Sigo publicando cada día una de esas críticas que se me han ido quedando atrasadas.
Ya veis que esta primavera me dediqué a leer lo más granado de la producción de Cara McKenna. «After hours» fue la última lectura de ese maratón, en junio de 2018. Otra novela ganadora, pero tan intensa que tuve que parar de leer a esta autora, darme un descansito.
El sexo como vía de escape en una
vida dura de por sí
DATOS GENERALES
Título original: After Hours
Subgénero: contemporánea, ¿erótica?
Fecha de publicación
original en inglés: 2013
NOVELA NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Es peligroso sentirse
atraída por un hombre áspero y preparado…
Erin Coffey ha sido enfermera durante años, pero nada la preparó para las exigencias
físicas y emocionales de su nuevo trabajo. Por estar cerca de su disfuncional
familia, asume un trabajo peligroso en el hospital psiquiátrico de Larkhaven,
donde pronto aprenderá que necesita protección, y encuentra a un compañero
fuerte y muy seguro de sí mismo, que está más que deseoso de proporcionársela.
Kelly Robak es justo la clase de tipo con la que Erin juró no implicarse nunca. Lo ha
visto en el lío de su hermana, qué caos llevan esa clase de tipos a la vida de
una mujer. Pero se siente atraída por él, de todas formas, incluso cuando él
aparece en su puerta, poco dispuesto a aceptar un «no» por respuesta.
Lo que Erin encontrará aún más sorprendente que la propuesta indecente de Kelly
es lo mucho que ella disfruta sometiéndose a sus órdenes. Pero no puede hacerse
el tipo duro indefinidamente. Si quieren que lo suyo sea algo más que una
aventura de fin de semana, tendrán que abrirse el uno al otro y revelar lo que
de verdad necesitan.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No entró en mi lista de las mil mejores novelas románticas que hice en
2017, pero ahora sí que estaría incluida, en el novecientos y pico. Rudi (de
Book Thingo) la leyó en 2017, y la recomendó. Ha tenido críticas máximas en
Fiction Vixen, Rosario’s Reading Journal y The Badass Reviews. No es extraño
que, a la hora de escoger el top 100 de All About Romance, los lectores se
acordaran de ella… solo que no pasó de la segunda ronda.
CRÍTICA
Como adelanta la sinopsis, Erin
Coffey ha aceptado un trabajo como enfermera en un hospital psiquiátrico para
poder estar cerca de su hermana pequeña y el hijo de esta. Nunca había tenido
un curro así. Es difícil, largos turnos de doce horas en los que no te puedes
despistar. Siempre alerta y concentrado, para no equivocarte con la medicación
y porque, en cualquier momento, siempre puede surgir una crisis.
Encima, sales y el entorno es de lo más deprimente: una de esas zonas industriales
de EE. UU. que son cascarones vacíos, cuando de antes eran ciudades bulliciosas
y llenas de gente.
Su primer día será difícil, pero
confía en que –con el tiempo– aprenda a que esto no le pase factura
emocionalmente.
Un compañero de trabajo, que la ve
afectada, le dice que por qué no se van a tomar algo. Lleva anillo de casado,
así que parece una apuesta segura. Lo último que quiere en ese momento es tener
que rechazar propuestas sexuales.
Se trata de Kelly, un tipo
impresionante con unas manazas enormes, fuerte, tipo armario empotrado, de esos
que pasan con holgura del metro noventa… En su trabajo, un hombre tranquilo, una
masa de músculos que sirve para controlar a los enfermos que, en pleno brote,
se enfurecen y a los que hace falta dominar físicamente para que los enfermeros
puedan ponerles una inyección.
¿Cómo se diría en España…? ¿Ordenanza,
camillero, ATS,…? Ni idea. Tengo la impresión de que han cambiado tanto los nombres de las profesiones
sanitarias que no lo tengo claro.
No es un hombre que hable con medias
tintas. Contesta a sus preguntas sin inmutarse. No, no está casado. Sí, le gusta el sexo… a su manera. Y no
admite otra.
Aparentemente, la clase de hombre dominante
y un tanto machista que trajo a la madre y hermana de Erin por la calle de la
amargura. Siempre los ha evitado. Aunque Kelly le atrae, sería un precio demasiado
alto por puro sexo.
Claro que al final sí, Erin aceptará
desfogar con sexo apasionado y sin compromiso.
¡Qué bien se le dan esas escenas eróticas a McKenna! Son largas, explícitas y excitantes.
Me parecen difíciles porque, por un lado, tienes que contar con pelos y señales
la mecánica exterior y, por otro, lo que pasa por dentro, cómo eso les cambia,
o les influye.
La gente cree que las novelas
románticas en general y las eróticas en particular, son fáciles de escribir.
Como yo digo: que lo intenten. Traten de describir un momento que estimule
físicamente al lector y, al mismo tiempo, le implique y absorba emocionalmente.
Realmente complicado, ¿y McKenna? De
lo mejorcito que he leído.
Ni Kelly ni Erin vienen de familias
normales. La vida les ha hecho fuertes e independientes, tienden a no
preocuparse por lo que piense la gente. Se bastan por sí solos, y lo último que
necesitan, al parecer, es una relación estable con nadie.
No están dispuestos a sacrificarse.
Erin lo explica de una manera bastante divertida:
Preferiría ser Rizzo antes que Sandy, sin dudarlo. Rizzo encontró en amor sin cambiar ni un ápice. Sandy tuvo que vestirse de fulana, hacerse una permanente horrorosa y empezar a fumar.
El sexo entre ellos es fantástico,
potente. Aunque parece que la cosa acaba nada más empezar. No será así, pero
para llegar a su final feliz (o su «felices de momento») tendrán que aceptar
que desnudarse emocionalmente es más
difícil que hacerlo físicamente.
Y más comprometido, más arriesgado,
más peligroso porque hay más riesgo de que a uno lo hieran y quede al final
solo y dolido.
De nuevo, me parece que McKenna escribe
de fábula. Sabe montarte una historia de amor muy intensa con personas que
viven en un entorno modesto, con trabajos sencillos, y vidas complicadas.
Aunque la venden como erótica, no lo
acaba de ser del todo. No es «porno
escrito», uno de esos libros «chorreantes de sexo» con escena sexy por cada
capítulo. No. De hecho, si me pongo a contar, igual escenas eróticas hay dos o
tres en todo el libro. Eso sí, la sensualidad es superior a la media de una
novela contemporánea.
Un libro totalmente recomendable. El
estilazo me encanta, el ritmo de cómo narra, las palabras que usa, y esa
ambientación tan normal, tan de la vida misma…
No me moló demasiado la narrativa en
primera persona, ni los personajes me gustaron tanto como los de otras novelas
suyas.
Y luego que Kelly es un sexista, más que machista, pero aún así... hay cosas que un hombre puede (y debe) hacer, y una
mujer simplemente no puede. Reconoce que las novias le dejan porque tiene esa
actitud de que «o las cosas son como yo quiero, o no hay nada que hacer» y
claro, en una relación todo el mundo tiene que ceder algo, ¿no?
Por ejemplo, en su opinión hay
cuatro cosas que un verdadero hombre tiene que ser capaz de hacer por una
mujer:
Arreglarle el coche. Asar un filete a la parrilla. Patear el culo de cualquier tipo que la haga llorar. Y follar tan duro que ella se levante medio lisiada.
Luego resulta ser un perro más
ladrador que mordedor. Con una mujer fuerte como Erin, las cosas salen mejor si
conserva su libertad. Hacer el bruto está muy bien siempre que haya una palabra
de seguridad para parar la cosa cuando haya algo que a ella le disguste.
Erin se reprocha a sí misma verle
más de una vez como un animal, y ceder a sus deseos. Siente que es un poco traicionar
su feminismo. Pero su auténtico problema es su hermana, a la que intenta
proteger, defender, salvar,…
Seguiré leyéndome los libros de
McKenna. Tiene muchas cosas que me hacen tilín: vidas contemporáneas normales,
entornos descarnados, sentimientos intensos y sexo fabuloso. Con toques de
dominación pero siempre desde el respeto y sin hacer sangre.
Un «erotismo Ikea» en toda su crudeza que me gusta más que el
«erotismo de postureo gore» de clubes sado-maso y sangre por todos lados.
No es de esos libros que te dejen
resacosa, creo que porque es demasiado intenso emocionalmente, duro el entorno,
y entonces deseas que esto acabe ya, descansar un poco de algo tan potente.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: quienes gusten de contemporáneas duras
con toque sexy.
Otras críticas de la novela:
No he encontrado ninguna crítica en español, así que si alguien conoce
de alguna, siéntase libre de contármelo más abajo.
Badass Book Reviews, una A+.
Rosario’s Reading Journal, una A.
Fiction Vixen, A-.
En Dear Author, B+, y Recommended
read.
Y luego, dos artículos-críticas que demuestran que esta novela da mucho
de sí para sentir y reflexionar:
En Wok-O-Mance, «Terrible Love: Cara McKenna’s AFTER HOURS» escrita por
Mary Ann Rivers, novelista y enfermera, y le encanta, porque refleja la dureza
de los turnos de 12 horas.
En Romance Novels for Feminists, se reflexiona sobre seguir siendo feminista
cuando accedes a prácticas sexuales en las que la fuerza bruta del macho te
domina y encima te gusta «Feminism and Male Aggression: Cara McKenna's AFTERHOURS» en Romance Novels for Feminists.
Tras lo que cuentas de esta escritora tengo que darle una oportunidad, parece que tiene cosas que me gustan mucho. Miraré entre lo que he ido pillando indiscriminadamente (dichosas ofertas...) a ver si tengo algo de ella.
ResponderEliminarGracias por la reseña, Bona! Tan estupenda como siempre.
Besotes!