Del DRAE:
bodrio
De brodio, y
este del germ. *brod 'caldo'.
1. m. Caldo con algunas sobras de sopa, mendrugos, verduras y legumbres que de ordina-rio se daba a los pobres en las porterías de algunos conventos.
2. m. Guiso mal aderezado.
3. m. Sangre de cerdo mezclada con cebolla para embutir morcillas.
4. m. coloq. Cosa mal hecha, desordenada o de mal gusto.
DATOS GENERALES
Título original: Ana María and the
Fox
Subgénero: histórica/1863
1.ª publicación: Berkley,
4/2023
Parte de una serie: The
Luna Sisters #1
352 páginas
ISBN 9780593440889
SINOPSIS (según Goodreads)
Un amor prohibido entre una heredera mexicana y un astuto
político británico crea una tentadora temporada victoriana.
Ana María Luna Valdés se ha esforzado por ser la hija
perfecta, la sobrina perfecta y la representante perfecta de la poderosa
familia Luna. Cuando Ana María es enviada en secreto a Londres con
sus hermanas para buscar refugio durante la ocupación francesa de México,
experimenta su primera experiencia de libertad lejos de los ojos críticos de su
dominante padre. Si tan solo pudiera ignorar las miradas penetrantes que recibe
en los salones de baile del austero Sr. Fox.
Gideon Fox se elevó desde las cloacas de Londres
persiguiendo su ardiente deseo de más: más oportunidades, más opciones. Para
todo el mundo. Ahora, como miembro del Parlamento, Gideon está a punto de
conseguir los votos que necesita para presentar una medida que abolirá la trata
de esclavos en el Atlántico de una vez por todas, una causa que está cerca de
su corazón como nieto de una mujer anteriormente esclavizada. . La encantadora
e irritante Ana María es una distracción que debe ignorar.
Pero cuando Ana María
se encuentra en la mira de un noble infame con sus propios planes políticos,
Gideon sabe que debe ofrecerle su mano como protección... pero ¿esta heredera
mexicana también se ganará su corazón?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues a día de hoy, creo que entraría entre las mejores mil novelas
románticas. Kirkus Reviews la ha considerado entre lo mejor del año. Ha sido editors
choice de Booklist y mejor libro del año (entre los romances, para Library
Journal). Le hicieron crítica de A
en Smexy Books, Starred review en Booklist, Kirkus Reviews y Library
Journal. Cinco estrellas para The
Romance Dish. Y tiene ese tópico que tanto nos gusta a algunas, como es el
romance intercultural.
CRÍTICA
¿Qué diferencia hay entre un romance histórico y una novela histórica?
Pues la misma que entre Napoleón
(Scott) y Oppenheimer (Nolan).
El romance histórico coge cuatro datos históricos y los
deja caer en una historia bastante fantasiosa. Lo que busca es, en realidad,
tejer un relato que funcione, sea o no verdadero.
En cambio, una novela histórica es rigurosa. No solo te da
la anécdota, sino que te lo enmarca en una realidad más compleja. No es
maniquea, encuentras intereses en conflicto, matices y sutilezas, que desafían
al espectador/lector, que muchas veces no sabe qué habría hecho él ante una
situación tan poliédrica.
En el cine el equivalente a...:
* romance histórico ↦ Amadeus (Forman) o Napoleon
* a novela histórica ↦ Oppenheimer o The Queen (Frears).
La novela (o película) histórica te cuenta cómo ocurrieron
(o pudieron ocurrir) las cosas, mientras que con el romance sabes que no
ocurrieron así ni de coña. Si quieres saber de verdad cómo fueron Mozart o
Napoleón, pues mejor te lees ensayos, que hay muchos y muy buenos. O ves películas con más rigor.
Rara vez la romántica es verdaderamente histórica. Por el corazón de mi dama, de Kinsale, o Catalina, duquesa de Lancaster de
Anya Seton, y
poco más.
Normalmente, lo que aquí llamamos históricas son romances fantasiosos, el peso de lo histórico es mínimo.
No se me entienda mal. Si están bien hechos, son una
gozada. De hecho, Amadeus es una de mis películas favoritas ever. La disfruto como una enana a pesar de saber que es una visión deformada.
Ana María and the Fox es eso, una fantasía, un romance. Tan simplista y pseudohistórico como las de Garwood. Si ésta ponía a gentes del siglo XX disfrazados de medievales, De la Rosa presenta, creo yo, a veinteañeros wokes del siglo XXI con miriñaques y cravats.
La mejicana Ana
María Luna Valdés (24) viaja con sus hermanas a Inglaterra. Allí disfruta
(es un decir) del Londres victoriano, con sus fiestuquis y sus paseos por el
parque. O sea, disfrutar no disfruta, no la veo para nada feliz. Es la típica
tía borde que siempre está a la que salta, a ver cómo puede demostrar lo lista
que es y lo poco que el mundo la comprende.
El parlamentario Gideon
Fox (28) desea contribuir a la abolición de la esclavitud, poniendo palos
en las ruedas del comercio transoceánico de esclavos.
En relación con Ana María es como tantos héroes encorsetados
de la romántica del último lustro. Es un quiero (ser beta) y no puedo. Se queda
en perfecto felpudo engrilletado. Pareciera que, de un tiempo a esta parte, toda masculinidad sea tóxica. Lo que le
quita todo interés como héroe romántico.
Se encuentran en bailes, recitales poéticos, un paseo por
el parque, una fiesta campestre… Él aparece en el momento oportuno para
rescatarla y hablar de sus cosas, generalmente, de política.
Sus diálogos me parecieron plúmbeos. ¿Dónde está el
ingenio, las chispas, de las que hablan otras críticas que me engañaron
malamente?
Sus interacciones se mueven entre lo gélido y lo tedioso.
Les encuentro menos química que a Christensen/Portman,
pareja que superó, en su sosez, a la que para mí siempre ha sido el referente
de las relaciones glaciales: Gere/Foster en Sommersby.
Encontré mucho más feeling
entre Gideon y sus amigos, el capitán y el duque, que entre Gideon y Ana.
Lo que me decidió a
comprar la historia es el atractivo de que la protagonista fuera mejicana y se
hablara del no demasiado conocido episodio de la invasión francesa de México
por Napoleón III (no confundir con su tío, Napoleón I, el Bonaparte, casi
cuarenta años los separan). Sin embargo, toda esa parte te la cuentan, no la ves, no la vives. ¿Dónde
quedó el show, don’t tell?
Cosas que sí me gustaron:
1) Lo que más,
cuando Ana María habla a Gideon de su ciudad, con el volcán Popocatépetl. Todo
lo que sean montañas, naturaleza, me encanta. Fue un momento muy evocador,
hasta atmosférico.
2) Ana María
viste con colores intensos, vibrantes, que se dicen propios de su país.
Contrasta con las apagadas indumentarias de las vírgenes inglesas.
3) En un
momento de intimidad sexual, Ana María le suelta un ¡Ándale, Gideon! muy oportuno y de lo más sexi.
4) Estuvo
genial que, por una vez, las frases y palabras en español estuvieran bien
escritas. Solo hay un supuesto error, un «Buenos tardes, mi esposa bonita»,
pero como es Gideon el que lo dice, me lo tomo como un guiño a lo torpe que es
este personaje en su esfuerzo por aprender español.
5) Ana María
desciende, por parte de padre, del pueblo purépecha. No tenía ni idea de su
existencia, porque lógicamente su historia es la de Méjico, que yo no tengo
nada leída. A ver, tampoco un mejicano tiene por qué conocer a blendios o, ya
que la madre de Ana María viene de Zaragoza, los sedetanos. Como no se dice
mucho de los purépecha en el libro, aproveché para buscar cositas y oye, me entretuvo
bastante.
Ahora, la novela en su conjunto me parece un bodrio en
sentido bastante literal: mezcla cosas variadas y las adereza mal.
Su empeño en tratar Temas
Importantes anula por completo la historia de amor.
Admito que se me hace muy cuesta arriba cuando las autoras
hispánicas (de ambos lados del Charco) imitan modelos anglosajones. Esquema
habitual: jovencita hispanohablante en Inglaterra o los EE. UU., enamorándose
del anglo de turno.
Si lo hace una anglosajona, me resigno, porque ¿qué saben
las pobres?, son de otra cultura. Pero cuando lo hace una de las nuestras, me
sulfuro, siento como que me traicionan.
Prefiero mil veces
la aproximación de una Florencia Bonelli, que, con todos sus excesos,
normalmente ambienta sus historias en su país, o en otros lugares del mundo
pero no forzosamente en los que dominan la romántica (Reino Unido y EE. UU.).
¡Si hasta ambientó una novela en Gaza y otra en el Congo…!
Con dos ovarios.
Igual la historia me habría gustado más si, por ejemplo, en
lugar de mandar a las hermanas Luna a Inglaterra a valsar en los salones
londinenses, las hubiera dejado en Méjico combatiendo la invasión a su manera.
No sé.
Valoración personal: irritantemente tediosa, 1
Se la recomendaría a: social warriors en busca de refuerzo positivo.
Otras críticas de la novela:
Como siempre que me
parece espantosa una novela que sin embargo ha gustado a muchísima gente, os
pido por favor que no os quedéis con lo que yo digo de ella.
No, si estáis pensando
en leer o no esta historia, que tiene un planteamiento atractivo hasta cierto
punto, leed otras opiniones. Igual os convencen más.
Sobre todo, si sois
jóvenes. A las señoras ya de cierta edad, como es mi caso, estas cosas nos
pillan ya muy mayores.
Smexy Books, A.
The Romance Dish, 5 estrellas.
The Bashful Bookworm, 4 ½ estrellas.
Starred review en Kirkus reviews.
All About Romance, una B.
Smitten by Books, 3 ½ corazones.
Ay, lo que me he reído con tu reseña! Me parece que tus lecturas sobre los purépecha te han gustado bastante más XD.
ResponderEliminarPues no me llamaba para nada pero ahora me llama menos, una lectura menos que apuntarme!
Besotes!
Me alegro mucho que te haya hecho pasar un buen rato.
EliminarAy, cómo me conoces, me interesó mucho más investigar sobre este pueblo amerindio.
Me apunté cosas que a una friki de la lengua como yo le apasionan. Así, que la lengua purépecha o tarasca fue de las primeras sobre las que se escribieron libros y diccionarios. De las americanas, la primera fue el náhuatl: «Arte de la lengua mexicana» (Andrés de Olmos, 1547).
En concreto, quien se curró la lengua tarasca o purépecha fue de un franciscano nacido en Francia, Maturino Gilberti. Su «Arte de la lengua de Mechuacán» [o Michuacan, que de las dos formas he visto este título] (1558) fue seguida, un año después, por un diccionario tarasco-español y español-tarasco, titulado «Vocabulario en lengua de Mechuacan».
Para ponerlo en perspectiva, el primer diccionario en inglés es el de Samuel Johnson, «Dictionary of the English Language» (1755). También es que los ingleses fueron un poco tardones. El primer diccionario normativo de la lengua italiana es de 1612, el «Vocabolario degli accademici della Crusca». El «Dictionnaire» de la Academia francesa data de 1694.
Eso, solo por comentar lo del idioma. Sobre la historia leí mucho más, la verdad es que me resultó apasionante. Mucho más que este libro, vamos.
Hola!!
ResponderEliminarPues me fio y no pienso leerla, ya el argumento me llama poco, pero si, encima, la poca gracia de la autora lo estropea más aun en vez de arreglarlo. Pues a otra cosa. No sé si nos engañan con sus reseñas o que estamos muy fuera de los gustos actuales, tampoco me importa mucho, voy con pies de plomo con las reseñas que creo que pueden concordar con mis gustos
Un besote
Pues no sé decirte si es que engañan o es que estamos fuera de los gustos actuales. Yo presumo la buena fe, o sea, supongo que quien dice que le ha encantado esto es porque de verdad lo ha disfrutado. Mi impresión personal es que va más por lo segundo, que los gustos en romántica de quienes llevan mucho leído no son los mismos que quienes, por la edad, no han tenido tiempo de leer más que un poco.
EliminarLo mejor es lo que tú dices, andar con pies de plomo y buscar solo lo que concuerda con nuestro gusto.
En cierto sentido me he dado por vencida. No voy a comprar nada más de 4-5 € por mucho bombo que le den. Ahora, como no me siento derrotada del todo, y aún me queda un poquito de esperanza, si lo veo por debajo de ese precio pues todavía ando dándole oportunidades a estos engendros.