Si en los años noventa, mis favoritas en contemporánea eran JAK; la
Nora y Sandra Brown,...
La evolución lógica es evidente:
👉Lo siguiente a que me
aficioné es el suspense romántico.
¿A qué le llamo suspense romántico?
Pues casi cualquier romance que meta un misterio de por medio, algo
que los personajes, y el lector, tengan que averiguar.
Puede ser un criminal al que atrapar, y de ahí las policiacas. También
puede haber detectives privados buscando a personas desaparecidas o
descubriendo otros secretos.
Incluyo el suspense militar, que suele ser acción y aventuras con los G.I.
Joe del Tío Sam.
También al thriller le llamo suspense, pues aquí el misterio suelen
ser grandes amenazas, terroristas a los que neutralizar, o una pandemia que
evitar, y aparecen todo tipo de agentes del gobierno luchando por la libertad y
para proteger la sociedad occidental de los malotes. Esas cosas.
Una pena que la RWA echase el cierre, porque no puedo recuperar parte
del material que tenían sobre los géneros. Pero tengo apuntado que en la
encuesta que hicieron en 2014, el género romántico más vendido en los EE. UU.
era precisamente el suspense romántico (53% en papel y 48% en digital).
Estilo
Todas las historias de suspense suelen hacer gala de los mismos
recursos, sean románticas o no, hablemos de novelas o de películas.
La tensión dramática, los falsos culpables, los cliffhangers,
giros de la trama inesperados… Muchas novelas de suspense romántico son como
películas de Hitchcock.
Aquí, la Ingrid y el Cary, en plan apasionado, entre misterios misteriosos, nazis malotes y una suegra más mala que la quina.
Tanto Con la muerte en los talones como Encadenados
son totalmente suspense romántico con su final feliz, sus momentos sexys,
otros de humor, de peligro, ambigüedades… La segunda, es un second chance de lo más tórrido.
Otras novelas de este tipo recuerdan
a esos peliculones épicos de grandes amenazas, o de espionaje. Las de Jason Bourne, para entendernos.
Se trata de un estilo en tercera persona,
con sus intrigas, para que te estrujes las meninges pensando a ver qué
ha pasado. Hay un pacto entre el espectador / lector y el autor: para desentrañar
el whodunit, te va dejando pistas. El círculo de sospechosos es
limitado. Se trata de que averigües, antes de que te lo diga el escritor, quién
hizo qué y por qué.
Está fenomenal cuando lo averiguas, claro. Pero no deja de ser gustoso
cuando te sorprenden. De hecho, creo que lo disfrutas aún más cuando te sacan
un autor y una forma de ocurrir las cosas en las que ni siquiera habías
pensado.
En cuanto al tono erótico, puede ser chorreante, o prácticamente
blanca.
Se puede ambientar en cualquier lugar, desde una ciudad «fría» de
los EE. UU. como Nueva York, Seattle o Washington, hasta el noir sureño,
en que todo resulta muy ardoroso, las están pasiones a flor de piel, envueltas
en atmósferas calientes y espesas como la melaza…
Más aventureras resultan las militares y de espionaje, que aprovechan
escenarios lejos de los EE. UU.
Luego hay distintas formas de tratar los dos elementos: el suspense y el romance. Las hay
que se centran en la intriga y lo romántico queda en segundo plano. Otras
hacen justo a la inversa: mucho romance y el misterio reducido a una anécdota.
A mí, las que más me gustan, son las que entrelazan una y otra trama,
con alguno de los protagonistas siendo sospechoso, o víctima, y el otro
policía, por ejemplo, o un espía y una científica que tienen que localizar y
desactivar una bomba, o un par de militares en busca de terroristas a los que
retirar de la circulación y que se ven atrapados en mitad del desierto…
¿Extensión? Pues las hay más largas y más cortas. Hasta puedes encontrarte novelas
genéricas de suspense, como Harlequin Intrigue, Harlequin Romantic Suspense o Love Inspire Suspense.
Aunque, en general, se ambientan en época actual, las hay que miran
atrás y así encontramos misterios históricos. Una de las series más conocidas
es la de Sherry Thomas y su lady Sherlock. Pero yo no la recomiendo, a mí salvo
una, el resto no me han convencido, creo que no pilla bien en qué consiste el
género. Una cosa es sorprender al lector y otra distinta el que las cosas
aparezcan de repente, como surgidas de la nada.
Si te gusta el espionaje, los misterios y las aventuras en otra época,
desde luego, la serie que siempre recomiendo son los Spymasters de Joanna
Bourne. Hablé de ellos al comentar el subgénero histórico, así que no me voy a
repetir aquí. Pero tened en cuenta que son historias de espionaje y aventuras
durante la época napoleónica (más o menos).
También hay un tipo de suspense futurista, práctico monopolio de Nora
Roberts en su seudónimo de J. D. Robb. Son medio centenar de novelitas, a estas
alturas. Empezó con Desnuda ante la muerte, allá por 1995 y en ello
sigue. Veo en
Fiction Data Base que la entrega n.º 59, Passions in Death, salió en
septiembre de este año, y que está anunciada la n.º 60, Bonded in Death,
para febrero de 2025.
Hay otro subgénero que igual habéis oído mencionar: cozy mystery.
Son intrigas cuquis, tipo la serie aquella de Se ha escrito un crimen. Los
misterios a resolver se relacionan más con robos, estafas, falsificaciones y
otros delitos de guante blanco, cartas que encontrar, personas desaparecidas.
Hay menos crimen truculento. Aunque no descarto que haya alguno que sea cozy
y te pongan un muerto, tirando entonces a la comedia negra. Lo que más se
parecería, cinematográficamente hablando, a esto último sería Pero... ¿quién mató a Harry? (La peli de Hitchcock es de 1955, la novela en que se basa, de Jack Trevor Story, de 1950). Creo que no he leído nada de este tipo, así que no os puedo
decir qué tal están.
Autoras del
suspense
Este subgénero tiene unos antepasados
claros. Las novelas góticas de los siglos XVIII y XIX presentaban a jovencitas
inocentes en casoplones aislados, con la sombra ominosa de un héroe atractivo
pero a la vez poderoso, al que se resistían y que conquistaban con su virtud.
Por citar una novela gótica conocidísima, mencionaré Los misterios de Udolfo (The mysteries of Udolpho,
1794) de Ann Radcliffe. Jane Austen parodiaba esta novela en La abadía de Northanger, sátira del género gótico.
El elemento romántico estaba presente en
muchas de estas historias.
Pero, si quiero poner una autora
directamente de suspense romántico a la que tomar como referencia, no puedo
dejar de citar a la gran Mary Stewart. Sus Nueve carruajes esperan es todo un referente. Aquí, el obituario que le dediqué.
Para mí, Mary Stewart fue al suspense romántico como Georgette Heyer al
romance de la regencia: una autora británica de mediados del siglo XX que supo
crear un tipo de narración comercial para mujeres de calidad. Escribían novelas
con protagonistas femeninas que lograban su final feliz tras algunas
tribulaciones, unas más serias y peligrosas, otras más tipo farsa.
En los ochenta-noventa, surgen, en mi opinión, las grandes damas del
suspense romántico, las de toda la vida: Sandra Brown, Nora Roberts, Karen
Robards, Linda Howard y Anne Stuart.
La que más me gusta es Sandra Brown, por su capacidad para atraparte y
mantenerte pegada a la página, con sus giros de guion y sus sorpresas. Pasó por
una época en que lo romántico iba desapareciendo cada vez más, llevando el
misterio todo el peso de la historia. Pero, de un tiempo a esta parte, ha
vuelto a contar historias románticas sólidas dentro de las investigaciones
policiales. Suele sacar una historia al año. En 2024 no lo ha hecho, la
siguiente, Blood Moon, está anunciada para marzo de 2025. Puedo decir
que me las he leído todas y es la más antigua de mis favoritas.
Nora Roberts es toda una marca registrada, que escribe distintos tipos
de libros, genéricas, contemporáneas, futuristas, paranormales, y últimamente
le ha dado por la fantasía juvenil. Así que hay que tener cuidado, fijarse
bien, para saber si el libro que tenemos con su nombre en la portada es la
novela de suspense que, sí, ella también, suele sacar una al año.
Karen Robards escribió tanto históricas como de suspense. Me gusta
coger alguna, de vez en cuando, pero tenía el problema, para mi gusto, de que
de vez en cuando le metía el toque paranormal.
Linda Howard es… siempre un misterio. Las suyas son muy hit or miss,
una de cal y otra de arena. O son estupendas, como las que escribe de noir
sureño, o bien son pestiños. Siempre suena muy sexista, sus chicas son muy
femeninas y ellos muy varoniles. No
gusta a todo el mundo, pero sus mejores novelas son de las que merecen la pena.
Anne Stuart, en su vertiente de suspense, resulta atractiva por sus
maromos. Ellas son más bien chicas anodinas mezcladas en líos que las vienen
grandes. Pero ellos, ah, son atractivos, fríos, despiadados. Cuando le echan la
mano al cuello de las heroínas, no sabes si es para besarlas o matarlas.
Con el tiempo, estas autoras han seguido escribiendo, con mejor o peor
fortuna. La única que es autobuy para mí, es Sandra Brown, una al año y
manteniendo siempre la calidad.
Paso a otras autoras que empezaron a escribir algo más tarde, en los noventa. Desde
luego, me encantó Suzanne Brockmann, que suele dedicarse al suspense militar, y
es una de mis favoritas. A ella le debo alguno de mis más queridos personajes
de romántica, como la pareja formada por Alyssa y Sam, cuya historia te van
contando a trocitos en varios libros, hasta que llegas a su historia. Y, desde
luego, Jules Cassidy, cómo no, uno de mis amores románticos ever.
También Pamela Clare, y su serie I-Team de periodistas aventureras
metidas en un montón de líos. A veces son TSTL, pero merece la pena por
lo entretenido y lo sexi que es todo. Cada entrega de la serie se dedica a una
pareja, a cada cual más explosiva.
¿Y ahora, cómo
andamos?
Pues sigo leyendo la entrega anual de Sandra Brown. Las otras, rara
vez sacan algo que me llame. Suzanne Brockmann y Pamela Clare dejaron de
escribir o van sacando cosas con cuentagotas que no me llaman tanto como cosas
que escribieron antes.
Así que yo voy intentando otras autoras. He probado formatos más
cortos, harlequineros. Leí toda una serie de Janie Crouch, pero luego le dio
por meter la primera persona dual también en este género y yo por ahí no paso.
Probé Marie Force, pero lo dejé cuando vi que era la misma pareja una
y otra vez, a mí me gusta que sean autoconclusivas.
Hay otras como Susan Stoker, Amy Garnet y sus navyseals de la
H.E.R.O. Force, Kimberly Kincaid, Elle James o Katie Reus. Sirven para ir
tirando, si encuentro sus libros rebajados o gratis, pero ninguna me llena.
Los que realmente me han llegado, hasta el punto de convertirse en
autores favoritos de quienes quiero leer todo, son dos.
Primero Carolyn Crane, que me encantó pero escribió solo una serie, la
de los Associates, fabulosa. Ahora, pasó después a escribir cosas de
millonarios con el seudónimo de Annika Martin y no le encuentro el gusto.
Segundo, y sobre todo, Tal Bauer, que escribe male/male romance
y se ha convertido en otro de mis autores favoritos, autobuy. He leído
todos sus libros excepto uno y es genial. Unos son romances cuqui, y alguno ha
escrito paranormal. Pero, para mí, donde se luce espectacularmente es en el
thriller, político o no. De lo mejor que he leído en el género, parangonable
con autores con cualquier otro escritor de thriller y suspense, sin romance.
Y acabo con tres autoras que representan para mí lo mejor que hay actualmente en el suspense romántico, y de las que quiero ir leyendo, poco a
poco, toda su producción.
🎯 Number one, Rachel Grant, que
suele emparejar muchacha intelectual con tiarrón cachas. Llegó un punto en que
se ha puesto a sermonear un poquito, y la he dejado temporalmente de lado, pero
la retomaré, con ese nombre o como R. S. Grant.
🎯 🎯 Number two, Toni Anderson, quien
equilibra de manera ideal lo romántico con lo misterioso. Sus personajes son
tremendamente interesantes, en ambientaciones peculiares. Me parece la más
equilibrada, y con su toque británico creo que no hay riesgo de que sea ni patriotera
yanqui ni woke ignorante, es de las que comprende la complejidad de la
geopolítica.
🎯 🎯 🎯 Number three. Louise Dawn, he leído
tres de sus siete novelas, y mi intención es leerme las que me quedan
pendientes. Al parecer, ya no escribe. Una pena, porque con ella he descubierto
nuevos cuerpos policiales. Otra de las cosmopolitas.
Eso es todo por hoy. Otro día os hago mi lista de suspense romántico.
P. D.: Y en español, ¿qué? Bueno, ya sabéis que no leo mucho. Tampoco es que las autoras de habla española se prodiguen en este género, que exige a la autora ser inteligente, saber retorcer las cosas, tener alguna idea sobre métodos policiales, etc. Y exige un montón de trabajo, claro, y las autoras patrias pues... tengo el prejuicio que se van a lo fácil, no es que sean perezosas, pero... Francamente, no las veo estudiando qué son exactamente la UCO o la UDYCO, cómo funciona un cuartel de la Benemérita o de las comisarías, cómo se relaciona la policía judicial, o la científica, con los forenses de los Institutos de Medicina Legal, cuál es el papel del juez instructor o de los fiscales. Pese a estar en todos los periódicos, el ciudadano medio desconoce cómo se investiga el crimen organizado (las mafias, la corrupción, el terrorismo) o el delito más sencillo (un hurto, una estafa, unas lesiones). Ya por no hablar de Eurojust, instrumento de cooperación internacional que a veces está en operaciones espectaculares en varios países de la Unión Europea... Igual porque eso son cosas que solo ves si trabajas en un juzgado, o en las fuerzas y cuerpos de seguridad.
No obstante, sí puedo recomendar que Florencia Bonelli, sobre todo en la primera de Caballo de Fuego. París, es bastante thriller. «Una especie de John LeCarré, si a este le diera por la novela romántica», escribí en su momento.
Recomiendo también, ¿cómo no?, las dos de suspense de Marisa Sicilia, Nadina o la atracción del vacío, y Lo que arriesgué por ti, sobre todo la primera, un thriller o noir francés prodigioso. Para mí flojea un poco la protagonista, pero él, Mathieu, es de esos héroes que no olvidas.
Antes y después de odiarte, de Ángeles Ibirika, aunque es más contemporánea que otra cosa, sí que tiene un misterio que desentrañar, en relación a lo que ocurrió hace años y por lo que Mikel pasó por la cárcel.
Acabo con Mangaka: lágrimas en la arena, de María José Tirado, novela que leí en su momento pero nunca me he animado a releer para este blog o para Goodreads. Me gustó mucho, me parecía que pillaba muy bien la investigación en España pero... le dio por meter toques paranormales y eso, a mí, se me atraganta. Me pareció que chafaba lo que habría sido, para mí, un suspense de ❿.
Si yo fuera capaz de escribir una novela romántica, empezaría por el romance genérico, una tipo harlequín, pero lo que de verdad me encantaría firmar serían novelas de suspense romántico ambientadas en España. Lamentablemente, escribir ficción no es lo mío.