sábado, 7 de marzo de 2020

Crítica: “Sexy/Dangerous”, de Beverly Jenkins


Unos protagonistas impresionantes
 
HarperTorch, 11/2006
DATOS GENERALES
Título original: Sexy / Dangerous
Fecha de publicación original en inglés: noviembre de 2006
Subgénero: suspense

SIN TRADUCIR AL ESPAÑOL

SINOPSIS (Según Fiction Data Base)
Con sus gafas de sol, un Stetson negro y botas vaqueras de piel de serpiente, la agente de seguridad Maxine "Max" Blake es lo peor que te puedes encontrar. Ex marine, ex policía y un montón de «actitud», Max no tiene tiempo para nada más que su trabajo. Su última tarea: proteger al Dr. Adam Gary. Su problema: él no la quiere allí.
Adam quiere concentrarse en su trabajo, que no le distraiga esta mujer alta y sexy. Un frustrado intento de secuestro puede haberlo obligado a llevar a un agente encubierto a su casa, pero nadie dijo nada acerca de que el agente fuera una mujer, o que fuera hermosa, o que viniera con dos monstruosos rottweilers. ¿Cómo se supone que debe concentrarse en su proyecto de alto secreto que podría revolucionar el mundo cuando todo lo que puede pensar es en su piel suave, de color café y esas piernas largas y delgadas?
Pero a medida que el peligro les pisa los talones, el amor puede ser una distracción que ninguno de ellos vivirá para disfrutar…

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Estaría entre las digamos 20.000 mejores novelas, gracias a que es un all time favorite para la página web romance.io

CRÍTICA
Una vez preguntaba yo por qué siempre tenía que ser el chico quien protegiera a la chica, y me recomendaron esta novela, con el tópico dado la vuelta. ¿Cómo no le voy a dar una oportunidad a una novela en la que quien patea culos es ella…?
El Dr. Adam Gary está trabajando en un proyecto de una energía limpia y barata. Lo intentan secuestrar, en Madrid precisamente, fíjate tú por dónde. Entonces el gobierno de los EE. UU. (porque al parecer este hombre trabaja para el Ministerio de Defensa) decide ponerle seguridad. Un mínimo, que no se note mucho.
Recurren entonces a Maxine Blake, conocida como «Max», y sus dos letales y muy bien entrenados rottwailers. Se hará pasar por su ama de llaves para entrar en la casa, ver cómo se puede incrementar la seguridad y además proteger personalmente al científico.
Lo suyo es hostilidad a primera vista.
Adam no está muy por la labor. Aunque no quiera ser sexista, se resiente de que sea una mujer quien lo proteja. Además, no le gustan los perros, y con buenas razones. Luego está el perturbador detalle de que ella es fuerte, alta, y sexi, y él lleva sin catar carne desde hace un par de años.
Para complicar la cosa, en ese casoplón a orillas del lago (uno de los grandes lagos de Norteamérica, no me digáis cual) se ha metido a trabajar como secretaria del sabio una jovencita cuyo padre quiere tener acceso al proyecto y querría que su hija se casara con Adam.
Luego ponle que hay unos malos malotes, los que están detrás del intento de secuestro, que quieren hacerse con el prototipo y con el Dr. Gary a toda costa.
Así que ya tenemos en el lío tensión sexual no resuelta (mucha), invitados no bienvenidos, unos cuantos tiros, monadas de los perros, persecuciones de coches, gatchets en plan James Bond y un par de madres que son unas santas porque aguantan que sus hijos se vean sometidos a estas cosas sin pestañear.
Como novela de suspense romántico no tiene demasiado: hay un poco de acción al principio y más en la segunda mitad. Los malos sabes desde el principio quiénes son. No hay nada de investigación, que es lo que –creo yo– marca lo bueno que es una novela negra, sea detectivesca, de espías o un thriller: detectar el peligro, investigar quién está detrás y por qué, detener a los malos… Aquí no hay nada de eso. Sabes quiénes y por qué quieren secuestrar a Adam, y lo único que hay es defensa, lucha y huida cuando los malos hacen su aparición.
Por cierto, que aquí los villanos son muy de cartón-piedra
Y tan patosos como esos soldados de la Wehrmacht que aparecen en las pelis estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, que siempre están mirando a otra parte, o los stormtroopers galácticos, que han tenido que pasar nueve películas para que le acierten a alguien (¡Y tuvo que ser a Poe!).
Tampoco parece creíble, a día de hoy, un científico solo y aislado en su laboratorio. Actualmente, la investigación es un trabajo realizados por grupos de expertos, con ayudantes, y becarios. Es mucho más complejo que estar tú solito en casa como hace Adam.
Ahora bien, la parte romántica es excelente. No, de verdad. En Adam y Max tenemos a unos protagonistas muy peculiares e inolvidables. Él no es tu típico sabio despistado, no; está centrado en su trabajo, pero se mantiene cachas, corre en la playa todos los días, y aunque no le gusta que una mujer lo defienda, respeta su trabajo y le deja hacerlo. No se impone, espera, habla con ella, y cuando la cosa se pone física, sabe actuar de sobra. Y no me refiero a sólo cuando hay que luchar, no.
¡Cuánto… calor le pone a todo!
Max es una auténtica luchadora, dura y peleona, sin pelos en la lengua y que tiene claras las cosas en la vida, después de dos matrimonios de corta duración. No quiere ni busca pareja fija, pero no se engaña respecto a lo que siente por este cliente.
Los diálogos entre los dos y, a decir verdad, también con terceros, son estupendos, de esos que te hacen sonreír por el desparpajo que tienen.
El estilo ágil a la hora de narrar hace que leer esta novela sea realmente muy fácil.
Ya digo que la parte sensual está logradísima y solo por eso merece la pena darle más oportunidades a estas novelas de suspense romántico que ha escrito Beverly Jenkins. Ella suele centrarse más en las históricas. La más apreciada es Indigo, la cual comenté aquí hace años. Aunque le veo su valor, tampoco es de las que me hizo lanzarme a leer todo lo suyo.
Me incordió un poco que a ella le llamen Max, nombre masculino. Muchas veces pensaba que estaba viendo las cosas desde la perspectiva de Adam, porque mi cerebro hacía Max = chico de la película. Y luego me resultó desconcertante que los afroamericanos se llamen todo el rato «hermano» y «hermana». No es el único grupo humano que lo hace, y tiene su porqué, sus raíces históricas y religiosas. Pero mi cerebro lo leía literal, y pensaba por un momento que hablaban de alguien de la familia; tardaba un segundo en darme cuenta de que no, que es su forma de tratarse. Le daba un toque raruno, incestuoso. A ver, el problema no es –obviamente– de la autora, sino mío, que traducía en mi cabeza literal.
Así que, en conjunto, me ha resultado una novela muy entretenida, con personajes interesantísimos, y bastante sensual en la parte sexi. El bajón lo da el misterio, que solo cubre el expediente. Esto último pasa en la mayor parte de las novelas de suspense romántico. Tal como yo lo veo, equilibrar un misterio intrigante con un romance ardoroso es muy difícil, e incluso las grandes del género lo logran solo en contadas ocasiones.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los interesados en una heroína que no se casa con nadie y un cerebrito embutido en un exterior muy atractivo.

Otras críticas de la novela:
B+ le dieron en Rosario’s Reading Journal
B es la calificación que mereció en All About Romance
Para Mrs. Giggles, es una novela de 3 Oogies
Luego tenemos el breve comentario que hizo Karen Knows Best mientras la leía. 
Y no he encontrado más críticas, así que dejo enlace a la valoración que hacen en Amazon.com (4.8), romance.io (4.49)  y Good Reads (4.45). 

3 comentarios:

  1. Pues tiene pinta de ser de las que me gustan, así que me la voy a apuntar! Gracias por la reseña!!

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  2. Este libro es todo lo que que no sabía que quería, y eso que a mi el suspense romántico no me gusta mucho, pero solo con ver esos roles cambiados, para mi ya gana mucho!! Gracias por la reseña.

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  3. Nunca me había planteado esa cuestión... Que yo haya leído, en novela romántica con suspense y dosis de acción, el papel protector queda relegado al protagonista. Me resulta atractivo que en este género se rompan con ciertos estereotipos marcados por el sexismo. Y me llama la atención algunos puntos que comentas en tu crítica, como la parte dialéctica y la tensión entre los protagonistas. O aquello de que el nombre de ella despista... No es la primera vez que lo oigo. Yo, más que una protagonista dando hostias como panes, prefiero una que, ejerciendo un trabajo masculinizado, me atrape por su intelecto. Tienes razón, suele pasar que en romántica el suspense se pasa o no llega, parece difícil. No conocía a esta autora. Gracias por la reseña y por dar a conocer la particularidad de esta novela.




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