jueves, 16 de junio de 2022

Crítica: Antología “Merry Christmas Belles and Rakehells”

 

Diez historias cortas en la que hay de todo



Esta antología me llegó a través de Book Funnel. No he visto que esté disponible en Amazon. Sí que he visto alguno de los relatos aislados.

El copyright es del año 2021. Y que lo publica Annabelle Anders.


NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL (parece tonto hasta decirlo)

 

Ha sido una buena forma de probar autoras de romántica histórica que han empezado su carrera en estos años. No he visto más críticas que los comentarios en Goodreads. Es una de esas iniciativas que veo por ahí afuera que me gustaría que copiaran autoras españolas, la verdad.

Empecé digamos que el 20-3-2021 y acabé 29-4-2022

 

 

CRÍTICA

 


Emily E K Murdoch: «Advent with an Archduke»

                           1 *

Ridículo casi todo

 

Empezamos con una historia de lo más tonta. Louisa y su madre, lady Jarrold, de buena familia pero empobrecida, tienen que recibir en su casa a un huésped, un archiduque.

Ella se resiente un poco porque tuvo un enamorado, David, al que correspondía. Pero sus padres no se lo permitieron porque él es era un tipo normal, y ella aún lo ama.

A ver el planteamiento no me molesta y tiene un toque que me gusta bastante, que es el elemento de la segunda oportunidad.

Pero todo lo que dicen respecto a los archiduques demuestra gran ignorancia, que no sé si es del personaje o de la autora. Archiduque es algo más que un duque, cosa de lo que no parece muy consciente.

 Es un título de nobleza propio del Sacro Imperio, primero, y de Austria, después. Lo llevaban los miembros de la familia real de los Habsburgo. Así que os podéis imaginar lo poco plausible que es que un miembro de la casa real austriaca de visita en Londres se vaya a vivir a la casa particular de una familia de medio pelo.

Queda claro, ¿no? Pues las protagonistas (o quizá la autora) lo desconocen porque hay cosas como:

—No un intruso, querida. Un archiduque. ¡Eso es casi realeza!

—Solo que no lo es — dijo Louisa con un suspiro — Ni siquiera tú puedes pretender que lo es, madre. Si fuera realeza, sería un príncipe, o un rey.

 

Solo que no… Los archiduques sí eran realeza. No todos los royals son príncipes o reyes. Por ejemplo en España príncipe sólo es el heredero, los demás hijos del rey son infantes. Y en otros sitios los príncipes y reyes no tenían esos títulos sino grandes duques, por ejemplo.

Encima, este archiduque tiene su título, ¡por un zar! Por dios, de todas las Rusias… No sé en qué época se supone que ocurre esto, pero al zar le llaman Alexei Dmitry Immanuil Maximilian Konstantinvich I, inexistente. Figura ficticia que crea la autora para meterlo como protagonista de otra historia de las suyas, Christmas with a Czar: A Steamy Regency Romance (Ravishing Regencies #11).

Prescindible. Admito mucha fantasía histórica en romántica, pero no cosas que o bien son un error gordo o bien un manifiesto desprecio a la realidad de la nobleza y la monarquía.

 

Annabelle Anders: «Winter’s widow».

3 ***

Viuda de invierno, ya lo dice el título

 

Esta historia es ya otra cosa. Hay una joven viuda que pasa unas Navidades solitarias. La señora Adele Covington ha perdido a su marido estando embarazada. Y ahora, con el embarazo casi a término, pasa unas solitarias navidades en el campo.

Nochebuena. Sale al bosque a recoger cositas… Cuando recoge piñas o muérdago o yo que sé, esas cosas verdes que usaban para adornar la casa, resulta que se encuentra con un noble.

Rand Rutherford, el quinto conde de Everfrost, que ha salido persiguiendo a su travieso perrillo.

Fue amigo de su marido, pero no se han relacionado mucho. 

Tú ya sospechas que hay una buena razón, y es que él la vio primero y se enamoró. Pero cualquier cosa entre ellos era imposible, porque su amigo quería cortejarla. Además, Adele es de familia comerciante, y Rand un noble.

Es original que la mayor parte del relato se ambienta a lo largo del parto de la señora. En medio de una tormenta tremenda, Adele y él se quedarán prácticamente solos, enfrentados a eso de dar a luz.

Sí, no me imagino momento menos romántico. Y menos en aquella época en que era algo bastante peligroso.


Deb Marlowe: «Six perfect Christmas moments».

4 ****

Pues eso, seis momentos navideños ideales

 

Aquí me ha encantado el planteamiento. Parte de uno de esos testamentos locos de romántica. La señorita Iris Karleigh ha sido durante años la acompañante pagada de una señora muy rica. Ahora ha fallecido, y está en el despacho de un abogado, porque se lee el testamento.

A su lado, los parientes más cercanos de la señora: Edward, Lord Waite, un tipo repulsivo, y Harry Belmont, Lord Mareton, guapo, joven, y que siempre le ha gustado.

Básicamente, para conseguir el grueso de la herencia y que no lo malgaste el malvado Edward, que hará la vida imposible a mucha gente, la condición es que Harry e Iris compartan seis días, uno por cada semana hasta la Navidad, haciendo cosas navideñas, de las que deberán dar prueba al abogado.

Se ponen a ello. Cada semana le toca a uno idear algo que hacer, y al tener que tratarse, lógicamente, surgen los sentimientos que han procurado ocultar, por diferencia de clase, y porque no tenían muy claro lo que el otro pensaba.

Me ha gustado el planteamiento y la ejecución. Se conocen desde hace años, y esa comodidad del uno con el otro les ayudará. A conocerse aún mejor, a ser pacientes

El ha llevado una vida de esas de alcohol y juegos y tal, pero en realidad lo que le gustaría es sentar cabeza con ella.

 

Bethany Bennett: «A duke in the dark».

2 **

Mejor si hubiera seguido en la oscuridad de un cajón

 

Christian Rutledge es el duque en la oscuridad del título. Topa con una especie de cenicienta. En una fiesta en una casa de campo ajena. 

Tiene un poquito de fobia social. Se queda encerrado en una bodega con Alicia, la hijastra de la viuda dueña del casoplón. Intiman allí, a oscuras. 

Se ve que así, en la oscuridad, él puede superar esa tirria que le da el contacto humano, presentándose como un tipo más, sin que le tiren los tejos por ser duque, y ella, Alicia, puede ser simplemente una muchacha feliz, y no la hijastra a la que tienen como medio sirvienta.

Lo de estar encerrados me pone muy nerviosa. Y lo de que aproveches la noche para enrollarte con alguien así, sin verle la cara, es algo tan ajeno a la época de la Regencia que no pude suspender mi incredulidad.

 

Harper St. George: «Once upon a heiress».

1 *

Cuando una mujer dice no, es no. NO significa «se un plasta y sigue insistiendo» 

 

Érase una vez una heredera

A Christopher Markham, vizconde de Westbrooke, su madre le presiona para que escoja novia. Algo que a él no le apetece nada. Pero solo una chica llamó su atención en el pasado, Elsie. Conoció a Elizabeth Brand hace dos años, y se enamoró de ella, pero Elsie declaró públicamente que no tenía la menor intención de casarse. Nunca.

Así que con dolor de su corazón, Kit se echó atrás, e intentó olvidarla. Ahora se reencuentran y… Ag, es esa historia en la que ella le reprocha a él que no la cortejara años atrás. Y cuando él sensatamente le recuerda que ella dejó claro que no quería casarse, ella le dice que tenía que haber insistido.

Por diorrr, tantos años de feminismo, de no es no, que no sean plastas que cuando una mujer no muestra su interés no es por hacerse la interesante y ahora nos viene Harper St. George a decir que el no de una mujer significa sigue insistiendo.

Que le den.

Vaya cabreo me cogí con esta historia.

 

Laurie Benson: «A night to remember».

2 **

No merecéis un final feliz, ¡so vagos!

 

Lady Hannah Kendell llega a una taberna. Allí encuentra a un viejo conocido que hace años que no ve. Frederick, Lord Arlington. No sabe si él la recordará. Hubo un tiempo en que él le gustaba a ella. Y tú notas que él no es indiferente a sus encantos, pero claro, Frederick va de camino a proponer matrimonio a una muchacha.

El planteamiento, así, second chance, tenía su atractivo. Luego la ejecución fue muy mñe. Además que es absurdo, si estos dos se gustaban de siempre, ¿por qué no se buscaron cuando ella se quedó viuda? Si no hubieran coincidido por azar en una taberna, habrían seguido sus vidas igual.

Si la quiso desde el momento en que la conoció, si ha esperado años para besarla,… ¿de verdad todo dependía de un azaroso encuentro…? Que no, que no me hace pensar que merezcan su final feliz.

 

Kate Bateman: «Orchids and mistletoe».

3 ***

Una a la que le hace falta lecciones de geografía

 

Christopher ‘Kit’ Carlisle ha estado en la guerra de independencia española y regresa porque tiene algo que devolver a la hermana de un difunto amigo soldado. El pobre lo ha pasado mal.

Ay, esta es esa novela tan graciosa en la que se supone que estaban por el norte de España (dicen al menos que el amigo murió en una prisión en el norte) y luego se refieren al dry, dusty heat of Spain («calor seco y polvoriento de España»), ja, ja, eso es justo algo que el norte de España NO es, ni seco, ni polvoriento ni seco. Un inglés encontraría el paisaje de la cornisa cantábrica bastante familiar. Para mí que lo confunde la autora con la manchega llanura. No saben estas autoras que España es un país bastante montañoso, y que la zona norte es verde que te quiero verde.

Esta fue agradable, y ellos tenían buen rollo. Lady Emma Townsend

 La hermana del amigo es una exploradora, de esas que recoge especímenes por Sudamérica. Una naturalista de la época, muy interesada en orquídeas. Y quiere que reconozcan una especie nueva a la que quiere nombrar por su hermano. Está bien porque ella no renuncia a su vida aventurera por él, sino que se lo lleva consigo.

 

Tabetha Waite: «A bluestocking for Christmas».

1 *

Detestable 

 

Esta la detesté. No pude disfrutarla nada de nada.

Miss Cleo Brooks, la protagonista, está todo el rato zampándose cosas, a cual más insana. Me subía el colesterol solo con verla.

Y es una muchacha con dinero, así que espera atrapar a un buen partido, ya que sus atractivos personales son escasos.

Perfecto para Darian Hughes, el conde de Montreaty, el chico de la película, un tipo que juega a las cartas y lo pierde todo.

No me cayeron bien los personajes, me ponían nerviosa todo el rato, ella comiendo y él con su situación económica provocada por su mala cabeza.

 

Tammy Andresen: «Den os sins».

1 *

Otra que no merece la pena

 

Otra que no merece la pena nada de nada.

A esta se la nota mucho que es la introducción a una serie. Es casi como si fueran los primeros capítulos de un libro. Al principio, ni siquiera sabía de qué iba, quiénes eran los protagonistas.

Un grupo de amigos se hacen socios de un tugurio. Chance, mejor conocido como el duque de Danesbury está haciendo un casting de socios para el antro de perdición. A su lado está Arabella, la jefa de toda la operación.

Pero no es ella la protagonista sino lady Daisy Longrove, que está enamorada de un caza fortunas que la acaba de comprometer públicamente porque la han descubierto medio desnuda en sus brazos. Su hermano se lo reprocha. Ella se niega a ver que su enamorado no la quiere como ella a él.

En cuatro escasos capítulos, Chance se reencuentra a Daisy, a la que solo recordaba como una cría, mona pero no una belleza. Y queda impresionado. Pero ella ama a otro. Así que en un pispás se pone de manifiesto que el otro solo quiere su dote, o por mejor decir, que sí, que la encuentra atractiva, pero que sin dinero de por medio no hay matrimonio. La cosa es muy abrupta, en la misma escena ella se desencanta de su enamorado y accede a casarse con Chance para no quedar arruinada, porque le dice su hermano: «O te conviertes en duquesa o quedas arruinada» Y entonces ella acepta casarse con Chance. Es todo tan apresurado… Si quieres saber si lo de este matrimonio arreglado se convierte en amor, tú ya te lees Duke of Chance, (Lords of Scandal #16) que salió en enero de 2022.

 

Virginia Heath: «Say Yule be Mine».

3 ***

Entretenida

 

Otro noble en apuros. Sus padres le dan un ultimátum.

Frederick St. John-Smythe, vizconde Cranham y heredero del condado de Burstead, se ve presionado para casarse bien por las deudas familiares. Tiene que coger una novia, ¡ya! Y sus padres han invitado a unas cuantas jóvenes casaderas y con buena dote.

Que coja la que menos le disguste.

Durante años, él confiaba en encontrar una mujer de la que enamorarse, pero ha fracasado en ello, así que se resigna. Jamás conocerá a una mujer con la que conectar.

Obviamente las cosas se tuercen cuando como acompañante de una de esas ricas hijas de comerciantes aparece Susanna Mayfield, una muchacha muy práctica a la que resulta repulsivo este juego de sociedad., Que haya mujeres dispuestas a casarse por un título y nobles dispuestos a hacer lo mismo solo por dinero.

Es cosa de ver a Susanna y a Frederick se le revuelve todo. Por fin ha encontrado a alguien de quien podría enamorarse… si no fuera demasiado tarde. Las deudas apremian.

 

Resumiendo, la puntuación de estas historias iría así: 1-3-4-2-1-2-3-1-3 = 2,2 de media. Un aburrimiento. A Annabella Anders ya la conocía y me gusta. Me apunto otras tres: Deb Marlowe, Kate Bateman y Virginia Heath, para probar algo más de ellas.

Valoración personal: prescindible, 2

 

Se la recomendaría a: quienes quieran probar otras autoras desconocidas, por si alguna le hace tilín.

 

Otras críticas de la novela:

De esta antología, que ha pasado con más pena que gloria, solo he encontrado comentarios en Goodreads.

Yo no dejé comentario porque es como si estuviera inhabilitado. Y una vez que borré el libro de mi lista, ya ni siquiera lo volví a encontrar

Goodreads, 3.61 stars. Merry Christmas Belles and Rakehells

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