Tópico
harlequinero: triángulo amoroso. Una mujer dividida entre el sofisticado
millonario (europeo) y el sensual macizorro (estadounidense).
Warner Books, mayo 2003
Jackie Merri Meyer & Elaini
Kokkinos
Fotografía de portada: Digital Stock
|
Título original: Not Even For Love
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha
de publicación original en inglés: julio de 1982
Pseudónimo: Erin St. Claire
Serie: Mills & Boon Desire (MD) / Silhouette Desire (SD) - 7
Traducción
española:
Título: Ni siquiera por amor
Traductora:
Elena Rufas Yuste
1.ª
edición: 09/1987
Editorial:
Harlequin Ibérica
Colección:
Tentación,133
SINOPSIS
Aparentemente,
Jordan Hadlock lo tiene todo. Un
gran trabajo en la parte antigua de Lucerna, Suiza. Un rico y famoso
empresario, Helmut Eckherdt, quiere casarse con ella. ¿Qué más puede pedir?
Reeves Grant aparece refugiándose
de un repentino aguacero, pero la auténtica tormenta se produce dentro de
Jordan y la pasión que comparten esa noche. A la mañana siguiente, él
desaparece sin dejar rastro.
Aún
afectada del encuentro, Jordan ejerce de anfitriona en una espléndida cena de
Helmut. Y recibe dos sorpresas. Helmut anuncia que se van a casar, y en ese
momento ella descubre a Reeves Grant sacando fotos del acontecimiento y de la
nueva “prometida”.
Reeves
Grant, fotógrafo periodístico, está haciendo un reportaje sobre Helmut, a
menudo sólo a unos centímetros de ella. Reeves le recuerda todas las emociones
que sintió en una noche especial, y que no puede evitar revivir cada vez que él
está cerca.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, la verdad.
CRÍTICA
Esta es una de esas novelas que compré en su momento y me
gustaron. Hice una crítica para El rincón de la novela romántica en 2012 y más
o menos la mantengo a día de hoy.
Pensé que no estaba traducida, pero sí, Harlequín la publicó en
1987. ¿Habrá algún ejemplar de esta novela en algún desván de la abuela?
Estamos en 1982, el mismo año de su debut como escritora. Ya he
hablado aquí de otras novelas suyas que, con el pseudónimo de Rachel Ryan,
escribía para Candlelight. Pero también usó el de Erin St. Claire, para otra
editorial, Silhouette. La línea Silhouette Desire, de la que esta novela es el
número 7, reunía a los romances genéricos o de serie más subidos de tono de la
editorial Silhouette. Warner Books la reeditó en tapa dura en 2003.
El libro empieza con una lujosa fiesta que se celebra en una isla
privada en el lago de Lucerna (Suiza). Ricos y famosos de Europa y Estados
Unidos se reúnen en casa del rico empresario Helmut, beben champán y se lucen
paseando por su salón decorado con frescos y dorados. Ejerce de anfitriona
Jordan, una joven estadounidense morena de ojos grises, vestida espléndidamente
con un blanco Dior ajustado que deja un hombro al descubierto. Sí, son los
estilismos de la época, y que no se diga que una heroína de Sandra Brown va
descuidada.
Jordan recibe a los invitados con elegancia y cortesía. De repente
su mirada se cruza con un hombre que la contempla con escépticos ojos verdes.
Se queda helada al reconocerlo.
¿Por qué? Bueno, porque ya se conocen, obviamente. La cosa fue
como sigue. Jordan regenta un quiosco de prensa inglesa. El día anterior, en
pleno aguacero, Reeves llamó a su puerta buscando refugio. Era la única luz que
brillaba en la oscuridad.
Reeves, calado hasta los huesos en plan “mister camiseta mojada”,
y Jordan trémula, se echan un vistazo.
Es “deseo mutuo a primera vista”. A Jordan le gusta lo que ve. Y
él se da cuenta.
Se insinúa abiertamente. Ella no dice que no. Lo que sigue es una
noche dulce y apasionada.
Por la mañana, él se ha ido. Cuando vuelve, Jordan no abre la
puerta. Ya tuvo un matrimonio infeliz, no quiere que otro hombre se lo haga
pasar mal. Por eso ha mantenido a distancia a Helmut. Y aunque no se explica
muy bien cómo ha sido capaz de tener un rollo de una noche, confía en no volver
a ver al macizo nunca más.
Así que se sorprende mucho al encontrarlo en la fiesta.
Pero tiene su explicación. Reeves es fotógrafo profesional y va a
hacer un reportaje sobre Helmut. Y ahora tendrá que incluirla también a ella.
Porque, para su sorpresa, Helmut anuncia públicamente que él y Jordan se van a
casar. Jordan no le ha dicho que sí, pero… tampoco le dice que no.
Esto,… ¿vemos aquí cierta pauta de comportamiento en la
protagonista?
Reeves está rabioso de celos. Se siente engañado y no entiende
nada. Tampoco es que Jordan se lo explique muy bien. Insiste en que no se va a casar
con Helmut, pero no acaba de decírselo a éste. Reeves y Jordan se ven obligados
a estar juntos por el reportaje. Visitan varios lugares turísticos de Lucerna y
sus alrededores. La innegable atracción que sienten el uno por el otro está
siempre presente.
Tanto Reeves como Jordan tienen físicos deslumbrantes. De ella se
llega a decir que parece una modelo. Claro, pocas quiosqueras verás vestidas de
Dior. Pero estamos en el terreno del romance genérico, una “fantasía de amor y
lujo” muy de los ochenta.
Los personajes son bastante planos. Hablan algo de su vida
anterior, aunque no parece que se enamoren por lo que son, o que cada uno
proporcione al otro algo especial. Acabas pensando que se gustan sólo porque
están muy buenos.
Lo mejor es la tensión sexual entre Jordan y Reeves. Lo agradables
y normales que son cuando están relajados y bromean. Por ejemplo, hay un
momento en que un personaje dice: “Tienes que casarte conmigo, ahora”. Y ella
responde burlona, “¿Por qué, estás embarazado?”. En el contexto, resulta
gracioso. Cuando S. Brown consigue ese tono, disfrutas de este viaje a los
ochenta. Y están muy logradas las escenas románticas, bonitas y sensuales.
Un punto original es que se ambiente en Europa, paisaje inédito en
la producción de S. Brown. Es novedoso encontrar una novela romántica que se
desarrolle en Suiza, aunque sea en tono muy turístico. Y hay escenas de
senderismo por la montaña, algo que me encanta y que tampoco es frecuente en
las novelas románticas.
Lo peor, sin duda, es la heroína. Jordan no toma ninguna
iniciativa, ninguna decisión. Se deja llevar por los dos personajes masculinos.
El egocéntrico Helmut sólo oye lo que quiere oír. El impetuoso Reeves la besa y
acaricia sin reparar en que ella nunca empieza la aproximación amorosa. Pocas
veces se encuentra una heroína tan parada. Una marioneta que se limita a “no
decir que no”.
El final es predecible, pero también el desarrollo. Se anuncia
como una “clásica historia de amor”. Es más bien un “anticuado” romance
genérico de los ochenta. Menos de doscientas páginas de lectura fácil y
entretenida. Para pasar la tarde. Pero mejor si te lo prestan.
Hace cuatro años, esta historia me pareció “Sólo aceptable” y le
di una puntuación de 6/10. Ahora soy un poco menos generosa, porque hay cosas
que, simplemente, no resisten el paso del tiempo.
Valoración personal: meh, 2
Se la recomendaría a: los
aficionados a las novelitas de los ochenta.
Otras críticas de la novela:
Con estos libros del año de la polka, y más si no son particularmente
buenos, es difícil encontrar críticas más allá de las de Amazon o Goodreads.
Así que pongo lo poquito que he encontrado.
Ya digo que en su momento publiqué crítica en El Rincón de la Novela Romántica que es más o menos esta misma.
Una estrella, en MouthShut, que es lo que tendría que darle yo si no fuera tan benévola y me empeñara en ver a mis amigos de perfil si son tuertos. Pero es que yo realmente no odié esta novela es sólo que resulta aburrida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario