miércoles, 25 de diciembre de 2024

Memorias (10): listas de suspense romántico

 




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 Ante todo, os deseo una feliz Navidad, que no haya habido excesos en Nochebuena,... 

Eso ya lo dejamos para Nochevieja

 

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Mi lista

 

Como he hecho con los otros géneros de romántica, este artículo tratará, en su mayor parte, de las novelas de suspense romántico que más me gustan a mí.

Las voy agrupando por décadas de publicación original, aunque me pasa lo mismo que con las contemporáneas: con frecuencia no la leí dentro de la década que le correspondía.

Ya sabéis que intento no poner más de una novela de la misma autora en el mismo período. Claro que haré alguna excepción porque hay novelas que no puedo obviar. 

La mayor parte, son novelas a las que he dado cinco estrellas. Alguna se ha quedado en cuatro, pero vamos, que todas merecen la pena.

 

 

1.ª década (1984-1993)

 


Aquí, lo siento, e parece inevitable. Tengo que poner la trilogía de novelas de Sandra Brown que más me asombraron cuando la descubrí. Todo muy excesivo, lo sé, eran los ochenta, aunque yo las leyera en la década siguiente.

·        Odio en el paraíso (Slow heat in Heaven, 1988). Noir sureño con un protagonista, Cash Boudreaux que es de esos que odias o amas, no hay término medio.

·        Imagen en el espejo (Mirror Image, 1990). Argumento de lo más loco: tras un accidente aéreo, una periodista es confundida con la esposa de un candidato al Senado de los EE. UU., un tipo de toma pan y moja, y ella no deshace el engaño porque… hay misterios misteriosos que averiguar.

·        Sedas de Francia (French Silk, 1992). Otro noir sureño con momentos arrebatados y un giro final de esos que no ves venir.

Nora Roberts: La fuerza de la pasión (Carnal innocence, 1991) Noir sureño, truculento y brillante.

Karen Robards: Un solo verano (One Summer, 1993). Tierna historia de una profesora y su exalumno, un convicto que merece una segunda oportunidad.

 

 

2.ª década (1994-2003)

 

Anne Stuart: Nightfall (1995). Un tipo tenebroso, convicto de asesinar a su mujer, ¿de verdad te vas a enamorar de él? Sombrío, alto y guapo, más frío que Teruel... Enloqueces de dudas.

Linda Howard: Secretos en la noche (After the night, 1995). Una novela sureña excesiva por los cuatro costados.

De Suzanne Brockmann recomendaría, al menos, las novelas 1.ª a 6.ª de la serie Troubleshooters, en la que vas viendo la historia de Alyssa & Sam, que culmina en la sexta entrega: Demasiado lejos (Gone too far, 2003). La entiendes (y disfrutas) mucho más si te has leído las cinco anteriores.

Ahora, de escoger solo una, autoconclusiva, y que mejor represente su estilo, escogería la cuarta: Out of control (2002). Un héroe casi perfecto, secundarios inolvidables, acción y aventura en un entorno exótico, ¿alguien da más?

Nora Roberts: Aurora boreal (Northern lights, 2004) Montañas, escaladores y el frío helador de Alaska, ¿qué mas quiero?

 

3.ª década (2004-2013)

 


Jennifer Crusie & Bob Mayer: Agnes and the Hitman (2007). Como dije en mi crítica, si existiera un subgénero llamado «suspense romántico de humor negro», ahí enmarcaría yo esta novela.

Sandra Brown: Lethal (2011) ¿Cómo es posible que te enamores de quien te secuestra y te amenaza a ti y a tu niñita? Enloquecedor, la mejor Brown del siglo XXI.

Carolyn Crane: Off the edge (2013), la segunda de la serie The Associates, para los frikis de las palatales fricativas, sordas y sonoras.

Pamela Clare: «First strike» (9/2013) relato erótico corto, I-Team #5.9 en el que nos presentan a Javier y Laura… Los inolvidables protagonistas de Acoso mortal (Striking distance, 11/2013). Como dije en mi crítica, «Una reportera nada dicharachera que pasa las de Caín es redimida por un veterano SEAL que hará lo que sea por protegerla».

 

4.ª década (2014-2023)

 

Toni Anderson: A cold dark place (2014). Una novela estupenda, pero dura, a veces. Mallory se hizo agente del FBI por un tema muy personal y Alex es un asesino, de esos que se supone que trabaja para «los buenos».

En esta época, Pamela Clare seguía con su I-Team. Prácticamente todas las novelas de esta serie son recomendable. Cada una se refiere a una pareja en concreto, así que se pueden leer por separado, autoconclusivas. Aunque hay unas cuantas traducidas al español, la que voy a mencionar aquí, sin embargo, fue de las que más me sorprendió, un thriller lleno de tensión, aventura y con el termostato a tope: Seduction game (2015), la n.º 7 de la serie.

Sandra Brown: Sting (2016). Sandra lo Vuelve a hacer, ¿cómo puede conseguir que nos guste un asesino…? 

Rachel Grant: Catalyst (2017) Flashpoint n.º 2; suspense militar, una con vibra de enemigos a amantes en la República Democrática del Congo.

Tal Bauer: Whisper (2018). Thriller, suspense militar, un novelón que abarca décadas de nuestra historia más reciente. Pero tiene un montón de novelas de suspense romántico que merecen la pena. De las autoconclusivas (una pareja en cada una, o sea, fuera de la saga Executive Office / Executive Power) recomendaría... Hell and Gone (2019), Never stay gone, The grave between us (2021 las dos) y Secret service (2022), esta última, la novela con la que lo descubrí.

Louise Dawn: Strikethrough (2021, suspense militar con el MSD (seguridad de consulados y embajadas), «sexo, amenazas, acción y un giro que no vi venir ni de lejos», escribí en mi crítica.

 A Cold Dark Place    Catalyst    Strikethrough

Las preferidas del público

 

Remato este paseo por el suspense romántico con las novelas que, según mi base de datos, son las más apreciadas por el público en cada década:

Años 1980: Odio en el paraíso (Slow heat in Heaven, 1988). Con esta novela, Sandra Brown dio el giro de su carrera, probando algo diferente a sus novelitas genéricas tipo harlequin que es a lo que principalmente se dedicó en los ochenta.Gustó a la gente, me gustó a mí también.

Años 1990: Secretos en la noche (After the night, 1995), de Linda Howard. Pegajoso noir sureño. De nuevo, la menciono más arriba entre mis favoritas.

Años 2000: El hombre perfecto (Mr. Perfect, 2001), de Linda Howard. Empieza como un episodio de Sexo en Nueva York y se va ensombreciendo cada vez más.

Años 2010: La testigo (The witness, 2012) de Nora Roberts. Competence porn a raudales.

Años 2020: When no one is watching (2020) de Alyssa Cole. No la he leído, al parecer va de la gentrificación de un barrio de Brooklyn, vecinos que desaparecen, y dos protagonistas que se mueven entre la paranoia y el terror.

 The Witness    Mr. Perfect    When No One Is Watching

Con esta entrada he acabado lo principal de mis memorias, hablando de los género que más leo. Me queda por hablar de «lo rarito». Pero eso tendrá que esperar un poco. 

Por un lado, como son géneros que he leído muy esporádicamente, tengo que estudiar algo más el tema para hacer un artículo un poco potable, porque me causa mucha inseguridad hablar de lo que no conozco. 

Por otro, ¡¡es Navidad!!, y este año, a diferencia del pasado, no hay motivos laborales que me impidan viajar así que... Durante unos días pararé y haré algo de turismo por el interior.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Memorias (9): Misterios misteriosos, o el suspense romántico


 

 

Si en los años noventa, mis favoritas en contemporánea eran JAK; la Nora y Sandra Brown,...

La evolución lógica es evidente: 

👉Lo siguiente a que me aficioné es el suspense romántico.

 


 

 

¿A qué le llamo suspense romántico?

 

Pues casi cualquier romance que meta un misterio de por medio, algo que los personajes, y el lector, tengan que averiguar.

Puede ser un criminal al que atrapar, y de ahí las policiacas. También puede haber detectives privados buscando a personas desaparecidas o descubriendo otros secretos.

Incluyo el suspense militar, que suele ser acción y aventuras con los G.I. Joe del Tío Sam.

También al thriller le llamo suspense, pues aquí el misterio suelen ser grandes amenazas, terroristas a los que neutralizar, o una pandemia que evitar, y aparecen todo tipo de agentes del gobierno luchando por la libertad y para proteger la sociedad occidental de los malotes. Esas cosas.

Una pena que la RWA echase el cierre, porque no puedo recuperar parte del material que tenían sobre los géneros. Pero tengo apuntado que en la encuesta que hicieron en 2014, el género romántico más vendido en los EE. UU. era precisamente el suspense romántico (53% en papel y 48% en digital).

 

Estilo

 

Todas las historias de suspense suelen hacer gala de los mismos recursos, sean románticas o no, hablemos de novelas o de películas.

La tensión dramática, los falsos culpables, los cliffhangers, giros de la trama inesperados… Muchas novelas de suspense romántico son como películas de Hitchcock.

File:Cary Grant and Ingrid Bergman Notorious 1946.jpg  

Aquí, la Ingrid y el Cary, en plan apasionado, entre misterios misteriosos, nazis malotes y una suegra más mala que la quina.

Tanto Con la muerte en los talones como Encadenados son totalmente suspense romántico con su final feliz, sus momentos sexys, otros de humor, de peligro, ambigüedades… La segunda, es un second chance de lo más tórrido. 

Otras novelas de este tipo recuerdan a esos peliculones épicos de grandes amenazas, o de espionaje. Las de Jason Bourne, para entendernos.

Se trata de un estilo en tercera persona, con sus intrigas, para que te estrujes las meninges pensando a ver qué ha pasado. Hay un pacto entre el espectador / lector y el autor: para desentrañar el whodunit, te va dejando pistas. El círculo de sospechosos es limitado. Se trata de que averigües, antes de que te lo diga el escritor, quién hizo qué y por qué.

Está fenomenal cuando lo averiguas, claro. Pero no deja de ser gustoso cuando te sorprenden. De hecho, creo que lo disfrutas aún más cuando te sacan un autor y una forma de ocurrir las cosas en las que ni siquiera habías pensado.

En cuanto al tono erótico, puede ser chorreante, o prácticamente blanca.

Se puede ambientar en cualquier lugar, desde una ciudad «fría» de los EE. UU. como Nueva York, Seattle o Washington, hasta el noir sureño, en que todo resulta muy ardoroso, las están pasiones a flor de piel, envueltas en atmósferas calientes y espesas como la melaza…

Más aventureras resultan las militares y de espionaje, que aprovechan escenarios lejos de los EE. UU.

Luego hay distintas formas de tratar los dos elementos: el suspense y el romance. Las hay que se centran en la intriga y lo romántico queda en segundo plano. Otras hacen justo a la inversa: mucho romance y el misterio reducido a una anécdota.

A mí, las que más me gustan, son las que entrelazan una y otra trama, con alguno de los protagonistas siendo sospechoso, o víctima, y el otro policía, por ejemplo, o un espía y una científica que tienen que localizar y desactivar una bomba, o un par de militares en busca de terroristas a los que retirar de la circulación y que se ven atrapados en mitad del desierto…

¿Extensión? Pues las hay más largas y más cortas. Hasta puedes encontrarte novelas genéricas de suspense, como Harlequin Intrigue, Harlequin Romantic Suspense o Love Inspire Suspense.


 

Aunque, en general, se ambientan en época actual, las hay que miran atrás y así encontramos misterios históricos. Una de las series más conocidas es la de Sherry Thomas y su lady Sherlock. Pero yo no la recomiendo, a mí salvo una, el resto no me han convencido, creo que no pilla bien en qué consiste el género. Una cosa es sorprender al lector y otra distinta el que las cosas aparezcan de repente, como surgidas de la nada.

Si te gusta el espionaje, los misterios y las aventuras en otra época, desde luego, la serie que siempre recomiendo son los Spymasters de Joanna Bourne. Hablé de ellos al comentar el subgénero histórico, así que no me voy a repetir aquí. Pero tened en cuenta que son historias de espionaje y aventuras durante la época napoleónica (más o menos).

También hay un tipo de suspense futurista, práctico monopolio de Nora Roberts en su seudónimo de J. D. Robb. Son medio centenar de novelitas, a estas alturas. Empezó con Desnuda ante la muerte, allá por 1995 y en ello sigue. Veo en Fiction Data Base que la entrega n.º 59, Passions in Death, salió en septiembre de este año, y que está anunciada la n.º 60, Bonded in Death, para febrero de 2025.


 

Hay otro subgénero que igual habéis oído mencionar: cozy mystery. Son intrigas cuquis, tipo la serie aquella de Se ha escrito un crimen. Los misterios a resolver se relacionan más con robos, estafas, falsificaciones y otros delitos de guante blanco, cartas que encontrar, personas desaparecidas. Hay menos crimen truculento. Aunque no descarto que haya alguno que sea cozy y te pongan un muerto, tirando entonces a la comedia negra. Lo que más se parecería, cinematográficamente hablando, a esto último sería Pero... ¿quién mató a Harry? (La peli de Hitchcock es de 1955, la novela en que se basa, de Jack Trevor Story, de 1950). Creo que no he leído nada de este tipo, así que no os puedo decir qué tal están.

 

Autoras del suspense

Este subgénero tiene unos antepasados claros. Las novelas góticas de los siglos XVIII y XIX presentaban a jovencitas inocentes en casoplones aislados, con la sombra ominosa de un héroe atractivo pero a la vez poderoso, al que se resistían y que conquistaban con su virtud. Por citar una novela gótica conocidísima, mencionaré Los misterios de Udolfo (The mysteries of Udolpho, 1794) de Ann Radcliffe. Jane Austen parodiaba esta novela en La abadía de Northanger, sátira del género gótico.

El elemento romántico estaba presente en muchas de estas historias.

Pero, si quiero poner una autora directamente de suspense romántico a la que tomar como referencia, no puedo dejar de citar a la gran Mary Stewart. Sus Nueve carruajes esperan es todo un referente. Aquí, el obituario que le dediqué.


Para mí, Mary Stewart fue al suspense romántico como Georgette Heyer al romance de la regencia: una autora británica de mediados del siglo XX que supo crear un tipo de narración comercial para mujeres de calidad. Escribían novelas con protagonistas femeninas que lograban su final feliz tras algunas tribulaciones, unas más serias y peligrosas, otras más tipo farsa.

En los ochenta-noventa, surgen, en mi opinión, las grandes damas del suspense romántico, las de toda la vida: Sandra Brown, Nora Roberts, Karen Robards, Linda Howard y Anne Stuart.


 

La que más me gusta es Sandra Brown, por su capacidad para atraparte y mantenerte pegada a la página, con sus giros de guion y sus sorpresas. Pasó por una época en que lo romántico iba desapareciendo cada vez más, llevando el misterio todo el peso de la historia. Pero, de un tiempo a esta parte, ha vuelto a contar historias románticas sólidas dentro de las investigaciones policiales. Suele sacar una historia al año. En 2024 no lo ha hecho, la siguiente, Blood Moon, está anunciada para marzo de 2025. Puedo decir que me las he leído todas y es la más antigua de mis favoritas.

Nora Roberts es toda una marca registrada, que escribe distintos tipos de libros, genéricas, contemporáneas, futuristas, paranormales, y últimamente le ha dado por la fantasía juvenil. Así que hay que tener cuidado, fijarse bien, para saber si el libro que tenemos con su nombre en la portada es la novela de suspense que, sí, ella también, suele sacar una al año.

Karen Robards escribió tanto históricas como de suspense. Me gusta coger alguna, de vez en cuando, pero tenía el problema, para mi gusto, de que de vez en cuando le metía el toque paranormal.

Linda Howard es… siempre un misterio. Las suyas son muy hit or miss, una de cal y otra de arena. O son estupendas, como las que escribe de noir sureño, o bien son pestiños. Siempre suena muy sexista, sus chicas son muy femeninas y ellos muy varoniles.  No gusta a todo el mundo, pero sus mejores novelas son de las que merecen la pena.

Anne Stuart, en su vertiente de suspense, resulta atractiva por sus maromos. Ellas son más bien chicas anodinas mezcladas en líos que las vienen grandes. Pero ellos, ah, son atractivos, fríos, despiadados. Cuando le echan la mano al cuello de las heroínas, no sabes si es para besarlas o matarlas.

Con el tiempo, estas autoras han seguido escribiendo, con mejor o peor fortuna. La única que es autobuy para mí, es Sandra Brown, una al año y manteniendo siempre la calidad.


 

Paso a otras autoras que empezaron a escribir algo más tarde, en los noventa. Desde luego, me encantó Suzanne Brockmann, que suele dedicarse al suspense militar, y es una de mis favoritas. A ella le debo alguno de mis más queridos personajes de romántica, como la pareja formada por Alyssa y Sam, cuya historia te van contando a trocitos en varios libros, hasta que llegas a su historia. Y, desde luego, Jules Cassidy, cómo no, uno de mis amores románticos ever.

También Pamela Clare, y su serie I-Team de periodistas aventureras metidas en un montón de líos. A veces son TSTL, pero merece la pena por lo entretenido y lo sexi que es todo. Cada entrega de la serie se dedica a una pareja, a cada cual más explosiva.

 

¿Y ahora, cómo andamos?

 

Pues sigo leyendo la entrega anual de Sandra Brown. Las otras, rara vez sacan algo que me llame. Suzanne Brockmann y Pamela Clare dejaron de escribir o van sacando cosas con cuentagotas que no me llaman tanto como cosas que escribieron antes.

Así que yo voy intentando otras autoras. He probado formatos más cortos, harlequineros. Leí toda una serie de Janie Crouch, pero luego le dio por meter la primera persona dual también en este género y yo por ahí no paso.

Probé Marie Force, pero lo dejé cuando vi que era la misma pareja una y otra vez, a mí me gusta que sean autoconclusivas.

Hay otras como Susan Stoker, Amy Garnet y sus navyseals de la H.E.R.O. Force, Kimberly Kincaid, Elle James o Katie Reus. Sirven para ir tirando, si encuentro sus libros rebajados o gratis, pero ninguna me llena.

 

Los que realmente me han llegado, hasta el punto de convertirse en autores favoritos de quienes quiero leer todo, son dos.

Primero Carolyn Crane, que me encantó pero escribió solo una serie, la de los Associates, fabulosa. Ahora, pasó después a escribir cosas de millonarios con el seudónimo de Annika Martin y no le encuentro el gusto.

Segundo, y sobre todo, Tal Bauer, que escribe male/male romance y se ha convertido en otro de mis autores favoritos, autobuy. He leído todos sus libros excepto uno y es genial. Unos son romances cuqui, y alguno ha escrito paranormal. Pero, para mí, donde se luce espectacularmente es en el thriller, político o no. De lo mejor que he leído en el género, parangonable con autores con cualquier otro escritor de thriller y suspense, sin romance. 

Off the Edge     Enemy Within

 

Y acabo con tres autoras que representan para mí lo mejor que hay actualmente en el suspense romántico, y de las que quiero ir leyendo, poco a poco, toda su producción.

🎯 Number one, Rachel Grant, que suele emparejar muchacha intelectual con tiarrón cachas. Llegó un punto en que se ha puesto a sermonear un poquito, y la he dejado temporalmente de lado, pero la retomaré, con ese nombre o como R. S. Grant.

🎯  🎯  Number two, Toni Anderson, quien equilibra de manera ideal lo romántico con lo misterioso. Sus personajes son tremendamente interesantes, en ambientaciones peculiares. Me parece la más equilibrada, y con su toque británico creo que no hay riesgo de que sea ni patriotera yanqui ni woke ignorante, es de las que comprende la complejidad de la geopolítica.

 🎯 🎯  🎯 Number three. Louise Dawn, he leído tres de sus siete novelas, y mi intención es leerme las que me quedan pendientes. Al parecer, ya no escribe. Una pena, porque con ella he descubierto nuevos cuerpos policiales. Otra de las cosmopolitas.

Tinderbox     Colder Than Sin    Strikethrough

Eso es todo por hoy. Otro día os hago mi lista de suspense romántico. 

 

P. D.: Y en español, ¿qué? Bueno, ya sabéis que no leo mucho. Tampoco es que las autoras de habla española se prodiguen en este género, que exige a la autora ser inteligente, saber retorcer las cosas, tener alguna idea sobre métodos policiales, etc. Y exige un montón de trabajo, claro, y las autoras patrias pues... tengo el prejuicio que se van a lo fácil, no es que sean perezosas, pero... Francamente, no las veo estudiando qué son exactamente la UCO o la UDYCO, cómo funciona un cuartel de la Benemérita o de las comisarías, cómo se relaciona la policía judicial, o la científica, con los forenses de los Institutos de Medicina Legal, cuál es el papel del juez instructor o de los fiscales. Pese a estar en todos los periódicos, el ciudadano medio desconoce cómo se investiga el crimen organizado (las mafias, la corrupción, el terrorismo) o el delito más sencillo (un hurto, una estafa, unas lesiones). Ya por no hablar de Eurojust, instrumento de cooperación internacional que a veces está en operaciones espectaculares en varios países de la Unión Europea... Igual porque eso son cosas que solo ves si trabajas en un juzgado, o en las fuerzas y cuerpos de seguridad. 

No obstante, sí puedo recomendar que Florencia Bonelli, sobre todo en la primera de Caballo de Fuego. París, es bastante thriller. «Una especie de John LeCarré, si a este le diera por la novela romántica», escribí en su momento.


Recomiendo también, ¿cómo no?, las dos de suspense de Marisa Sicilia, Nadina o la atracción del vacío, y Lo que arriesgué por ti, sobre todo la primera, un thriller o noir francés prodigioso. Para mí flojea un poco la protagonista, pero él, Mathieu, es de esos héroes que no olvidas.

Antes y después de odiarte, de Ángeles Ibirika, aunque es más contemporánea que otra cosa, sí que tiene un misterio que desentrañar, en relación a lo que ocurrió hace años y por lo que Mikel pasó por la cárcel.

Acabo con Mangaka: lágrimas en la arena, de María José Tirado, novela que leí en su momento pero nunca me he animado a releer para este blog o para Goodreads. Me gustó mucho, me parecía que pillaba muy bien la investigación en España pero... le dio por meter toques paranormales y eso, a mí, se me atraganta. Me pareció que chafaba lo que habría sido, para mí, un suspense de ❿.

Si yo fuera capaz de escribir una novela romántica, empezaría por el romance genérico, una tipo harlequín, pero lo que de verdad me encantaría firmar serían novelas de suspense romántico ambientadas en España. Lamentablemente, escribir ficción no es lo mío.