viernes, 21 de diciembre de 2018

Crítica: “Un refugio en Katmandú”, de Ángeles Ibirika


Quería que me gustase, de verdad.
Cogí el libro con la mente tan abierta que casi se me cae el cerebro.
Pero no.
Pestiño.


DATOS GENERALES

Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación: 06/2015
Editorial: Planeta

Matthew jamás pensó que su exitosa carrera como jugador de béisbol se truncaría por decisión propia; que desaparecería de la faz de la tierra para embarcarse en una peligrosa aventura en el desconocido Nepal; que en la milenaria ciudad de Katmandú, entre tradiciones que ni entendería ni compartiría, encontraría el amor de su vida; que su plan inicial acabaría en desastre y se vería obligado a trazar un desesperado plan B, ni que con el paso del tiempo llegaría a creer que aquello no saldría bien. Sin embargo, siempre supo que llegaría hasta el final arriesgando su libertad, y hasta su vida, si era necesario, para conseguirlo.
Pero en la vida, más aún en el país de un millón de dioses, todo ocurre en los momentos más inesperados y por las razones más insospechadas.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. La compré solo porque hubo una que me gustó de Ibirika,… una vez,… hace años…

CRÍTICA

Diez días (¡diez!) tardé en meterme «esto» entre pecho y espalda.
El tema del TBR Challenge de noviembre era una portada bonita (u horrenda). Con mi limitado sentido estético, cogí a una persona que no gusta de las novelas románticas, le puse todos los libros en papel que tengo pendientes y le pedí que escogiera la portada que más le gustase. Eligió esta y Odio que das.
Languidecía en mis baldas desde 2015. No me apeteció leerlo porque Entre sueños (2010) tuve que dejarlo sin acabar al 20% (no soportaba a los personajes) y la propia autora advirtió que Un refugio… no era una novela romántica. Si hay algo que se me hace más cuesta arriba que la romántica en español es la narrativa femenina en español.
Se ambienta en el Nepal contemporáneo. Matthew, un jugador de béisbol estadounidense, busca a alguien en Katmandú. El lector desconoce a quién, o por qué, o para qué. Ni siquiera sabes si Matthew es su verdadero nombre. Antes de que él pueda hacer lo que sea que le llevó a este reino del Himalaya, le pegan una paliza y acaba en el hospital.
Allí conocerá a Claudia, una médica española. Con algo de engaño, encontrará un sitio donde quedarse, un refugio en esta ciudad superpoblada. Poco a poco, él intenta descubrir dónde está el malote al que busca.
Claudia se enamora de él, aunque sabe que cualquier cosa entre ellos será imposible. Nepal es el lugar donde quiere vivir el resto de su vida, mientras que él regresará a los Estados Unidos (u otro sitio occidental), tan pronto como haga lo que sea que le llevó a ese país.
¿Lo mejor? La ambientación, Katmandú y las montañas. Amé ese paisaje, esa es la estrellita de más. Si estás pensando en viajar allí, no necesitas una guía de viajes, con este libro conoces todos sus rincones típicos y todas las anécdotas habituales.
Ahora bien, la trama es prácticamente inexistente. Pasan las hojas y no ocurre nada. Es un libro lentooooooooooooooooooooooooooooo. Se pierde describiéndote el entorno y lo buenos que son estos Coronel Tapioca de la solidaridad con los nativos. Y digo nativos porque los personajes nepalíes son tan estereotipo «sí bwana» de las pelis de los cincuenta que hasta se expresan «en plan cheroqui»: «Bhim empezar preguntar».
Los protagonistas me resultaron un poquito aburridos. Todavía no sé por qué Ibirika ha elegido a un yanqui estrella del béisbol, deporte que los españoles ignoramos totalmente. Toda esa parte te deja fría, te importa una porra si batea, si hace un home run o cientos.
La trama emocional y sexual es… gélida. No sientes la emoción en los personajes. No los ves enamorarse, o desearse sexualmente. Al principio, incluso me estaba preguntando quién era la chica de la película, ya que Matthew tenía más química con otros personajes, como la enfermera alemana con la que intercambia esgrimas verbales o la joven viuda nepalí de cuyo atractivo físico toma nota.
Creo que ahí está el quid de por qué no me enganchó la historia. No siento la atracción entre Matthew y Claudia. Ni chispa sexual ni interés del uno por conocer mejor al otro. De hecho, él no se entera de que le gusta a Claudia hasta que Ruth se lo dice. Y cuando se entera, no le conmueve lo más mínimo. ¿Sexo? Fundido en negro.
El argumento más de suspense, de por qué este tipo está ahí, la cuenta con muy poca gracia y menos tensión. Cuando averiguas que él se llama Bryan te quedas un poco como ¿y a mí qué?, como si se llama Mariano. Ah, ¿y está en Nepal para…? Pues mira qué bien. Sí hay un giro al final muy interesante, con un personaje que parece una cosa y hará otra.
La autora evita las dos kriptonitas de las novelas románticas en español. Los adjetivos no rebosan la página y el héroe no es machista.
No obstante, siempre hay algún pero que se le puede poner y yo se lo pongo.
A veces sus opciones lingüísticas me desconciertan. Por ejemplo, en un momento dado leo «en convivencia con el abuelo» y me parece que quiere decir «en connivencia», aunque no estoy segura. O más adelante, cuando escribe que a veces el tiempo pasa lento pero otras fugaz. Y entonces mi cabeza se pone a toda marcha, en plan… ¿Fugaz realmente es antónimo de lento? ¿No le iría mejor veloz? Igual quiere decir eso,… No, fugaz no es antónimo de lento, sino de prolongado, duradero o estable. Lo opuesto a lento sería,… déjame ver Word reference…repentino, rápido y quizá acelerado, ágil, alado, alígero,… súbito, supersónico, ¡ajá! Veloz, ahí está.
O un elijen en la pág. 356 que me dio un puñetazo en la cara y me dejó noqueada durante cinco minutos.
Aunque el héroe no sea machista, sí que a veces se filtraba un cierto sexismo. Hay un marido que no deja a su esposa visitar a su hermana, una niña que vive en el refugio. A Matthew le parece mal y Claudia se pone en plan señorita Pepis de la interculturalidad «Nadie puede venir aquí a juzgar sus costumbres, su cultura…». Perdona bonita, pero si son costumbres o culturas machistas, tengo todo el derecho del mundo a juzgarlo. No hacen muy felices a las mujeres de allí, ¿verdad?
Otra. Ruth: «Ya sabes que a veces las mujeres decimos una cosa cuando en realidad estamos deseando la contraria». La mujer como criatura engañosa, tú, machito, haz lo que ella, en el fondo desea, aunque de palabra te diga otra cosa. ¿En estos tiempos del «si no hay un sí, es que no»? ¿De verdad?
Pero reconozco que son cosas menores.
Resumiendo, y hablando en términos generales, me pareció una novela con una ambientación inolvidable y muy lograda, un estilo más que correcto y una edición muy agradable que manejar, con una bonita y llamativa portada (así empezó todo)… Al servicio de una historia soporífera.
Valoración personal: prescindible, 2.

Se la recomendaría a: los viajeros dicharacheros que no lean novela romántica.

Otras críticas de la novela:
Como suelo hacer cuando la novela, para mí, resulta un fiasco, recomiendo leer críticas positivas para ver este libro desde otra perspectiva, porque igual para vosotros no es un pestiño.
En El rincón de la novela romántica hay dos críticas, una que dice que es una historia preciosa, «muy sentida y humana» y otra a la que se le «ha hecho pesada, muy pesada, densa, muy densa, y larga».  
Para Libros de romántica es «una historia donde te transporta y te emociona», en su caso, hasta las lágrimas, a lo que se ve. 
Cazadoras del romance: «recomiendo no leer el libro si lo que se busca es un romance,… más sentimental que romántico, por lo que creo que como novela sentimental es una muy buena opción de lectura donde además la ambientación está muy conseguid». 
A Francisco, Un lector indiscreto que no lee romántica, le parece una «novela atractiva y placentera». 
Para Adivina quien lee, que se confiesa no habitual de romántica, le ha resultado también «una buena lectura». 
Las lecturas de Guillermo (otro que a simple vista, no conoce la novela romántica) hace también crítica positiva de una novela que, para él es «rica en emociones» y que la autora «sabe llegar al corazón del lector». 
Ver esta obra reseñada por quienes no leen romántica, me hace pensar que Planeta se lo hizo llegar, para vender esto como narrativa contemporánea, no romántica, sino algo más «serio», más «digno» quizás. 
Para mí, en mi humilde opinión de lectora todoterreno, se queda en tierra de nadie. No es buena ni como ficción literaria (personajes planitos, trama inexistente, nula trascendencia, estilo correcto sin aventuras estéticas) ni como romántica (carece de la tensión erótico-emocional y del final feliz de la romántica). 
Es solo mi opinión, ¿eh? Allá ellos con su negocio, si ha vendido lograron su objetivo, y si no, no. Tampoco nos lo van a decir. 
Pero, que yo sepa, de entonces ahora, la autora no ha vuelto a publicar.

Como reseñar un libro escrito en español es meterse en territorio comanche, me siento obligada a poner esto:


6 comentarios:

  1. lo que me hiciste reír con esta reseña 😂😂
    tengo muchas ganas de leer más romántica en español pero como decís vos muchos de los héroes son machistas y a mi no me vengas con eso, también noto que como en este caso se enfocan TANTO en la ambientación que el romance no trasmite nada

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    1. Pues me alegro, no hay como unas buenas risas para desatascar las meninges... Ya ves que este año me estoy atreviendo, poco a poco, a meter algo más de romántica en español, y siempre que la cosa no se me complique con fans enloquecidos.
      Ese es uno de mis problemas con las autoras en español: que suelen hacer protagonistas masculinos muy machistas. No es el único reparo que les pongo, pero esta característica me cabrea demasiado.

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    2. Este 2019 quiero leer más autoras latinas y españolas pero la verdad no sé por donde empezar. Bah, voy a empezar con tus recomendaciones pero tengo los mismos peros que vos, me saca lo machistas que son, a mi no me vengas con eso 😂

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    3. A ver cómo te va. A mi, de momento, muy irregular. Alguna me ha gustado mucho, pero otras...

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  2. Solo tengo que decir que no soy de leer novelas románticas y este libro me ha encantado

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