Una viejunez a la que tengo mucho
cariño
DATOS
GENERALES
Subgénero:
contemporánea
Publicación:
Plaza & Janés
Fecha:
12/1996
Rústica
– 224 páginas
Colección:
Cisne, 27/1
SINOPSIS
(de la contraportada)
Ann
Martyn, la bailarina española que durante quince años ha
deslumbrado al mundo con su arte, ha sido amada apasionadamente por cuatro
hombres excepcionales. El apuesto lord Brand Slade, el productor
cinematográfico Roger Mur, el compositor español Pablo Carvajal y el bailarín ruso Serge Leovich. Cuatro hombres que
han marcado profundamente su vida. A lo largo de los años y en París, Londres,
Holanda, Italia y Brasil, Ann ha ido dejando partes de su corazón. Ahora,
cuando ha elegido el Metropolitan de Nueva York para ofrecer su última
representación, deberá intentar rehacer su corazón para entregárselo al hombre
que verdaderamente ama…
Pueden amarte los mejores hombres, pero no el que tú amas…
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Aunque no está mal, solo la leí por repasar la romántica en español que tengo por casa. Tiene dos tópicos de esos que gustan y que suelen ir entrelazados, friends to lovers y héroe beta.
CRÍTICA
Como he
decidido darle otra oportunidad a la romántica en español, empiezo por lo que
tengo por casa. Lo más viejo es esta novela. Sé que tuve algunas de Corín
Tellado, pero acabaron en el contenedor de papel, para reciclar.
Esta la compré recién
salida, a finales de los años noventa, por la originalidad de ver algo español
en la colección Cisne.
Nueva York,
1995. La bailarina Ann Martyn se retira in
bellezza. La intriga es saber por qué abandona la danza y también quién,
de los caballeros mencionados en la sinopsis, es el chico de la película.
Anita Martín
estudió en Madrid, París y, gracias a una beca, en Londres. Se convertirá en una
bailarina internacional, lo que incluye cambiarle el nombre a Ann Martyn.
Realiza giras por todo el mundo. Llegado el año 1995 decide retirarse para estar
con el hombre al que ama. Ha tenido varias relaciones amorosas, que por uno u
otro motivo no llegan a buen término.
¿Cómo no le
voy a tener cariño a esta novela si la protagonista resulta que es de
Torrelavega? Me hace gracia, porque no me imagino un sitio más
pedestre, como lugar de origen de una heroína romántica. No es que sea un lugar
muy atractivo para el foráneo. Eso sí, aquí se hace un hojaldre excelente. No
os olvidéis de comprar unas polkas o probar la tarta de hojaldre, si pasáis por
esta ciudad.
A ver, que
me voy. Parezco Revilla, siempre haciendo publicidad a la tierruca.
La novela tiene un estilo que engancha, sin faltas de ortografía ni las cursilerías que lastran tanta romántica en español, incluso las modernas. Me parece escrita en un correctísimo castellano. Pese a todo, de vez en cuando cae en expresiones trilladas como «pequeño y acogedor», «éxito clamoroso» o «frío como el hielo». Siendo ficción comercial, parece inevitable. Y ya veo aquí, en algún momento, esa manía de las autoras en español de acumular adjetivos como si no hubiera un mañana: «cuerpo alto, delgado, musculoso, viril y etéreo a la vez». Viril y etéreo. ¿Qué querrá decir, exactamente?
La forma en
que está narrada la historia es muy curiosa, y no recuerdo algo semejante en
ningún otro romance: la técnica del narrador múltiple. La primera mitad del
libro está dividida en episodios, cada uno contado en primera persona por uno
de los hombres de Anita.
En la
segunda parte de la novela, allá por la página 127, la propia Anita/Ann asume
la voz narradora, con «Su verdad (1960-1995)». Los episodios concretos que
antes nos han contado los hombres de su vida encajan, ahora, en la narración
más amplia que hace ella misma de su vida, su trabajo y sus fracasos amorosos. No
se atreve a reconocer el amor que ha sentido durante toda su vida por Pablo.
Pablo, por
su parte, es tu perfecto héroe beta. Apoya a Anita a lo largo de los años, como
amigo y representante, con sacrificios personales de los que ella no es
consciente. Hasta le oculta buena parte de quién es él y sus circunstancias.
Ya veis, es
un friends to lovers, modalidad de
dos que se quieren desde hace años sin confesarlo.
Para que os
hagáis una idea, es una de amor y lujo de las de toda la vida, pero a la
española. Como las de Judith Krantz o Danielle Steel de aquella época, solo que
contada en muchísimas menos páginas. Todo pasa rapidísimo. No hay forma de
aselar con esta novela. Eso lleva a que los personajes parezcan no
desarrollados del todo: te cuentan lo que hacen, y sus sentimientos, pero todo
muy a vuelapluma.
Algo insólito
todavía en una novela de 1996: contiene personajes LGBT, ¡y no son figuras
trágicas ni malvadas! Eso sí, a veces se refiere a ello de manera, ¡uf!, solo en una
novela viejuna puedes leer una frase así:
«Y lo
curioso es que pese a su conocida condición de lesbiana [Cynthia] estaba
considerada como una de las mejores agentes de prensa».
O, en
referencia a un personaje gay que tiene su final feliz con su amigo de toda la
vida, dice que Anita aprende que el verdadero amor puede estar en cualquier
parte «por aberrante que parezca».
Aunque en
algún momento parece reconocer que son cosas de aquellos tiempos, como cuando alude,
respecto a Cynthia, la lesbiana conocida, a «su vida un tanto irregular, si se
tiene en cuenta la época que era».
Anécdota
personal. Por eso de que los padres de la protagonista son de Santander pero
recién casados se fueron a vivir a Torrelavega, donde entiendo que nació la
prota, es por lo que en su momento se me metió en la cabeza que Mayte Ots tenía
que ser alguien que yo conociera. Hasta le puse cara: una chica con la que
coincidí en el instituto, llamada Maite y que era una de las pocas personas con
las que podía hablar de romántica, allá en los ochenta. Me imaginaba que, al
hacerse mayor, se dedicaba a escribir romántica.
Luego ya me
enteré de que no, de que Mayte Ots era una escritora con solera que anteriormente
escribió novela gráfica. En Biblioromance me entero de que su nombre
auténtico es María Teresa Ots de Israel, de Barcelona, y que comenzó publicando en los 60 como M. Ots
novelas gráficas para adultos en la editorial Bruguera, en las colecciones: As
de Corazones, Celia, Capricho y Sissi. Además de esta novela como Mayte
Ots, publicó otras románticas como Sarah Kennet.
No hablo de esta
novela para que os lancéis a buscarla como posesas. No merece la pena. Le tengo
cariño sobre todo por temas personales. Pero si la veis por ahí a un precio
razonable de segunda mano, podéis darle una oportunidad para ver que es posible
escribir bien romántica en español, incluso planteándolo de otra manera, con
esa sorprendente utilización del narrador múltiple.
Valoración personal: entretenida, 3
Se la recomendaría a: la arqueología
romántica.
Otras críticas de la
novela:
De algo tan viejuno y poco conocido, no hay críticas. De hecho, no la había en Goodreads hasta que la escribí yo.