Tierno, la
redención de un malote en la tercera división del hockey
DATOS GENERALES
Título original: Empty net
Subgénero: contemporánea/gay
1.ª edición: 9/2016
Parte de una
serie:Scoring Chances #4
Páginas: 200
ISBN13: 9781634775847
SINOPSIS (según Fiction DB)
El portero y capitán de
los Spartanburg Spitfires, Isaac Drake,
terminó la temporada pasada con un viaje inesperado a los playoffs. Ha encontrado un hogar y una familia con su entrenador y
mentor, Misha Samarin, y espera tener una opción seria de ganar la Copa Kelly.
Pero las cosas toman un giro interesante cuando el archienemigo de Isaac,
Laurent St. Savoy, es transferido a los Spitfire. Después del comportamiento
despreciable de Laurent en los playoffs
el año pasado, Isaac no quiere tener nada que ver con él, sin importar lo
hermoso que sea. Pero eso cambia cuando Isaac descubre el motivo de la actitud
de Laurent.
Laurent St. Savoy creció como el único hijo de un portero legendario
de la NHL en un hogar plagado de abusos. Lo trataban constantemente como una
decepción, dentro y fuera del hielo. Cuando un intento desesperado por escapar
de la tiranía de su padre lo envía a los Spitfire, lo último que quiere Laurent
es hacer amigos. Pero hay algo en Isaac Drake a lo que no puede resistirse.
Laurent tiene la oportunidad de explorar su sexualidad por primera vez, pero
está colapsando bajo las presiones del final de la temporada. Cuando se
enfrentan a los playoffs y a una
rivalidad convertida en vendetta
personal, Isaac no está seguro de ser suficiente para aferrarse a Laurent... o
a su relación.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues la tengo bastante bien colocada en mi base de datos, en torno al
puesto cuatro mil. Anne la escogió entre lo mejor del año 2016, Just Love le
dio 5 estrellas, tiene uno de esos tópicos que gustan tanto, enemies to
lovers, y la he visto en una lista titulada must read MM.
CRÍTICA
Para finalizar el año 2023 quise
darme el gusto de leer una novela de algo que creo que es un subgénero por sí
mismo, el male/male sport romance
ambientado en el hockey sobre hielo.
Lo sé, algo muy concreto. A mí es un
tipo de novela que me ha dado muchas alegrías en los últimos años. Aunque nada
esté a la altura de Ilya y Shane, es un tipo de historia que siempre consigue
atraparme.
No sé por qué me resulta tan
atractivo. Quizá porque pocos deportes sean tan viriles, agresivos, un deporte
rápido en que, si te abres la cara al cortarte con un patín, te vas al
vestuario, te dan 75 puntos de sutura y luego vuelves al partido como si nada.
(Que se lo digan a Morgan Barron)
Me gusta este tipo de deporte, de
equipo y con tipos varoniles. Un poco como el rugby.
Así que las fantasías románticas que
se ambientan en este mundo me flipan.
Nada más empezar, ¡qué tranquilidad
una narración en tercera persona! Gracias, gracias, gracias.
Ahora, aquí hay un tono algo
diferente. Estaba leyendo este libro y lo veía no como una novela brillante de
colores, sino en blanco y negro, o una de esas películas hiperrealistas de
colores azulados, oscuros, sombríos.
Una indy de veinteañeros a quienes la vida no les ha tratado bien.
Están lejos de ser estrellas del deporte que ganan millones de dólares.
No, lo intrigante de esta novela es
que no se ambienta en la NHL. Ni siquiera en sus filiales de la AHL. No, esto
desciende hasta la tercera división, la ECHL, antiguamente la East Coast Hockey League, tan abajo en
el deporte profesional y tan desconocida para nosotros que ni siquiera tiene
página en la Wikipedia en español.
Allí, los sueldos son mínimos.
Isaac Drake (25) ha tenido
una vida chunga. En episodios anteriores de la serie debieron pasar cosas
difíciles. Ahora está equilibrado, viviendo con sus entrenadores, fuera del
armario, asumiendo la capitanía del equipo... Es portero titular. Algo horrible
le pasó el año anterior, en los playoffs,
le escupieron, y le insultaron, llamándole fag
(que a mí me suena peor que nuestro castizo maricón).
Aquello les debió hacer perder los
nervios, el partido y todo.
Lo sorprendente es que aquel mal
bicho que ofendió tantísimo a Isaac llega a su vestuario, transferido desde el
equipo rival.
Es Laurent St. Savoy (veintitantos), hijo de una estrella del hockey, que había sido su entrenador en
el equipo anterior. Viene a ser segundo portero, que sustituirá a Isaac cuando
haga falta.
Este tío borde y desagradable deja
claro que no está para hacer amigos. Entra y sigue echando espumarajos por la
boca contra el «equipo más gay de la ECHL». Nadie le soporta, ni Isaac, ni el
resto de compañeros, ni los propios entrenadores, una pareja gay que debió ser
protagonista en alguna entrega anterior de la serie.
Como Isaac y Laurent son porteros
(aunque Laurent más alto y grandote), la rivalidad entre ellos es esperable.
Podrías pensar que habrá rivalidad entre ellos para salir de titular.
Pero en realidad las cosas son
diferentes. Toda la hostilidad de Laurent viene desde un lugar de mucho dolor y
sufrimiento. Él mismo se avergüenza de lo que hizo y lo que hace, solo parece
que no puede evitarlo. Es una de esas personas agresivas que la primera persona
a la que desprecia y odia es a sí mismo.
Isaac se fija en él, no solo porque
a pesar de que Laurent es un gilipollas, está bueno y le atrae. Se le van los
ojos detrás de los chicos guapos. Un amigo le dice que toda esa homofobia de
Laurent debe ser que es un homosexual reprimido. Lo cierto es que no se le
conocen parejas, ni chicos ni chicas, y hay razones para ello.
De tanto fijarse en él, y de querer
darle una oportunidad de convertirse en uno más del equipo… al final resulta
que es el único que pilla cosas de Laurent que querría tener ocultas.
Mantener esa máscara, estar todo el
rato interpretando a ese personaje tan atroz que se ha creado para protegerse,
es algo que agota al propio Laurent. Resulta tierno cómo Isaac sabe leer a
Laurent, cómo cuanto nota que a Laurent se le va la olla, simplemente le ordena
que se calle, y Laurent lo agradece,
así descansa de ser quien no quiere ser.
Las interacciones entre ellos van
poco a poco. El enemies no se traduce
en diálogos chispeantes, sino en momentos más de tensión y de reflexión, sobre
todo por parte de Isaac, para captar, como buen capitán, cómo es en realidad su
nuevo compañero.
Luego se enrollarán, se enamorarán,
y más o menos a la altura de los dos tercios de la novela todo el pescado parece que está vendido… o no, porque a
estos dos chicos todavía les quedan cosas que superar para poder ser ellos
mismos.
Y a ver si esta vez llegan a los playoffs y pueden ganar la copa Kelly.
A pesar de las cosas tremendas que les
han pasado en la vida, las limitaciones económicas, el tono algo grisáceo en
que yo estaba viendo esta película en mi cabeza, a pesar de todo ello, al final
no es una historia desgarradora.
Es intensa, pero no brutal. Las
cosas malas pasan, o han pasado, fuera de escena.
Al contrario, acaba resultando una
historia tierna, de dos jóvenes adultos que encuentran la felicidad,
superándose a sí mismos, aceptándose, conociéndose (uno gay, otro demisexual, aunque este libro aparece en
algunas listas de tópico asexual), con
el apoyo de gente que los aprecia, y por supuesto el apoyo de una terapeuta
profesional cuando hace falta. Los mimitos solos no te sanan de tus trastornos.
Laurent se le quedó mirando, y entonces se echó a llorar. Que alguien le dijera «te mereces a alguien como Isaac» era el sueño secreto de su corazón escondido, y no estaba seguro cómo manejar el que alguien se lo dijera en voz alta.
Aunque el deporte sea el mismo, el
entorno social y económico está a años luz del glamur y la superficialidad de
algunas historias de hockey, como las
últimas entregas de los Brooklyn Brusiers, por ejemplo.
Con este libro he probado a una
autora nueva, y seguiré leyendo libros suyos, porque me ha encantado.
Valoración personal: notable, 4
Se la recomendaría a: quienes gusten de un enemies to lovers cotidiano y tierno
Otras críticas de la novela:
No he encontrado nada
en español. Paso al inglés, aunque tampoco es fácil encontrar cosas sobre una
autora que no me parece a mi muy conocida.
Love Bytes Reviews, 5 corazones al audiolibro.
Angry Elves, 5 estrellas.
Writing Bookish Notes, 4 estrellas.
In a Word hace una crítica positiva, muy extensa y con destripes. La recomiendo más bien cuando ya has leído el libro.
The Smut Report dedicó todo un artículo a libros de hockey, y entre ellos menciona este, «Saturday Smutty Six: Hockey Season = Hockey Romance».
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