lunes, 20 de noviembre de 2023

Crítica: “Rekindle the flame”, de Kate Meader

 

Una segunda oportunidad calentita, calentita

 


DATOS GENERALES

 

Título original: Rekindle the Flame

Subgénero: contemporánea

1.ª publicación en la antología Baby, it’s cold outside, 11/2014

Publicación independiente: Pocket Star, 30-11-2015

Parte de una serie: Hot in Chicago #0.5

Páginas: 129

ISBN 9781501123122

 

SINOPSIS (según Fiction DB

¿Qué puede ser más ardiente que un bombero? Kate Meader demuestra cuán encendido puede ser cuando Beck Rivera y la heredera convertida en artista tatuadora Darcy Cochrane descubren que nada enciende las llamas navideñas que reavivar un amor perdido…

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Pues la tengo bastante bien colocada en mi base de datos, en torno al puesto tres mil. Le han dado calificación de cinco estrellas varias páginas y lectoras a quienes sigo (About That Story, Becky y Harlequin Junkie); además, tiene uno de esos tópicos que tan atractivos me resultan, second chance.

 

CRÍTICA

Empecé a leer Playing with fire, que es la novela más apreciada de Kate Meader. Y al poco me di cuenta de que esta novela es de esas que disfrutas más si la lees en su sitio correcto de la serie.

A veces da un poco lo mismo por dónde cojas una serie.

Pero otras, mejor leer en orden, que lo valoras más. Me pasó con Diabólica, de Jo Beverley, y, de manera muy llamativa, con Llámame irresistible, de Susan Elizabeth Phillips, que independiente fue 3-4 estrellas pero al leerla después, a continuación de las otras, me resultó excelente, ¡cinco estrellas!

Aprovechando que «Hot in Chicago» se encuentra en Kindle Unlimited, decidí leerla por orden.

La primera historia es este relato corto que Kate Meader publicó dentro de una antología navideña en el otoño de 2014. Al año siguiente la sacó por independiente.

Darcy Cochrane (25) y Beck Javier Rivera (26) tuvieron un rollo hace siete años. Beck era el chico «malote», mazáo y boxeador, irresistible para una nena de buena familia como Darcy.

Él cortó con ella because reasons. Darcy se largó de Chicago y ha vivido acá y allá. Rara vez vuelve a Illinois. Esta vez tiene que hacerlo por su abuela. Una amiga la lleva a un bar irlandés, que coincide que es el de la familia de Beck.

De esta azarosa manera se reencuentran. Es cosa de echarse el ojo encima y… Siete años no es nada. A los diez minutos, ya le están dando al tema. Todo muy apasionado.

Darcy pretende que no le guarda rencor, que es un rollo sexual, curiosidad por ver cómo ha madurado el otro. Pero anda que no siente aún cierto resquemor

A Beck le costará un poco (bastante) convencerla de que se den una segunda oportunidad.

Darcy es alma viajera que se ha recorrido el mundo. Trabaja de tatuadora hoy aquí y mañana allí. No soporta estar en Chicago, donde vive el tóxico de su padre (creo que es el villano de la serie, por lo poco que leí de Playing with fire).

En cambio, Beck está profundamente arraigado en la Windy City. Es bombero en la misma estación que sus hermanos, y no concibe la vida en otro lugar.

La serie gira en torno a los Dempsey, familia bomberil. Son «hermanos» de acogida, ya que no de sangre. Sean y Mary Dempsey acogieron en su casa a varios muchachos y una chica.  

Aquí te los presentan con alguna pincelada, sabiendo que cada uno tendrá su novela. Unos aparecen como secundarios, a otros simplemente se los menciona. Atómica es la abuela de Darcy, mujer sin filtro; a su edad ya no le cuesta nada (pero nada de nada) decir lo que piensa.

A Beck lo acogieron los Dempsey a los trece años, como adolescente problemático y resentido, que había tenido una existencia difícil. Parece que no tiene nada que ver con ellos pero… Años después, ya ves, son una auténtica familia, al margen de la biológica.

Todos ellos, con independencia de su origen cultural, acaban adoptando el lore y la subcultura irlandesa de sus acogedores, mucho color verde, letras célticas y tréboles. Vamos, que Beck será boricua, pero también más irlandesón que la Guiness.

Eso sí, le pone como que alguna cosa sí que habla en español. A Darcy la llama princesa, por ejemplo. En general, suena bien, salvo alguna expresión amorosa como «sé mía»; no sé, a mí no me suena igual que be mine.

Novela amena, con sus toques de humor y de sensualidad, ¡y narrada en tercera persona...! En esto, y el tiempo verbal pretérito, se nota que tiene casi diez años. Qué maravilla, qué gusto, qué descanso…

El humor lo pone, por ejemplo, el pique que tienen con otros servicios de urgencias, como la policía.

Sí, porque los policías y los bomberos tienen mucho en común… Ambos quieren ser bomberos.

Como se suele decir, Dios creó a los bomberos para que los policías pudieran tener héroes, también.

Pero luego hay réplicas ingeniosas, sin más:

-       Con ese conjunto, ¿intentas pillar un resfriado o a un hombre?

-       Oh, a un hombre. Definitivamente, un hombre.

Eran historia antigua y desenterrar los porqués y los qués sería tan útil como la colección de camisas de Matthew McConaughey.

 

Bajó un poquito el aprecio un par de cosas. Una, algo que suele fallar en las historias de segundas oportunidades. Bien el principio y el final, pero no convence lo de en medio.

Es lógico que rompieran en el pasado, no fue una tontería, eran jóvenes y tiene su lógica.

Aquello se superó con la edad, y su final feliz es creíble, sí.

Ahora, lo que para mí no se justifica suficiente es por qué no se han buscado en siete años, y que el reencuentro sea un tanto azaroso.

Dos, también me lo chafó algo, la parte final, por una cosa que no me suele gustar: una de esas declaraciones públicas de vergüenza ajena.

Me imagino que a mucha gente sí les gusta, que por eso lo ponen los autores.

Quizá es que en EE. UU. no se lleva esto de la vergüenza ajena. Hay quien dice que es un sentimiento cultural hispano, por ello hay quien la llama Spanish shame

En este artículo queda claro que no es una emoción exclusiva de España. Sólo que aquí lo sentimos más intensamente porque tener más lazos de empatía con los que nos rodean.

Lo que pasa es que las fuentes que encuentro sobre “Spanish shame” son españolas. En los textos en inglés se usa la expresión vicarious embarrassment, o del equivalente alemán, fremdscham.

Quizá los anglos tienen menos empatía hacia los extraños que los hispanos y de ahí que a ellos esas declaraciones públicas de amor no les incomoden.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten de las historias navideñas con toque sexi.

Otras críticas de la novela:

No he encontrado nada en español. Para ser un relato corto, la verdad es que he encontrado unas cuantas críticas. En todas ellas, se ve que esta historia gusta y convence.

Gretchen, en About That Story, 5 estrellas

Harlequin Junkie, 5 estrellas

Keeper Bookshelf, 5 estrellas

Becky on Books… and Quilts comenta toda la antología.  Y a esta le da 4 ½ estrellas.

Dirty Girl Romance, 4 estrellas

Dog-Eared Daydream, 4 estrellas

 

2 comentarios:

  1. Ay, qué mal llevo yo lo de las declaraciones públicas de amor... Eso me echa un poco para atrás aunque reconozco que me he cruzado con varios libros de esta mujer y me dan ganas de leerla, lo que comentas de esta novela tiene buena pinta. Ya veré.
    Besotes!

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    1. Me alegro de no ser la única a la que le rechinan los dientes con esto de las declaraciones públicas.
      Yo creo que muchas de Kate Meader sí que pueden gustarte. Mira a ver alguna de las que están rebajadas, o en KU, a ver si te va su estilo.

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