libro seguiría siendo básicamente el mismo.

Pero es que tampoco es como esas contemporáneas hot de un polvo por capítulo. No, quitáoslo de la cabeza.

Es de las más apreciadas de la autora, pero a mí se me ha quedado en un simple «está bien», no sé si por la traducción. La traductora no es de las que me gusten, pero aquí no me pareció que estuviera mal. Normalmente, las versiones españolas son un poco más flojas que los originales porque, en fin, si el traductor fuera tan buen escritor como el original, estaría escribiendo. Creo yo, vamos.

Me la ventilé en menos de 24 horas, y eso que está escrito en ese estilo NA que no me gusta nada de primera persona dual alterna. 

Si se leen en KU, las de Keeland y Ward están bien. Fuera de la suscripción... me parecen un poquito caras para lo que me duran y el disfrute que me dan. Están bien aunque no son de las que te cambian el mundo.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten de contemporáneas cortitas, con su pizca de humor y sexo.



Otras críticas de la novela:

En español, Leer sin límites le puso 5 estrellas

A la cama con… un libro, 3,5 estrellas, digo Gandys. 

Otro romance más lo dejó en tres.  

Pasamos al inglés:

Harlequin Junkie, 5 estrellas

Under the Covers, 5 estrellas

Romance Rehab, 5 estrellas

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