miércoles, 24 de enero de 2024

Crítica: “Empty net”, de Avon Gale


Tierno, la redención de un malote en la tercera división del hockey


 

DATOS GENERALES

 

Título original: Empty net

Subgénero: contemporánea/gay

1.ª edición: 9/2016

Parte de una serie:Scoring Chances #4

Páginas: 200

ISBN13: 9781634775847

 

SINOPSIS (según Fiction DB

El portero y capitán de los Spartanburg Spitfires, Isaac Drake, terminó la temporada pasada con un viaje inesperado a los playoffs. Ha encontrado un hogar y una familia con su entrenador y mentor, Misha Samarin, y espera tener una opción seria de ganar la Copa Kelly. Pero las cosas toman un giro interesante cuando el archienemigo de Isaac, Laurent St. Savoy, es transferido a los Spitfire. Después del comportamiento despreciable de Laurent en los playoffs el año pasado, Isaac no quiere tener nada que ver con él, sin importar lo hermoso que sea. Pero eso cambia cuando Isaac descubre el motivo de la actitud de Laurent.

Laurent St. Savoy creció como el único hijo de un portero legendario de la NHL en un hogar plagado de abusos. Lo trataban constantemente como una decepción, dentro y fuera del hielo. Cuando un intento desesperado por escapar de la tiranía de su padre lo envía a los Spitfire, lo último que quiere Laurent es hacer amigos. Pero hay algo en Isaac Drake a lo que no puede resistirse. Laurent tiene la oportunidad de explorar su sexualidad por primera vez, pero está colapsando bajo las presiones del final de la temporada. Cuando se enfrentan a los playoffs y a una rivalidad convertida en vendetta personal, Isaac no está seguro de ser suficiente para aferrarse a Laurent... o a su relación.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Pues la tengo bastante bien colocada en mi base de datos, en torno al puesto cuatro mil. Anne la escogió entre lo mejor del año 2016, Just Love le dio 5 estrellas, tiene uno de esos tópicos que gustan tanto, enemies to lovers, y la he visto en una lista titulada must read MM.

 

CRÍTICA

Para finalizar el año 2023 quise darme el gusto de leer una novela de algo que creo que es un subgénero por sí mismo, el male/male sport romance ambientado en el hockey sobre hielo.

Lo sé, algo muy concreto. A mí es un tipo de novela que me ha dado muchas alegrías en los últimos años. Aunque nada esté a la altura de Ilya y Shane, es un tipo de historia que siempre consigue atraparme.

No sé por qué me resulta tan atractivo. Quizá porque pocos deportes sean tan viriles, agresivos, un deporte rápido en que, si te abres la cara al cortarte con un patín, te vas al vestuario, te dan 75 puntos de sutura y luego vuelves al partido como si nada.

(Que se lo digan a Morgan Barron)

Me gusta este tipo de deporte, de equipo y con tipos varoniles. Un poco como el rugby.

Así que las fantasías románticas que se ambientan en este mundo me flipan.

Nada más empezar, ¡qué tranquilidad una narración en tercera persona! Gracias, gracias, gracias.

Ahora, aquí hay un tono algo diferente. Estaba leyendo este libro y lo veía no como una novela brillante de colores, sino en blanco y negro, o una de esas películas hiperrealistas de colores azulados, oscuros, sombríos.

Una indy de veinteañeros a quienes la vida no les ha tratado bien. Están lejos de ser estrellas del deporte que ganan millones de dólares.

No, lo intrigante de esta novela es que no se ambienta en la NHL. Ni siquiera en sus filiales de la AHL. No, esto desciende hasta la tercera división, la ECHL, antiguamente la East Coast Hockey League, tan abajo en el deporte profesional y tan desconocida para nosotros que ni siquiera tiene página en la Wikipedia en español.

Allí, los sueldos son mínimos.

Isaac Drake (25) ha tenido una vida chunga. En episodios anteriores de la serie debieron pasar cosas difíciles. Ahora está equilibrado, viviendo con sus entrenadores, fuera del armario, asumiendo la capitanía del equipo... Es portero titular. Algo horrible le pasó el año anterior, en los playoffs, le escupieron, y le insultaron, llamándole fag (que a mí me suena peor que nuestro castizo maricón).

Aquello les debió hacer perder los nervios, el partido y todo.

Lo sorprendente es que aquel mal bicho que ofendió tantísimo a Isaac llega a su vestuario, transferido desde el equipo rival.

Es Laurent St. Savoy (veintitantos), hijo de una estrella del hockey, que había sido su entrenador en el equipo anterior. Viene a ser segundo portero, que sustituirá a Isaac cuando haga falta.

Este tío borde y desagradable deja claro que no está para hacer amigos. Entra y sigue echando espumarajos por la boca contra el «equipo más gay de la ECHL». Nadie le soporta, ni Isaac, ni el resto de compañeros, ni los propios entrenadores, una pareja gay que debió ser protagonista en alguna entrega anterior de la serie.

Como Isaac y Laurent son porteros (aunque Laurent más alto y grandote), la rivalidad entre ellos es esperable. Podrías pensar que habrá rivalidad entre ellos para salir de titular.

Pero en realidad las cosas son diferentes. Toda la hostilidad de Laurent viene desde un lugar de mucho dolor y sufrimiento. Él mismo se avergüenza de lo que hizo y lo que hace, solo parece que no puede evitarlo. Es una de esas personas agresivas que la primera persona a la que desprecia y odia es a sí mismo.

Isaac se fija en él, no solo porque a pesar de que Laurent es un gilipollas, está bueno y le atrae. Se le van los ojos detrás de los chicos guapos. Un amigo le dice que toda esa homofobia de Laurent debe ser que es un homosexual reprimido. Lo cierto es que no se le conocen parejas, ni chicos ni chicas, y hay razones para ello.

De tanto fijarse en él, y de querer darle una oportunidad de convertirse en uno más del equipo… al final resulta que es el único que pilla cosas de Laurent que querría tener ocultas.

Mantener esa máscara, estar todo el rato interpretando a ese personaje tan atroz que se ha creado para protegerse, es algo que agota al propio Laurent. Resulta tierno cómo Isaac sabe leer a Laurent, cómo cuanto nota que a Laurent se le va la olla, simplemente le ordena que se calle, y Laurent lo agradece, así descansa de ser quien no quiere ser.

Las interacciones entre ellos van poco a poco. El enemies no se traduce en diálogos chispeantes, sino en momentos más de tensión y de reflexión, sobre todo por parte de Isaac, para captar, como buen capitán, cómo es en realidad su nuevo compañero.

Luego se enrollarán, se enamorarán, y más o menos a la altura de los dos tercios de la novela todo el pescado parece que está vendido… o no, porque a estos dos chicos todavía les quedan cosas que superar para poder ser ellos mismos.

Y a ver si esta vez llegan a los playoffs y pueden ganar la copa Kelly.

A pesar de las cosas tremendas que les han pasado en la vida, las limitaciones económicas, el tono algo grisáceo en que yo estaba viendo esta película en mi cabeza, a pesar de todo ello, al final no es una historia desgarradora.

Es intensa, pero no brutal. Las cosas malas pasan, o han pasado, fuera de escena.

Al contrario, acaba resultando una historia tierna, de dos jóvenes adultos que encuentran la felicidad, superándose a sí mismos, aceptándose, conociéndose (uno gay, otro demisexual, aunque este libro aparece en algunas listas de tópico asexual), con el apoyo de gente que los aprecia, y por supuesto el apoyo de una terapeuta profesional cuando hace falta. Los mimitos solos no te sanan de tus trastornos.

Laurent se le quedó mirando, y entonces se echó a llorar. Que alguien le dijera «te mereces a alguien como Isaac» era el sueño secreto de su corazón escondido, y no estaba seguro cómo manejar el que alguien se lo dijera en voz alta.

Aunque el deporte sea el mismo, el entorno social y económico está a años luz del glamur y la superficialidad de algunas historias de hockey, como las últimas entregas de los Brooklyn Brusiers, por ejemplo.

Con este libro he probado a una autora nueva, y seguiré leyendo libros suyos, porque me ha encantado.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: quienes gusten de un enemies to lovers cotidiano y tierno

Otras críticas de la novela:

No he encontrado nada en español. Paso al inglés, aunque tampoco es fácil encontrar cosas sobre una autora que no me parece a mi muy conocida.

Love Bytes Reviews, 5 corazones al audiolibro. 

Angry Elves, 5 estrellas

Writing Bookish Notes, 4 estrellas

 In a Word hace una crítica positiva, muy extensa y con destripes. La recomiendo más bien cuando ya has leído el libro. 

The Smut Report dedicó todo un artículo a libros de hockey, y entre ellos menciona este, «Saturday Smutty Six: Hockey Season = Hockey Romance». 

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