Como una película, dulcita pero emocional
The Sweet Talker
Por CATHRYN FOX ‧ Fecha: octubre de 2021
El otro día hablé de Blame it on the eggnog, y dije que era una de las que más me habían gustado de la «Heavy Hitter Holiday Sports Anthology».
Bien, pues esta es la otra.
Os recuerdo que son historias cortas ambientadas en época navideña, tirando a dulces y entrañables, con algún punto deportivo. De todas, ésta es la que más tiene el «rasgo Hallmark», y es consciente de ello.
El protagonista, Brody Tucker, ha ido a pasar las Navidades con su compañero y amigo Declan, porque su propia familia da asco. Cuando llega al pueblo de Declan, alucina, y se pregunta «¿por qué me siento como si hubiera entrado en el plató de una película Hallmark?».
Así es Holiday Peak, Massachusetts, es un pueblo totalmente volcado con la Navidad.
Brody sabe de lo que habla, porque es muy fan de ese tipo de películas (sappy Christmas movies) o sea, navideñas y cursis. Esto ya te indica que, pese a su fama de ligón, ausencia de compromiso, etc., en el fondo él querría lo mismo que sus compañeros: una esposa, una familia, un perro, estabilidad, el cariño y el hogar que no ha tenido con sus propios padres.
Por eso le van esas historias y entiende bien los referentes y tópicos. Incluso bromea sobre su meet cute nada cute: salpica a Josie Moser con el coche, ella pierde el teléfono...
Ella es maestra chocolatera, de ascendencia suiza, y tiene su propia tiendecita donde confecciona sulces, ¿no me digáis que no es cuqui total?
A pesar de esa hostilidad inicial, se embarcan en una fake relationship para desanimar al sheriff del pueblo, un tipo majo al que Josie no quiere romper el corazón y por eso dice que tiene novio. Como es Romancelandia, una cosa lleva a la otra y lo que empieza más falso que un duro de madera acaba siendo amor y compromiso del bueno.
Con la imprescindible escena de sexo explícito, para que se vea lo bien que se llevan también en la cama
Creo que aquí lo que le da un punto adicional, para mí, y le hace ganar una estrellita, es el tema del teléfono. Josie es viuda, y en el teléfono que pierde está el último mensaje de su marido, que aún no se ha atrevido a escuchar. Por eso lamenta tanto su pérdida...
Lo que ella no sabe es que Tucker lo encontró y no sabe él muy bien cómo y cuándo devolvérselo. Esto da cierta tensión a la historia, que te hace preguntarte todo el rato cómo se resolverá esto. El final de esta línea argumental me resultó muy emotiva.
También hay un elemento más chusco: para evitar que a Tucker lo emparejen con la terrible prima Eugenie en la comilona, Declan le ha dicho que lleve a su propia pareja, y le reta a que consiga convencer a la chica que él diga. Declan elige a Josie como la persona a la que Brody debe convencer. No es una apuesta pero casi, y si Josie lo descubre, no le sentará demasiado bien.
Como el resto de las novelas de la antología, es de un estilo muy actual: contemporáneas, en primera personal dual, con una o dos escenas de sexo explícito, y agradables de leer, más bien cuquis.
Ya digo que, junto con la de Jami Davenport, es la que más me gustó. Dentro de lo trillado, lo rutinario de estos planteamientos, la escritora le ha sabido dar un toque algo particular, inesperado, insuflar algo de vida en es el reconfortante –aunque algo acartonado– relato tipo Hallmark.
Mi experiencia: notable, 4 estrellas.
eBook / trade paperback, 208 páginas
Cathryn Fox (octubre/2021)
Parte de una serie: Player son Ice #11
Esta es una de esas historias de las que no encuentro crítica por ningún lado, así que os pongo enlace a Goodreads, donde tiene una media de 4,28 estrellas, con 166 valoraciones y 15 críticas.
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
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