martes, 7 de septiembre de 2021

Crítica: “Get a life, Chloe Brown”, de Talia Hibbert

 

Misma fórmula, BWWM, en tono comedia romántica



DATOS GENERALES

 

Título original: Get a Life, Chloe Brown

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: noviembre de 2019

Parte de una serie: Brown Sisters #1

Páginas: 384

 

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

 

SINOPSIS (la copio de A la cama con… un libro)

Chloe Brown es una enferma crónica y fanática de los ordenadores que tiene un objetivo, un plan y una lista. Tras haber estado cerca de la muerte, ha planificado siete pasos para ayudarle a "tener una vida" y ya ha superado el primero: irse por fin de la estupenda mansión familiar. ¿Los siguientes?

Salir una noche y emborracharse. Dar una vuelta en moto. Ir de camping. Tener sexo sin consecuencias y disfrutarlo. Viajar por el mundo con una maleta de mano. Y... hacer algo malo.

Pero no es fácil ser mala cuando has escrito paso por paso cómo hacerlo correctamente. Lo que Chloe necesita es un profesor y conoce al hombre perfecto para el trabajo.

Redford ‘Red’ Morgan es un conserje con tatuajes, una moto y más atractivo que muchas estrellas de Hollywood. También es un artista que pinta de noche y esconde su trabajo por el día, algo que Chloe sabe porque le espía de vez en cuando. Pero un poquito, muuuuy poquito.

Cuando convence a Red para que le ayude en su rebelión, aprende cosas sobre él que no habría descubierto espiándole, como que siente rechazo hacia el origen pudiente de Chloe, que nunca enseña sus pinturas a nadie y qué esconde realmente tras su dura apariencia...

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?

Sí. De hecho, entró en mi lista de las mil mejores novelas románticas, edición de 2021, en el puesto 103. Fue considerado como lo mejor del año por muchos blogueros y páginas (Adrian Liang en Amazon, KJ Charles, BookPage, Kirkus, Laetrin en Dear Author, ML Lenker en Entertainment Weekly, Suzanne de Love in Panels, Latte nights, The Nerd Daily o Publishers Weekly. Tuvo críticas de A en Dear author (A-), Smart Bitches Trashy Books, Smexy Books o That’s What I’m Talking About (al audiolibro narrado por Adjoa Andoh). Y de 5 estrellas en Elley the Book Otter, Latte nights, Ramblings of a Daydreamer, The limits of love o The Romance Dish. Y starred reviews en Indie Next, LibraryReads, Booklist, Kirkus Reviews y Publishers Weekly. Lo he visto denominado intercultural, o afroamericano, pero en realidad los dos son de cultura británica, nacidos y criados en las islas, por lo que lo único que puedes decir es que ella tiene la piel oscura y él blanca. Por lo demás, fue finalista en el premio #readRchat, categoría Best Contemporary Romance of 2019; le ganó A prince on paper, de Alyssa Cole, que no he tenido aún el gusto de leer.


CRÍTICA 

Ya veis, he tardado cosa de dos años en leerme esta comedia romántica escrita por una autora cuyas obras disfruto mucho. Creo que en mi escaso entusiasmo influyó la crítica de All About Romance, que le puso una D+. 

Aproveché a comprarla en un momento en que estaba barata, más que nada por si luego no me gustaba. Después de leerla, bueno, está bien aunque, como yo comparo con otras de la misma autora, no es de las que más me ha gustado, la verdad.

El esquema es el habitual en la autora: una heroína negra más áspera que el papel de lija y un héroe adorable que está por ella de manera total, maravillosa.

La excusa argumental es una lista de cosas que la heroína quiere hacer para que su vida sea más plena. No es nada nuevo en romántica, esto de las listas, o hacer cosas para cambiar una vida aburridilla. Así, que yo recuerde a bote pronto, Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, de Sarah MacLean, o una de las potentes de este mismo año, Waiting for a scot like you.

En el caso de Chloe Brown, intenta superar una vida limitada por la enfermedad, la fibromialgia. Hasta cierto punto, eso justifica que esta protagonista no sea encantadora. Vivir con un dolor constante, más o menos fuerte, lógicamente no te deja los ovarios para mucha fiesta.

Eso sí, el pobre Redford no tiene la culpa de que a ella le duelan las cosas, así que tampoco veo razón para que sea tan borde con él.

Redford en seguida se cuela por Chloe, y procura conocerla, y ver cómo puede ayudarla en sus padecimientos. Quiere que lo suyo sea algo prolongado.

La cosa evoluciona previsiblemente, y como ya he leído unas cuantas de Talia Hibbert, me ha gustado pero no le he visto nada especial. Quizá que intenta ser más graciosa y menos dramática, con mucha tensión sexual pero menos sexo de lo habitual en sus novelas.

Es verdad que no me ha entusiasmado, y me costó un poco acabarla. Ni ella me cayó especialmente bien, ni él es un tipo del que enamorarme, por ese toque un poco felpudo que tiene a veces.

La parte romántico-erótica simplemente cumple, frente a otras novelas de Hibbert que son más explosivas.

Lo cual me hace recordar la crítica de All About Romance, una D+, nota bajísima. Las cosas que dicen son legítimas, aunque a mí no me impidieron disfrutar la historia.

El principal problema que le encontraron es que Redford ha salido de una relación abusiva y Chloe no parece la mejor opción. Red rompió con todo. Ahora está reconstruyendo su vida, y confía en que Chloe sea distinta a su ex.

Yo también me fijé en que Chloe es a veces física con él, una vez le da con un cuaderno en el pecho y otra le da con el bolso. No sé qué pasa con la gente que se cree que no es violencia doméstica cuando es la mujer la que agrede al hombre. La cosa es que, efectivamente, Chloe también es agresiva con Red, sin que este pestañee.

Y, al final, hay un big misunderstanding, rompen por un malentendido. Red no tarda ni dos minutos en darse cuenta de las cosas, y, sin embargo, es él quien tiene que humillarse, cual perfecto felpudo. A mí me parece injusto. ¡Es ella quien le ha tratado a él un poco como un objeto!

Me quedé con la impresión de que Chloe no había hecho nada por merecer su final feliz con Red. Es el problema de Talia Hibbert, que pone unos héroes tan fantásticos y adorables, que a veces se pasa. Normalmente las cosas salen romantiquísimas. Pero a veces se pasa de frenada, me pasó con Wanna bet? 

Escribí entonces que me incomodaba eso del héroe así tan cerca de convertirse en un «perfecto felpudo». Y que, si fuera al revés, con los roles cambiados, estaría subiéndome por las paredes gritándole que se alejara de alguien tan tóxico. Aquí no llega a tanto, pero da un poco esa impresión.

Pese a todo, estas consideraciones no me amargaron la novela. Seguiré leyendo la serie, pero solo a precios bajitos. Esta la leí en junio, tengo la segunda en mi Kindle viejo desde hace meses, y no me animo... 

¿Por qué?

Opción 1.- Me estoy convirtiendo en una snob. Esta serie es de lo más apreciado de Hibbert y a mi este arranque me ha dejado fría. ¿Será que como le gusta a la gente a mí ya no me mola tanto?

Cuando descubro una autora medio desconocida que es buena, la adoro. Luego, cuando se populariza y ya todo el mundo la conoce, es como que ya me gusta menos o que sus novelas me llaman menos, y estoy deseando descubrir otras cosas.

Opción 2.- Ya no me engancha, porque me he acostumbrado. Es eso que llaman habituación (o adaptación) hedónica (o hedonista): cuando descubres algo, te gusta mucho, te entusiasma, pero la misma dosis luego ya no te causa el mismo placer.

Opción 3.- No es una serie tan graciosa. El humor es algo muy personal y las autoras anglosajonas, en general, tienen escaso salero. Al menos, para las españolas, acostumbradas al chiste perpetuo, hasta los políticos y los periodistas se hacen los graciosos. 

Lo que sé es que hay autoras que, pese a todo, me siguen entusiasmando Sandra Brown y Kleypas. Tal vez sea que con ellas no cabe la habituación, con un libro por año, que esperas como agua de mayo.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los que les gusten de comedias románticas con protagonistas bordes.

Otras críticas de la novela:

Por una vez, encuentro críticas en español de Hibbert.

Arcadia Reads, 4.25 flores

A la cama con… un libro, 4 Gandys

Ana Mancholas, le gustó, sobre todo que el consentimiento estuviera en todas partes. 

Paso a algunas de esas reseñas entusiastas en inglés:

Smart Bitches Trashy Books, A. 

Smexy Books, A

The Romance Dish, 5 estrellas

4 comentarios:

  1. Me pasó lo mismo que a vos, antes me encantaba esta autora pero ahora ya no me dan ganas de leerla y me queda esa impresión de que los héroes son re buenos y ellas son insoportables y caen mal y me parece bastante hipócrita porque si los roles fueran inversos estarían todas diciendo que él es toxico. Para mi se pasó de rosca la autora al final si escribís las mismas temáticas misóginas pero al revés ¿Cuál es la gracia? pero bueno se ve que a nadie le molesta o no lo notan porque estamos en la minoría.

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    1. Claro. Los protagonistas no tienen que ser perfectos, admito heroínas y héroes imperfectos, gruñones y hasta misántropos. Pero de ahí a agredir, física o verbalmente, al otro... No me gusta el doble estándar, no me cae bien en una heroína lo que no soportaría en un héroe.

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  2. Yo me lo pasé muy bien, la verdad, aunque reposando el libro es cierto que ella tiene un comportamiento con él poco justificable y que él no debería ser el que se humille. Creo que lo que me pasa cuando leo estas cosas es que no le echo cuentas de modo inconsciente, ya que, como empiece a fijarme en todo, no hay novela que lo resista.
    Como es la única novela de ella que he leído, no tengo con qué comparar. A ver si vuelvo a leer algo de ella (reconozco que tampoco he retomado la serie por pura pereza, porque tengo los otros libros esperando) y ya puedo ir formándome una mejor idea sobre esta escritora.
    Excelente reseña, como siempre.
    Besotes!

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    1. Hibbert tiene novelas estupendas, de verdad. Yo te diría que probaras A girl like her o Work for it, que creo que son las dos que más me han gustado. Sobre todo la última la recuerdo como algo especial. También a Merry Inkmas le puse 4 estrellas.
      Creo que intento leer sin pensar en mi ideología, para no cerrarme a buenas historias. Pero hay cosas que no lo puedo evitar. A veces, por mucho que una se quite las gafas violetas lo machista salta mucho a la cara. Y el abuso físico o verbal es algo que me llama la atención, no lo puedo evitar, es la jurista que hay en mí. Sea quien sea el agresor. A otros que una heroína dé un bolsazo o un empujón, es algo que no les llama, que ni se acuerdan. En cambio, a mí me pasa que ya me imagino la denuncia.

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