Este año he decidido comentar algunos
tópicos de romántica. Voy a dar preferencia a los que a mí me gustan. Explicar
un poco por qué creo yo que funcionan y luego poner ejemplos, por si os gustan.
Al
recordar hace poco los clichés de las novelas de Sarah Morgan, he pensado en un tema de
romántica que se refiere a esos casos en los que la pareja protagonista
perteneciente a culturas distintas.
Yo lo llamo «romance intercultural».
Reconozco
que es difícil de tratar. Afecta a nuestra identidad, y también a cosas que nos
cuesta percibir, como los estereotipos que todos tenemos en nuestras cabezas.
Por eso es fácil que nos hagan pupita si están
mal llevados.
Me
refiero a la «cultura» en el sentido antropológico: lo que la gente cree, piensa
o hace por formar parte de una determinada población.
Proceder
de diferentes lugares, tener diferente color de piel, o creencias religiosas, o
cualquier otro elemento diverso, suele implicar contrastes muy interesantes,
que son caldo de cultivo perfecto para la tensión romántica.
Al
hilo de esto, querría mencionar lo ilustrativos que son los vídeos de españoles
por el mundo y de extranjeros en España, a los que me confieso adicta. Al contar lo que les llama la atención
te das cuenta de que cada uno tiene sus costumbres, que cosas que tienes por naturales son, en realidad, culturales.
Para
explicar a qué me refiero, podéis ver este pequeño vídeo de una pareja mexicana
que visitó España.
¿Por qué funciona?
Como
siempre, hay que preguntarse cuál es la tensión interna en estas narraciones
que te impulsan a seguir leyendo.
En
los romances interculturales creo que ese contraste entre lo que uno vive y
tiene por normal y lo del otro abre expectativas, choques, enriquecimiento
mutuo. Conocer a tu pareja no es solo descubrir a una persona de la que
enamorarse, sino toda una forma de comportarse ajena que, a veces, fascina, y,
otras, provoca enfrentamientos.
Para
que el final feliz sea creíble, tendrán que haber aprendido el uno del otro y
aceptarse tal cual, sin que ninguno de los dos se imponga al otro.
Si
pertenecen a poblaciones rivales, puede aparecer junto al tópico de «enemigos a
amantes», o con una venganza de por medio. Puede tratarse también de «segundas
oportunidades»: personas a quienes sus familias separaron de jovencitos y ahora
se reencuentran y se dan cuenta de que su procedencia ya no es tan importante.
Ojo,
puede ser un campo de minas si no se trata bien. Es muy fácil caer en el
estereotipo y de ahí al prejuicio va solo un paso. Es lo que, creo yo, ocurre
con muchas autoras anglosajonas. Me rechinan los dientes cuando ponen a alguien
de cultura mediterránea (griego, italiano, español, francés) y es un puro
cliché. Verbigracia, la ya mencionada Sarah Morgan.
Como
dice un buen amigo, ninguno somos cultura
con patas, que luego cada uno tenemos nuestra personalidad. Ni a todos los españoles nos gustan los toros y el
flamenco, ni todos los franceses visten boina y camiseta a rayas. No hay nada
más ridículo y pobre que construir un personaje solo en torno a su
nacionalidad, idioma, religión o color de piel.
Cuando
se hace bien, sin embargo, resulta muy enriquecedor. La narrativa de género es
un tipo de ficción que tiende a repetir caminos trillados. Así que protagonistas
diversos aportan originalidad, un poquillo de aire fresco.
Por
subgéneros
Creo
que predominan las novelas contemporáneas con personajes distintos, reflejo de las
sociedades actuales: más abiertas y complejas. Claro que no faltan históricas
de muchacha anglo que marida con un buen
o mal «salvaje», ¡incluso hay
fantasía o ciencia ficción entre personas de especies antropomorfas distintas!
Mis
preferidas de este tema
Voy
a empezar enumerando las que he comentado aquí en mi blog y más me han gustado.
Destacaría
la serie contemporánea de Forbbidden Hearts de Alisha
Rai. Al hablar de la primera, comenté: «La diversidad es un plus añadido,
personas todas estadounidenses pero de diferentes culturas, ¡japonesa!
¡¡pakistaní!! ¡¡¡griega!!!». Mis mejores puntuaciones fueron para Hate to want you (7/2017) y Wrong to need you (12/2017).
Luego
tenemos a Talia Hibbert y su
habitual esquema de BWWM (Black Woman
White Man), alguna vez con BWAM (Black Woman Asian Man). La que más me ha gustado ha sido A girl like her (2018) aunque me ha parecido estupenda la historia gay de Olu, Work for it (2019).
También
es diverso el elenco de la serie Cyclone, NA de Courtney Milan. En la primera, Trade Me (2015), él es anglo y ella de origen chino; reaparecen
en The year of the crocodile (2015).
En la segunda, Hold me (2016) ella es de ascendencia hispana y él
chino-tailandés. Estupendas las tres.
Inolvidable
me resultan los Troubleshooters de Suzanne
Brockmann: Roger/Ringo/Sam es blanquito y la heroína, Alyssa, mulata, una
de mis parejas preferidas de romántica ever.
Su novela es Gone too far (Demasiado lejos, suspense de 2003), pero su romance se coció a fuego lento (con estallidos muy sensuales) en los libros precedentes. Brockmann
repite pareja diversa en Some kind of hero (suspense de 2017), ella es morena y él no.
En
español no puedo pasar por alto la fantástica trilogía Caballo de fuego de Florencia Bonelli, protagonizada por un
chico que es franco-saudí-argentino y una muchacha argentina: 1 Caballo de fuego: París (2011, suspense),
2 Caballo de fuego: Congo (suspense, 2011) y 3 Caballo de fuego: Gaza (2012). Nunca la recomendaré lo suficiente: un paisaje, un paisanaje y una perspectiva que jamás encontrarás en una novelista anglosajona.
Otras
contemporáneas con protagonistas de origen diferente que me han encantado son:
·
Linda
Howard: MacKenzie’s mountain / Lecciones privadas (1989). SIM-281 / Los Mackenzie #1. Él
indio-escocés, ella anglo.
·
Shamim Sarif: I Can't Think Straight / No imagino otra vida (2008, lesbi) palestina-cristiana / británica de
origen hindú-musulmana.
·
Maisey
Yates: The highest price to pay / Atraída por su enemigo (2011) MMR-1102;
Franco-malauí/estadounidense anglo.
·
Helen Hoang: The Kiss Quotient / La ecuación del amor (2018, contemporánea) The
Kiss Quotient #1; vietnamita-sueco/anglo.
·
Nalini Singh: Rebel Hard (2018, contemporánea) Hard Play #2; aquí los dos son
hindúes de origen fiyiano y el contraste es más bien de mentalidad, él
tradicional, ella moderna.
Vamos
a por las históricas «diversas»:
·
Meredith Duran: The Duke of Shadows / El duque de las sombras (2008, siglo XIX) Un-cuarto-de-hindú/inglesa.
·
Alyssa Cole: "Let it Shine" en la
antología The Brightest Day (2015,
siglo XX) judío europeo/afroamericana.
· KJCharles: Wanted, a Gentleman (2017, siglo XIX/gay) negro/blanco.
Y
por citar ejemplos de otros géneros:
Otras
muy apreciadas
Pero
vamos, que en estas listas de gentes diversas, encontraréis unos cuantos muy valorados
por los lectores de romance.
Empiezo por dos de Barbara Samuel:
·
A Bed of Spices (1993, histórica/medieval) Judío/germano-católica.
·
The Sleeping Night (2012, histórica/Oeste) Negro/blanca.
Sigo
con dos de Catherine Anderson:
Lisa Kleypas presentó
un par de adorables (aunque, en mi opinión, nada convincentes) gitanos o roma,
enamorando a sendas Hathaway:
También Mary Jo
Putney nos ha regalado al menos dos
novelas con protagonistas diversos:
·
Angel
Rogue / Ángel o Bribón (1995, Regencia) [Reescritura de The Rogue and the Runaway, 1990] Fallen
Angels #4; Inglés/anglo-mohawk.
·
Thunder and Roses / Tormenta de pasiones (1993, histórica) Ángeles caídos #1; gitano-inglés/anglo.
Y
acabo con un puñadito de novelas románticas en las que también se da ese
elemento de multiculturalidad.
·
Judith McNaught: Tender triumph / Un extraño en mi vida (1983, contemporánea)
Portorriqueño-estadounidense.
·
Tom & Sharon Curtis: Sunshine and Shadow (1986,
contemporánea) Anglo/amish
·
Kathleen Eagle: Reason to believe (1995, contemporánea) Lakota/anglo.
·
Sandra
Kitt: The color of love (1995,
contemporánea) Blanco/negra. Un clásico.
·
Deanna Raybourn: Silent on the moor / Tiempo de pasión
(2009, misterio histórico) Lady Julia Grey #3; medio gitano/inglesa.
·
Ellen O’Connell: Eyes of silver, eyes of gold (2010,
Oeste) medio cheyenne/anglo.
·
Amy Lane: Selfie (2016, contemporánea/gay) Bluewater Bay #13; negro/blanco.
·
Cat Sebastian: A gentleman never keeps score (2018, histórica/gay) Seducing the
Sedgwicks #2; negro/blanco.
·
Talia Hibbert: Get a life, Chloe Brown (2019, contemporánea) The Brown Sisters #1;
blanco/negra.
No
es un tópico tampoco para todo el mundo, hay gente que solo quiere ver a «los
suyos» en obras de ficción y encontrarse a alguien diferente es un desafío que
les incomoda. Lo entiendo y lo respeto, cada uno tenemos nuestras manías,
prejuicios y limitaciones: soy consciente de que yo también padezco prejuicios y hay gentes a las que no quiero ver ni en
pintura.
Al
fin y al cabo, hasta el refranero ve con desconfianza los emparejamientos entre
personas distintas. Es un problema que tenemos los humanos y hay que ir superándolo.
Una buena forma de empezar a respetar y conocer al otro es precisamente la ficción. Yo, desde luego, agradezco la diversidad.
Este
es un tipo de emparejamiento que ha sido tratado en muchas otras novelas. He
traído solo un puñado para ver lo diverso que puede ser el género.
Mi
pregunta es, ¿es este uno de vuestros tópicos favoritos? ¿O no os hace tilín?
Y,
como siempre, si hay alguna sugerencia que queráis hacer, de novelas que tratan
a vuestro parecer particularmente bien este tópico, la zona de comentarios es
toda vuestra.
Si queréis profundizar
en el tema y encontrar otros libros con este tópico, en español he encontrado
la lista de «temática interracial» en Cazadoras del romance. En
inglés, hay listas con el tópico intercultural en AAR
Special Lists (Inter-Ethnic Romances), y
en Addicted to romance solo he encontrado la entrada Native American Heroes.
En Goodreads sí que hay la balda del «Interracial Romance».
Reconozco que hablar de «razas» siempre me ha sonado un poco «obsesión Pantone». Hasta donde yo sé, las razas, biológicamente, no existen; serían más bien constructos sociales sobre los que asentar una ideología concreta, el racismo. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me voy a la desembocadura y os cuento que, hace poco, me llamó mucho la atención un vídeo de Mariebelle TV, una mejicana que vive en Alemania. Pensaba yo que esa manía por el tono de piel era como muy estadounidense, y va a ser que no. Si queréis saber quién está más obsesionado con el tono de piel, si los mexicanos o los alemanes –al menos según su experiencia personal–, os dejo el enlace. Es una mujer encantadora, por cierto.
Sinceramente, no es algo que considere cuando escojo lectura. Miro más si el libro que voy a leer tiene alguno de mis tópicos favoritos (enemigos a amantes o amigos que quieren ser algo más) que si es romance intercultural, por así decirlo. Lo que sí me llama menos la atención es si se da más importancia a las diferencias entre ellos que a su relación amorosa o si los personajes son clichés con patas (el latino que siempre sabe bailar bachata o va todos los días a la iglesia con su abuela, por ejemplo), pero eso es algo que solo puedo comprobar si leo. Así que no le doy la mayor importancia, la verdad. A lo mejor me puede dar pereza leer algo en concreto, pero más por fobias personales (por ejemplo, no me suelen gustar las historias que se desarrollen en el desierto) que por una cultura en concreto. Si la historia de amor tiene buena pinta, me da igual el resto.
ResponderEliminarGracias por estos posts tan estupendos, Bona!
Sí, es un tipo de tópico que no llama tanto como otros. Yo sí que me fijo en este tipo de novelas, porque agradezco la diversidad en la novela romántica, quizá por eso los clichés me ofenden mucho. Las historias del desierto con jeques y tal, por ejemplo, tampoco me gustan a mí, pero chica, en los harlequines son casi un subgénero por sí solos, así que debe haber un montón de gente a quienes les encanta.
EliminarDebo de admitir que nunca había puesto atención en este tópico, si existía o no en los libros que leía, era algo que no me quitaba el sueño, pero pensando en ello, si que he leído algunos con relaciones interculturales y en su mayoría han sido buenos libros, así que pondré más atención al tema... Gracias por la reseña!!
ResponderEliminarYo creo que es porque aquí no nos fijamos tanto en gente diversa. Al fin y al cabo, los anglosajones son «los otros» desde nuestra perspectiva. Si lo he puesto aquí es por preferencia personal, a mí sí que me gustan las historias diversas.
EliminarAnte todo, gracias por seguir ahí en estos momentos tan difíciles.
ResponderEliminarPues yo no lo tenía por un tópico en sí mismo. Simplemente me encantan las novelas con protagonistas que pertenecen a diferentes culturas pero siempre que estén bien curradas. Y me pasa como a tí, no soporto que se caiga en ciertas ideas enquistadas porque lo empobrece todo. La verdad es que en este género yo también agradezco la diversidad.
Me ha gustado mucho esta entrada.
Ante todo, de nada. Me esfuerzo en seguir con mi vida normal en la medida de lo posible. Y echar una mano en lo que se pueda. Si un blog de romántica sirve para distraer un poco, bienvenido sea.
EliminarSí tienes razón que más que un tópico es un tipo de protagonista, así que admito que uso el término en un sentido amplio.
Me alegra saber que no soy la única, y estoy contigo: bienvenido lo diverso siempre que «esté bien currado». Porque si no, yo creo que el cliché y el prejuicio lo ponen peor.
Hola Bona.
ResponderEliminarCreo que nunca decidí leer o no una novela por este tema. Ni lo busco ni lo descarto.
Me parece que no vi en tu lista "La novia de china" de Mary Jo Putney, que ella es medio china/medio escocesa y él inglés, y gran parte de la novela sucede en China.
Y de Florencia Bonelli "Indias Blancas" que los protagonistas masculinos son indios ranqueles (sudamericanos) y las femeninas damas de alta sociedad.
Creo haber leído alguno de otra autora argentina con alguna protagonista mestiza, pero se me escapa de la memoria.
Acá Argentina también en cuarentena aunque pocos casos.
Gracias por recordar esas dos aportaciones, La novia de China la comenté aquí, pero creo que solo en inglés. Las de Bonelli las tengo apuntadas para leerlas alguna vez, si las consigo a un precio razonable.
EliminarEspero que allá estés lo mejor posible. La cuarentena es difícil pero necesaria para ralentizar la difusión del SARS-CoV-2. Por cada caso diagnosticado hay 9 sin diagnosticar, por ser asintomáticos o con síntomas leves, y por eso se difunde tan rápido. Ojalá las autoridades argentinas aprendan de los errores italiano y español y miren más hacia Corea del Sur o Japón, que supieron reaccionar bien y a tiempo, dentro de lo que se puede hacer.
Respecto a "Indias blancas" de la Bonelli, hago un comentario respecto a cómo sobreviven la interculturalidad en la novela. Primero, recuerdo que son dos historias: una blanca cautiva que se queda con su amor en las tolderías (viviendas precarias de los indios nómades) y en la otra es él, el indio ranquel, el que se transforma en un caballero cuasi europeo. Como si no pudiera haber una fusión sino una elección, en qué cultura vivir. No me acuerdo bien el tratamiento del tema y los libros de la Bonelli quedaron en casa de mi madre, a 35 km. Por ahora no puedo ir.
ResponderEliminarBesos a la distancia.
No había caído yo en lo que dices. Posiblemente, muchos de estos libros enfoquen así el conflicto, sobre todo si son histórica. Lo más lógico sería lo contrario, uno es como es, y se porta y piensa de una manera compleja, cogiendo elementos de ambas culturas. Posiblemente esa sea la forma más realista de representarlo. No conocía el término tolderías, sí me sonaban los indios ranqueles, por el libro Una excursión a los indios ranqueles, cuyo título conocía, aunque no he leído.
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