El duque y la princesa
DATOS GENERALES
Título original: Betrothed to the Barbarian
Subgénero: histórica /
1081
Parte de una serie:
Palace Brides (las bellezas de Bizancio) #3 / Harlequin Historical
Subscription-337 / Mills & Boon
Historical-1373
Fecha de publicación original: agosto de 2012
Editorial: Harlequin
En español:
Editorial: Harlequin
Ibérica
Colección:
Internacional 536
Traductor: María del
Carmen Perea Peña
Fecha Edición: 9/2013
Páginas: 320
SINOPSIS (según
Harlequineras)
Las bellezas de Bizancio
eran el sueño de cualquier guerrero…
La princesa Theodora de
Constantinopla debía casarse con el duque
Nikolaos, el comandante en jefe del ejército, un hombre a quien el
emperador había elegido para ella. Una princesa imperial siempre debía cumplir
con su deber: ser bella, obediente y pura. Sin embargo, Theodora había vivido
diez años en el exilio, en las tierras de los bárbaros. Y tal vez allí, en
alguna ocasión, hubiera olvidado el protocolo…
A medida que se acercaba su noche de bodas, Theodora fue descubriendo que quería compartir su lecho con el duque, pero sabía que eso sacaría a relucir su mayor pecado...
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, la compré porque me gustó la primera de la serie.
CRÍTICA
Con esta novelita pongo punto final
a mi lectura de la trilogía llamada las bellezas de Bizancio.
Aquí vemos lo que ocurre con la
princesa Teodora, personaje que determina el curso de la historia narrada en
las dos anteriores y a la que, sin embargo, solo vimos brevemente en la
primera.
A Teodora la corte imperial la envió
a Rascia, estado serbio cuyo capital era Stari Ras y que, en cierto sentido,
era un principado satélite del imperio bizantino. Para atar lazos, a Teodora la
comprometieron con el príncipe Pedro. Pero este murió, y tuvo que volver a
Bizancio.
Sin embargo, lleva consigo una niña,
Martina. Es su vergüenza oculta y su placer privado, pues la quiere como
normalmente las madres quieren a sus hijos.
El emperador la llamó a la corte
porque tiene pensado casarla con el duque Nicolás de Larisa. Sin embargo,
Teodora no está preparada para enfrentarse a ese destino, y quiere ganar más
tiempo con su niña.
Por eso hace que una dama de
compañía (Katerina, la protagonista de la primera novela) finja ser ella y viaje a Constantinopla
en su lugar, mientras que ella se dirigirá a la capital más lentamente, en otro barco
diferente.
Pero llegará un momento en que
Teodora tenga que asumir su rol de princesa en Constantinopla y ver qué pasa
con este compromiso del antiguo emperador, y qué va a hacer con esa hija
secreta.
El muchacho de la historia es un
guerrero, un general de confianza del nuevo emperador. Tiene su propia cruz,
pues se acaba de enterar de que, en realidad, no es hijo biológico de su padre
sino de un bárbaro, así que ansía ese matrimonio como una manera de reafirmar
su posición en el imperio.
Nicolás, además, se ve muy atraído
por esta princesa. Para él sería, en cualquier caso, casar muy bien. Trata a
Teodora siempre con un gran respeto, poniendo de manifiesto la superioridad
social de ella.
Aunque Teodora se sienta, en
realidad, una impostora, pues no ha hecho lo que el imperio esperaba.
La primera intriga es saber si el
matrimonio, pactado por el viejo emperador, lo mantendrá el segundo.
Intriga número dos: qué pasará cuando Nicolás descubra que ella no es virgen.
Más aún, ¿y su hija, cuándo y cómo
descubrirá Nicolás que ella tiene una niña y qué pasará entonces?
Con esta novela recuperamos el tono
de la primera de la trilogía. La ambientación en la corte imperial y en la
geografía de Bizancio es estupenda. Luego la dinámica entre los personajes está
bastante lograda. Tanto Teodora como Nicolás son tremendamente atractivos, y
con personalidad propia.
Sobresale, para mí, Teodora, y esa
forma de actuar tan independiente que se explica por el hecho de que la
enviaron desde muy pequeña a una corte extranjera, y ha tenido que bastarse a
sí misma. De ahí que le cueste confiar en Nicolás, y en revelar sus secretos y
debilidades.
Me amargó un poco la historia la
traducción. Como veis, uso los nombres Teodora y Nicolás, que sería lo lógico
cuando hablas de familias reales y noblezas extranjeras en español. Los
traductores de esta trilogía no lo han hecho así más que parcialmente. Por
ejemplo, al emperador Nicéforo III sí que lo llaman así, pero a Alejo Comneno,
en cambio, lo llama Alexios Komnenos.
Sí que me parece que aquí hay menos milady y milord y, en cambio, sí que mantiene títulos o cargos propios de la
época, como despoina o zupan.
Pero vamos, que me rechinan los
dientes cuando aparecen nombres en inglés para denominar a personajes de la
Constantinopla del siglo XI: Peter, Paul,
George.
Lo que no me explico es que no ponga
en español palabras que tienen traducción, ¿por qué escribir *Doukaina cuando
las mujeres de la familia Ducas se llaman Ducaina? ¿Y a qué inventarse eso de
*Dirraquea, cuando en las dos primeras novelas traducían, correctamente,
Dirraquio?
Este tipo de cosas siempre me dejan
perpleja.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: los fans de los niños secretos.
Otras críticas de la novela:
Como suelo decir, no es
fácil encontrar críticas sobre harlequines, ni en español ni en inglés. Si
alguien sabe de páginas web especializadas en comentar las este tipo de
novelitas, se lo agradecería.
En español tenemos una
crítica en El rincón de la novela romántica, que la considera Buena.
Y también en Good Reads, 3.37 estrellas a día de hoy.
En Amazon UK tiene 4.5 estrellitas.
Sinceramente, no he
encontrado más.
💛💚💙💗💬💫💁👥👧💇💛💚💛😀😈😎💦💑💤💞💟💚💙💗
Tengo la impresión de
que hay recelo mutuo. Por un lado, las lectoras habituales de romántica no se
interesan demasiado por estas novelitas, así que no las compran ni les hacen
crítica. Solo así me explico que no encuentre críticas de harlequines en las
páginas habituales de romance, salvo excepciones como por ejemplo Harlequin
Junkie.
A mí me parece un poco
erróneo. Entiendo que hay demasiadas novelitas de este tipo y la mayoría no
merece la pena, si las comparas con otras mejor armadas de las grandes
escritoras. No obstante, hay más de una que recomiendo totalmente, y como las
disfruto, las comento aquí.
Pero me falta hablar
del otro lado. Es como si Harlequin (Ibérica, o Harper Collins, me da lo mismo)
asumiera que no somos su público salvo cuando recupera bibliografía de las
escritoras consolidadas. No se molesta en intentar colocarnos sus libros.
Cuando veo esos blogs que tienen editoriales colaboradoras, no suelen incluir
Harlequin.
Ojo, es solo mi impresión, si conocéis alguna página que suela hacer críticas de harlequines, decídmelo, por favor.
Y si tenéis una opinión diferente sobre estas novelitas genéricas, contadme, please.