viernes, 6 de octubre de 2023

Crítica: “Time to shine”, de Rachel Reid


 Ella emplea meses en escribir, y yo lo esnifo en menos de veinticuatro horas

 


DATOS GENERALES

 

Título original: Time to Shine

Subgénero: contemporánea/gay

Publicación: 2023

Páginas: 352

 

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

Para Landon Stackhouse, que lo llamen desde el filial del equipo de Calgary, es algo excitante y aterrador, incluso si, como portero suplente, rara vez abandona el banquillo. Solitario y callado, Landon sabe que lanza fuertes vibraciones «no me hables». El único jugador que no parece darse cuenta es la superestrella, el joven ala de Calgary, Casey Hicks.

Casey trata a Landon como si fuera su amigo de toda la vida, incluso cuando solo interactuaron brevemente en el pasado. Es un encantador inagotable, y completamente relajado, de una manera que es totalmente ajena a Landon. No pueden tener menos en común, pero Landon necesita vivir en algún sitio que no sea una habitación de hotel, y Casey acaba de comprarse una casa enorme, y odia estar solo.

Como compañeros de piso, Casey se niega a que las respuestas monopalabras de Landon lo derroten. Como amigos, Landon se da cuenta de unas cuantas cosas sobre Casey, como su sonrisa, amplia y fácil, y sus brillantes ojos azul verdoso. Pasar juntos las vacaciones solo intensifica su bromance-convertido en-romance. Pero conforme se acerca el Año Nuevo, se pone en marcha la cuenta atrás para que Landon deje Calgary.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Acaba de salir y ya la tengo bastante arriba en mi base de datos, en torno al puesto tres mil, gracias a que varias personas a las que sigo le han puesto cinco estrellas: Caz (para All About Romance, donde firma la crítica de DIK A), Elley the Book Otter y Kaetrin.


CRÍTICA

Con los male/male romances de hockey pasa un poco como los duques de la Regencia.

Me explico. Se dice que si hubiera habido históricamente tantos duques en la Regencia como nos cuentan las novelas románticas, no habrían cabido en Londres.

Bueno, pues con los jugadores de hockey sobre hielo gais o bisexuales pasa lo mismo. Si en la realidad hubiera tanto jugador queer en la NHL como te cuentan en Romántica, podrían tener una liga propia.

Ahora, cuando lo hacen así es porque hay un público para ello, y yo soy la primera. Me encanta el hockey, y el male/male romance. Ya digo que, de un tiempo a esta parte, es en las novelas gais donde encuentro romance, ternura y pasión, de una manera mucho más franca que en el minado campo del romance hetero.

Así que Rachel Reid escribe, sí, ¡otro romance gay ambientado en la NHL…! Como si no hubiera ya suficientes. Yo misma llevo leídos montones de romances gais de hockey, de la propia Rachel Reid, de Tal Bauer, Sarina Bowen, Anna Zabo y L. A. Witt, Kate Meader… Uno pensaría, ¿queda algún tópico por explorar, alguna trama, algo que no se haya dicho ya…?

Tópicos posibles: el deportista que empieza y el que está de retirada, la estrella y el normalito, los enemies y los friends, con homofobia y sin ella, los cuquis y los tremebundos… De todo hay ya, y escrito cien veces.

Pero a mí me sigue funcionando. Y más cuando se escribe tan bien.

Me lo bajé al Kindle el mismo día en que salió, 26 de septiembre, y ni veinticuatro horas me duró. Dormí fatal en la noche del 27 al 28, tan enganchada estaba a la historia… No conseguía dormirme, leía un poco más, apagaba la luz, seguía dándole vueltas al asunto así que leía un poco más, y dormía a ratos… Con deciros que esa mañana ni salí a correr mis cinco kilómetros,... preferí seguir las andanzas de estos jóvenes.

Incluso en el trabajo le seguía dando vueltas a ver cómo seguiría la cosa.

Total, que de un día a otro, seguí, hasta que conseguí acabarla.

No sé qué tiene esta autora que me atrapa por completo.

Que no os despisten las cuatro estrellas que le doy. Ya he explicado más veces que yo puntúo cada libro por comparación con otras novelas del mismo autor. Y, simplemente, hay otras de Rachel Reid que me dejaron más enamorada de la historia. Noqueada y resacosa. Porque Ilya, bueno, para mí no hay nada parecido.

Landon Stackhouse (24) es el portero estrella de un equipo filial, en la AHL. La lesión del segundo portero de Calgary hace que le suban al primer equipo, al de la NHL. Serán solo unas semanas, hasta que el otro se cure. Y lo pasará principalmente en el banquillo, claro, porque el portero titular será el que salga en todos los partidos.

Pero la experiencia le permitirá conocer lo que es la mejor liga de hockey sobre hielo del mundo.

Landon es tu típico introvertido monopalabra padentrista total. Es reservado, no le gusta que le toquen, mantiene a la gente a distancia. Ni siquiera tiene clara su sexualidad, porque la idea de exponerse con otra persona,… casi que no.

Lo cual contrasta con uno de sus nuevos compañeros, el parlanchín e hiperactivo Casey Hicks (23), estrella hijo de estrella, totalmente extrovertido, amigo de todo el mundo, que se enrolla con chicos, chicas y lo que haga falta, porque tiene energía de sobra.

Le coge un cariño inmediato a Landon y se lo lleva a casa, para que su estancia en Calgary no la pase en un hotel, solito, el pobre.

Entre ellos surge una amistad, y los pensamientos eróticos, pero no es fácil que interactúen, por lo opuestos que son en todo, también en esto.

No suelo gastarme 7,37 euros en un libro en digital. Pero con Reid ni me lo pensé. Cuando sé que es una autora que me gusta, puedo pasarme un poco de los cinco euros que me pongo como límite habitual de un libro en digital.

Encima, había visto críticas de cinco estrellas de lectoras de las que me fío. Sabía que este libro lo iba a disfrutar, y así fue. También es cierto que asumía que nada podría igualar a la historia de Shane e Ilya. Al aceptar esto, no me esperaba una reedición de aquello tan intenso y febril, y eso me ayudó a disfrutar de lo que tenía la novela y no lo que no tenía.

¿Y qué hay? Pues mira, humor, sexo, ternura, descubrimiento de cómo ser la mejor versión de uno mismo, tensión en algún partido de la temporada regular, traumitas y traumones...

Y encima está escrito en tercera persona, aunque sea desde la perspectiva de uno u otro personaje, ¡aleluya! Algo inaudito en estos tiempos.

De los dos personajes, reconozco que me identificaba más, o entendía mejor, a Landon. Es lógico que si eres introvertido, y sabes que vas a estar en el quipo solo unas semanas, no estés derrochando simpatía, precisamente.

Casey, en cambio, me agotaba. Es de esos que no se callan ni debajo del agua. Tengo una amiga que es así, y vale, te sirve para mantener unido al grupo, como hace Casey, genuinamente interesado en todo el mundo, organizando salidas, actividades, hablando con todos y de todo… Pero a mí me agota.

Sobre todo al principio se me hizo algo cuesta arriba este tipo tan hiperactivo, desordenado, que está a esto y a aquello, y hablando con todos como si fuera el mejor amigo de toda la vida… Me costó un poco entrar en calor con este personaje, aunque ojo, he leído a más gente que le pasa justo lo contrario, que les gusta más Casey que el callado Landon.

Pues eso, una novela estupenda, que me ha tenido totalmente absorbida, y ya no me queda más que esperar a la siguiente que saque Rachel Reid.

Las portadas colorinchis no es que me vayan mucho, sobre todo como cuando es el caso, ni estamos en una rom-com ni una historia cuqui. Es verdad que no hay episodios de homofobia ni dramones, lo mismo que tampoco sexo a tutiplén. En este sentido, esa portada sí que transmite esa vibra de algo tierno y juvenil, nice, de amiguis que se enamoran. Pero siguen sin gustarme esas portadas creo que porque se ha abusado de ellas y ya me he cansado.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: quienes gusten del male/male romance en la NHL.

Otras críticas de la novela:

No he encontrado nada en español, y en inglés tampoco mucho.

Actualizo a 2-2-2024, en A la cama con... un libro le ponen 4 Gandys.

All About Romance, DIK A

Annie’s Reading tips, 5 estrellas

Kaetrin, B+ en Dear Author

Smart Bitches Trashy Books, una B

Smut Report no puntúa pero dice que le ha gustado tanto que la compraría en tapa dura, para poder releerla si desapareciera internet. 

Joyfully Jay, 4 estrellas

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