Contemporánea con humor y lágrimas. De las que te
lees de un tirón.
Leído en Kindle |
DATOS GENERALES
Título original: Waiting on You
Subgénero: contemporánea
Fecha de
publicación original en inglés: 2014
Publicación en español: Te esperaré
solo a ti
Fecha: junio 2016 (digital) / noviembre (papel)
Editorial: Libros de Seda, S.L.
Traductora: Ana-Isabel Domínguez Paloma & María del Mar Rodríguez
Barrena
Parte de una serie: #3 Blue Heron
Colleen O’Rourke está enamorada del amor… pero no cuando tiene que ver con ella. La mayoría
de las noches las pasa tras la barra del bar de Manningsport, Nueva York, un
negocio del que es propietaria junto a su hermano mellizo, dando consejos sobre
el amor a los corazones dolientes, preparando martinis y siguiendo soltera y
feliz, más o menos. Y es que, hace diez años, Lucas Campbell, su primer amor, le rompió el corazón… Desde
entonces, vive feliz picando aquí y allá, y jugando a hacer de casamentera con
sus amigos.
Pero una emergencia familiar ha hecho que Lucas regrese a la ciudad. Está
tan guapo como siempre y todavía sigue siendo el único hombre capaz de echar
abajo sus defensas. Para conseguirlo, Colleen tendrá que bajar la guardia o
arriesgarse a perder por segunda vez al único hombre al que ha amado de veras.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Sólo quizá entre las diez mil mejores, si se tiene en cuenta que
toda esta serie Blue Heron fue incluida entre las cien mejores novelas/series
románticas de todos los tiempos que se eligieron por encuesta que NPR organizó
en 2015.
CRÍTICA
Colleen, una
amiga de la familia Holland, lleva la taberna del pueblo con su hermano mellizo
Connor.
Es la
casamentera oficiosa del pueblo. Ha unido a decenas de parejas, pero ella permanece
soltera. Después de su gran primer amor, sólo ha tenido relaciones fugaces que
hacen que la consideren algo golfa.
A través de flashbacks nos cuenta su historia con
Lucas Campbell. Era un chaval de la zona sur de Chicago (para entendernos, el
lado pobre y mafiosillo) que por circunstancias, vivía con su tío Joe, su primo
Bryce y la muy bicho esposa de Joe, Didi.
Colleen y
Lucas se conocen en el instituto. Amor a primera vista. Lograron mantener su
relación cuando se fueron a la universidad. Pero entonces pasó algo, ella se
enfurece, rompen y no volvieron a hacer las paces.
Después,
Lucas se casó con una chica rica y se quedó a trabajar en Chicago.
La cosa es
que el tío Joe está muriéndose y llama a Lucas. Quiere que vuelva al pueblo y
arregle algunas cosillas antes de que él tenga que irse para Chacaritas.
Y para allá
que va Lucas, reencontrándose con Colleen.
Sí, es una
de esas de reencuentros y segundas oportunidades que tanto me gustan.
Chocan. Ella
aún siente resquemor por lo que ocurrió, aunque la que rompió fue ella, y no
él. Se sorprende al saber que Lucas está ahora divorciado. Pero eso tampoco
significa nada: él vive en Chicago y, para ella, Manningsport es su vida. No
sólo tiene el negocio, es que conoce a todo el mundo, ejerce de Emma, flirtea
con los parroquianos,…
Aunque la
historia no da mucho de sí, la autora sabe mantener la emoción
romántico-erótica estupendamente.
Una historia
secundaria pone el contrapunto a veces gracioso, a veces de vergüenza ajena.
Colleen intenta emparejar a Bryce (el primo de Lucas, un poco vago y sin mucha
iniciativa) con Paullie (una chica atlética y de familia con dinero).
Cogí el
libro con ganas, y no me decepcionó. Es te esos que lees y no eres capaz de
parar, robándole tiempo al sueño y a otras tareas caseras más urgentes como,
ejem, ¿la plancha?
Es
contemporánea, te entretiene, ríes y lloras, y al final cierras el libro con
una sonrisa.
Algunas cositas menores enfriaron algo mi entusiasmo y por eso mi
experiencia al final es “sólo” de 3 estrellas:
1.- La cosa se resuelve (sexual y sentimentalmente) de manera algo flojita.
2.- Contiene declaración pública de amor, típica escena que no me gusta
nada.
3.- Colleen apoda a Lucas, cariñosamente, Spaniard
(o sea, español de España), cuando resulta que procede de Chicago. Sí, su madre
era portorriqueña pero eso, ¿qué tiene que ver? (A) Igual no diferencia entre
países, o (B) piensa en el retatarabuelo de Lucas, que debió ser español de
España, o (C) igual pertenece a ese grupo minoritario de portorriqueños pro
anexión a España… En realidad lo dice en plan “pirata español” pero en serio, ¿piratas-piratas?
Será que ha averiguado que somos el país número 1 del pirateo, porque
históricamente,… no tanto.
4.- Expresiones pelín racistas. Describen a Lucas como moreno de ojos
negros y piel olivácea. De eso que yo llamo “andaluces de Jaén / aceituneros
altivos”. Tan tópico… Me quedé “patitiesa y ojoplática” cuando dicen que es “no white”. ¡Choque cultural al canto!
Será que tengo muy metido en el magín que eso del tono de la piel es tan
irrelevante como la altura o el color de los ojos.
[Nota: de cualquier forma, veo en la wikipedia que la estimación “racial”
(me rechinan los dientes por escribirlo) para 2007 (igual que por ejemplo en
1950) era de un 79.7% de blancos y un 20.3% de no-blancos en la isla de Puerto
Rico. Así que lo más probable (estadísticamente) es que la mamá de Lucas fuera lo
que ellos entienden por “blanca”.]
5.- En español, en el original, repiten “mía” todo el rato. Lo cual
suena de lo más posesivo. Si quería que Lucas llamara algo cariñoso a Colleen,
¿por qué no las palabras tontunas que solemos decir en nuestro idioma, como corazón, cuchicuchi, vida, cari, chiqui, cielo,
tesoro, cariño mío, mi amor, churri, chati,…? Mi vida, eso sonaría mejor.
6.- La comida. Será que últimamente estoy muy concienciada con el tema
pero la verdad es que comen fatal. Como cuando leí Tirando del anzuelo, me quedé con la impresión de que Manningsport, como Gideon’s Cove, debe
estar lleno de gente obesa. Ensaladas, frutas o legumbres brillan por su
ausencia.
6.1.- Se me subía el colesterol sólo con leer que Colleen se zampa unas Oreos.
Si las galletas son -en general- un alimento poco sano, ya las Oreo son tal “atrocidad”
(Lucía Martínez dixit) que yo les pondría un aviso parecido a los de las cajetillas de tabaco.
[Un inciso, un estudio concluyó que son tan adictivas como la cocaína, al
menos en ratas (hablan de ello aquí)]
6.2.- Sale una niña obesa, Savannah. Colleen se pasa por el forro la dieta de la
niña y le da nachos y cosas que son justo lo contrario a lo que le conviene. Lo
cuenta como una gracieta, pero yo sólo veía a una persona (a) menoscabando la
autoridad de una madre y (b) pulverizando una dieta necesaria por motivos de salud,
no estéticos. Más adelante en el libro lo medio arreglan, pero me dejó mal
sabor de boca.
6.3.- A pesar de llevar una taberna, Colleen no sabe cocinar. En un momento
dado, piensa algo así como que antes nevará en el infierno que aprenda a
cocinar. Incomprensible: si sabes cocinar, puede que comas bien o no; pero si
no sabes, entonces es casi seguro que comerás mal: precocinados y productos
hiperprocesados. La cosa es que, con total incoherencia, Colleen se empeña en
cocinar una cena algo complicada para su churri. Las posibilidades de que algo
así salga bien, ¿cuáles creéis que son?
Pero vamos, que eso son manías mías. En conjunto es totalmente
recomendable.
Al final no me la compré en español sino en inglés, que tenía mejor precio.
Así que no sé qué tal estará la traducción.
Aunque forma parte de una serie, entiendo que se puede leer perfectamente
de forma independiente.
Valoración personal: buena,
3
Se la recomendaría a:
quienes gusten de historias de amor sencillas, con humor y sentimentalismo.
Otras críticas de la novela:
En español: Entre metáforas hace crítica positiva. Abajo de todo pone un enlace a una entrevista con Kristan Higgins. (Por
cierto que la escritora parece muy maja aunque, reconozco que mientras la veía,
yo no dejaba de pensar en factores de riesgo cardiovascular).
Encontramos una breve reseña en Moonmates.
Memorias de una ansiosa, también le gustó.
Vamos a por las reviews en inglés: (un)conventional book views le da 4 estrellas.
Para Smexy Books fue una novela de C+. Y prácticamente lo mismo en Dear Author,
C-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario